ASTILLERO

Julio Hernández López

Gobierno cenizo

El huarache antes de la espinada
 Nueva doctrina: ¿le muevo el ombligo?

Es una lastima que ayer no haya estado disponible el vocero de la Casa Blanca para dar a conocer la insana distancia que el gobierno de México ha decidido tomar respecto al de Cuba. En su lugar tuvieron que entrar como sustitutos los secretarios de Gobernación, míster S. Creel, y de Relaciones Exteriores, míster L.E. Derbez, para anunciar que el gobierno de México gustosamente ha aprovechado la oportunidad de seguirse ganando el aprecio del respetable público de la Casa Blanca y de Miami y, de pasada, practicar la sabia prevención campirana de ponerse el huarache de la presunta dignidad rupturista antes de la venidera video espinada del complot ahumadamente confeso. Nueve minutos consumieron los funcionarios cenizosos en demostrar que la frontera de Estados Unidos ha llegado hasta Los Pinos. Nueve minutos que en parte son consecuencia de lo sabido a lo largo de las cinco horas de insólito examen policiaco practicado a Carlos Ahumada para saber qué tanto y de cuánto peligro había sido lo declarado ante el gobierno de Fidel Castro. (Casi) rompo y me voy, en lugar del comes y te vas; pleito ratero: desde hoy el gobierno mexicano dará por inválidas e inexistentes las pruebas que desde la isla lleguen de la confabulación hecha para golpear al jefe del Gobierno capitalino con los videos famosos de los que en La Habana tienen la contrayerba.

Revire aficionado frente a la provocación experta. La deportación rompió el esquema de los villamelones que al país gobiernan: no se la esperaban y, en casos como el del tierno Santiaguín, ni siquiera estaban enterados de lo que tres horas atrás había sucedido. Deportar rompió con la perversa estrategia diseñada desde algún lugar de la ciudad de México para que una extradición garantizara a la marioneta ahumada la virtual impunidad derivada de que sólo fuera juzgado por algún ínfimo delito (luego podría dedicarse a financiar películas divinamente chafas como el Zapata de Arau, por ejemplo). El comunicado del gobierno cubano res­pecto a tal deportación fue, además, implacable respecto a las incapacidades del mexicano. Luego, el discurso del 1º de mayo en la isla. Por ello, con una terrible facilidad para inscribirse en el lado oscuro de la historia, el Presidente de México tomó la decisión de seguir agradando a los intereses estadunidenses (¿le muevo el ombligo?, podría ser la nueva doctrina diplomática del país años atrás respetado por ser el único de Latinoamérica decidido a no romper con Cuba, a pesar de las presiones gringas) y, de pasadita, protegerse ante complicaciones ­previsibles.

Y, asi como la irrupción de los videoescándalos contra Andrés Ma­nuel López Obrador dejó en aparente olvido el asunto de los manejos sospechosos de dinero en la Fundación Vamos México que había documentado el Financial Times, ahora la polvareda levantada por el gobierno federal alquimista (que convierte prestigios e influencias internacionales en cenizas) servirá para ocultar los indicios crecientes de la confabulación habida contra el gobierno capitalino (que, ha­brá que decirlo cuantas veces sea necesario, no debe servir como cortina de humo de la innegable existencia de corrupción, con conjuras enemigas o sin ellas). Pero de eso, de los indicios crecientes del tal complot, se hablará aquí en la entrega de mañana.

ASTILLAS:Rosario Robles sigue en la espiral descendente. Ahora ha­bla de 舠valores舡 familiares para tratar de justificar su visita de negocios al Reclusorio Norte. E incluso pretende constituirse en defensora de esposas de reos aunque éstos no tengan avión ni videoteca. Además, la ex dirigente del PRD estira demasiado la liga del respeto a la vida íntima de las personas que, como es sabido, merece escrupuloso respeto periodístico hasta en tanto no tenga significados públicos. Fue, desde luego, un exceso desagradable aparecer junto a la esposa oficial del empresario en prisión, e incluso va­lerse de ella para disfrazar de visita misericordiosa lo que fue una sesión de entendimientos políticos entre presuntos implicados... Se equivocan gravemente quienes creen que el Presidente de la República no lee. Es cierto que elude los diarios (así lo ha confesado) y los libros (eso se deduce), pero no toda letra impresa. La señora Marta, por ejemplo, ha dicho que su esposo (un señor alto, de bigote, que le ayuda con las labores de la casa llamada Los Pinos) luego degusta una famosa revista de escándalos de la vida farandulera. 舠Dime, ¿y lees Tvnotas?舡, le preguntó en en­trevista para ese medio Matilde Obregón Peruyero a la señora Sahagún, quien contestó: 舠A veces. De hecho, me divierte, es muy amena. Tu revista se ve en todas partes. Desde antes de estar aquí siempre la veía en los salones de belleza. A Vicente a veces se la paso, y se divierte mucho舡. Esta semana, el jefe del Estado mexicano podrá divertirse enterándose de material anunciado en portada como: 舠¡Pleitazo! entre Galilea y Lilí en los foros de Vidatv. ¡Las tuvieron que separar!舡, o 舠Dejé la cocaína y me refugié en el alcohol; creí que iba a morir舡, una 舠exclusiva舡 con 舠la Guzmán舡; o 舠Ingrid... ¡qué curvas!舡, o 舠¡Cristian está desatado! Ahora lo cachamos así!舡, o 舠¡Se salvó de morir Raúl Velasco!舡, o 舠Itati por fin habló a fondo de su divorcio舡. Por desgracia, en el número mencionado no viene ningún cuento, traducido obviamente al español, del literato noruego apellidado Borgues (ya para despedir el te­ma: gracias al lector Roberto de la Rosa ([email protected]) por haber hecho que este columnero se enterara oportunamente de las veras lecturas presidenciales)... Y, mientras los panistas ponen en práctica lo que Luis Felipe Bravo Mena calificó en la pasada asamblea nacional blanquiazul de 舠nuevo catecismo舡 político, ¡hasta mañana, en espera de la reacción de la parte mayoritaria del pueblo mexicano ante la nueva tontera de su gobierno!