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México D.F. Lunes 3 de mayo de 2004
Iván Restrepo
En la punta del iceberg
Hace cinco años, un
empresario que goza del favor oficial y afecta con sus proyectos el medio
ambiente y la calidad de vida de la población comenzó a
tramitar los permisos para construir un muelle privado en la zona federal
marítima terrestre de Playa del Carmen, Quintana Roo. Las
secretarías del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y de
Comunicaciones y Transportes (SCT) y las instancias locales le concedieron
los permisos.
Se trata de Germán Orozco Sarro, el mismo que
en 1996 levantó, con la venia oficial, varias plataformas en una
zona marina protegida porque alberga importantes formaciones de coral:
Punta Nizuc. Hasta esas plataformas se transportaba diariamente a cientos
de turistas. El daño que esto causaba a los corales fue tan
evidente, que dos años después el ex presidente Zedillo
ordenó su demolición. Orozco Sarro figura a la cabeza de
varios negocios turísticos, entre ellos Polaris y Ultramar. Este
último opera barcos de pasajeros que cubren las rutas
Cancún-Isla Mujeres y Playa del Carmen-Cozumel.
A la construcción del muelle, iniciada
hace año y medio, siempre se opusieron la ciudadanía y las
agrupaciones empresariales, ambientales y sociales de Playa del
Carmen, pues se ubica cerca de una valiosa formación coralina y
afecta una de las pocas playas públicas que todavía existen
en la ciudad. Además, ya hay una terminal marítima en
buen estado que funciona a mitad de su capacidad. Raúl Arriaga
ignoró los argumentos legales en contra del nuevo muelle, así
como el cuestionado ex subsecretario de Gestión Ambiental de la
Semarnat, entre otros funcionarios que eran de su plena confianza en esa
dependencia y en la Procuraduría Federal de Protección al
Ambiente (Profepa). Las instancias estatales y locales se hicieron de la
vista gorda, a pesar de que la obra viola el programa de desarrollo urbano
municipal. Alguien con poder pudo influir para neutralizar la acción
de la Secretaría de la Función Pública, ante la cual
se denunció a los funcionarios que autorizaron construir el
muelle.
Hace ocho días la SCT sorpresivamente
ordenó por segunda ocasión detener la obra. Una clausura
anterior, que data de agosto pasado, inexplicablemente quedó sin
efecto. Ahora la SCT encontró, entre otras cosas, que el
ancho del muelle es de casi 12 metros, cuando debería ser apenas de
6.4. Respecto a su longitud, los 260 metros autorizados se
extendieron hasta ocupar varios metros más en tierra firme. Quienes
por ley deben supervisar la obra citada descubrieron tarde éstas y
otras irregularidades, como la de que no existe el permiso de uso del
suelo, algo básico en la autorización de trabajos como el
mencionado.
Tres días después de decretada la
reciente clausura, el titular de la Profepa, José Luis Luegue
anunció en Cancún que la dependencia a su cargo
buscará la clausura definitiva del muelle porque sus dueños
no entregaron la información correcta en su manifestación de
impacto ambiental; también se procederá contra quienes
aprobaron la obra. Anunció asimismo que no se tolerará
ningún proyecto que afecte los recursos naturales de Quintana Roo.
Lo anterior parecería ir acorde con la promesa que hizo el
titular de Semarnat, Alberto Cárdenas, de no tolerar la corrupción ni la desidia en la secretaría a su
cargo. Cabría esperar que, luego de vencer la venalidad con que se comportan algunos jueces al conceder amparos
a quienes violan la normatividad ambiental, las instancias oficiales
declaren nulos los permisos concedidos, ordenen la demolición del
muelle y la reparación de los daños ocasionados en la franja
litoral.
A la vez es necesario aclarar si la protección
a las empresas del señor Orozco Sarro proviene de dos jóvenes
que presuntamente son sus socios: los hijos de la esposa del presidente
Fox. Don Renán Castro Madera, coordinador general del diario
regional Por Esto,
sostiene en su columna del pasado 28 de abril que estamos apenas ante la
punta del iceberg que esconde la protección de las instancias
oficiales a Orozco y sus negocios, gracias a los hijos de la señora
Marta. Anteriormente vino de importantes funcionarios, como el ex
gobernador Mario Villanueva, hoy recluido en el penal de La Palma.
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