México D.F. Sábado 8 de mayo de 2004
Las vejaciones, "inconsistentes con la capacitación
de las fuerzas armadas", dice Rumsfeld
Tolera el ejército de EU torturas a presos iraquíes:
Cruz Roja
El jefe de detenciones en Irak afirma que "es permisible"
privarlos del sueño o desnudarlos
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
WASHINGTON Y NUEVA YORK, 7 DE MAYO. El secretario
de Defensa Donald Rumsfeld declaró hoy que la tortura contra iraquíes
por parte de soldados estadunidenses "fue inconsistente con la capacitación
de las fuerzas armadas", pero un creciente número de investigaciones
indica lo contrario: los militares estadunidenses frecuentemente tratan
a prisioneros de una manera que bajo el derecho internacional se define
como tortura.
El Comité Internacional de la Cruz Roja, en un
informe enviado a las fuerzas armadas de Estados Unidos y fechado en febrero
de 2004, concluyó que los abusos físicos y sicológicos
de prisioneros iraquíes en Irak era extenso y "equivalente a tortura".
En
fragmentos del informe que fueron publicados hoy por el Wall Street
Journal, la Cruz Roja señaló que "el maltrato a personas
privadas de su libertad fue más allá de causas excepcionales
y podría ser considerado como una práctica tolerada" por
las fuerzas estadunidenses.
Amnistía Internacional declaró este viernes
que algunos militares estadunidenses deberían ser enjuiciados por
"crímenes de guerra", y Human Rights Watch demandó a Rumsfeld
prohibir de inmediato las técnicas de interrogación de "estrés
y angustia".
El problema ahora para el gobierno de George W. Bush son
las fotos. Hoy, como en los últimos días, el presidente y
sus altos funcionarios han sido obligados a insistir en que lo visto en
las imágenes es algo "malo". Pero Rumsfeld reconoció que
existen más fotos y algunos videos que documentan más incidentes
de abusos.
Ahora, parte del debate se enfoca en la definición
de la tortura. Las descripciones más detalladas y recientes sobre
lo que los militares consideran como conductas permisibles en los interrogatorios
de prisioneros han sido ofrecidas por el general mayor Geoffrey D. Miller,
comandante encargado de detención e interrogatorios en Irak.
En varias entrevistas con medios estadunidenses esta semana,
Miller ha defendido la práctica de privar del sueño a los
prisioneros, obligarlos a desnudarse y colocarlos en "situaciones de estrés",
como tácticas aprobadas en un interrogatorio.
Rumsfeld comentó hoy ante el Congreso que los soldados
que interrogan en la base militar de Guantánamo, donde Miller había
servido anteriormente, han encontrado que las condiciones en las que los
detenidos permanecían en sus celdas se considera normal. El ahora
famoso informe militar interno sobre los incidentes denunciados en Irak,
señala que muchas de las prácticas vistas en las fotos dadas
a conocer esta semana eran parte de esfuerzos para "ablandar" a los prisioneros,
a fin de mejorar su cooperación durante el interrogatorio.
Miller
y otros oficiales estadunidenses insisten que en el "contacto físico"
entre un interrogador y un detenido está prohibido. Pero un manual
de interrogación del ejército obtenido por La Jornada
describe prácticas como "violencia de mano dura golpeando la mesa"
y hasta recomienda que en algunos casos los interrogadores "arrojen objetos
en la sala para intensificar el temor" en el detenido.
John Giersdorf, sargento en el fuerte Huachuca en Arkansas,
donde el ejército estadunidense entrena a interrogadores militares,
dijo al Wall Street Journal en 2002 que la labor de un interrogador
militar está "a un pelo de ser una especialidad ilegal especificada
por la Convención de Ginebra". Los interrogadores, precisó,
están "autorizados no sólo a mentir, sino a abusar de los
estereotipos étnicos de un prisionero, sus impulsos sexuales y sus
prejuicios religiosos, sus temores por la seguridad de su familia, o el
resentimiento de sus compañeros".
Esta descripción, particularmente la noción
de abusar de los "impulsos sexuales" de detenidos, parece ser consistente
con las imágenes de lo que ha pasado en Irak. La definición
de la tortura es bastante ambigua en el sector castrense, según
los instructores del fuerte Huachuca. "¿Si un prisionero dice que
duele, es tortura?", pregunta un instructor observado por el Wall Street
Journal. Los estudiantes responden que sí, pero el instructor
replica: "no, no lo es".
Uno puede encadenar las piernas de un prisionero a una
silla, agrega el instructor, esposarlo con las manos detrás, obligarlo
a pararse en posición de firmes, o a permanecer en el suelo.
Cuando un estudiante pregunta si un interrogador puede
"cargar un arma o afilar un cuchillo" en la presencia de un prisionero
con el objetivo de intimidarlo, el instructor respondió: "que nadie
te vea hacerlo", pero después ve al reportero en la sala y corrige,
"digo, no lo hagas".
No hay castigos
Pero el punto central, insisten los críticos, es
que los militares no sólo se permiten un amplio margen al definir
qué es tortura, sino que tampoco castigan a los que torturan a detenidos.
Médicos del ejército de Estados Unidos reportaron que la
muerte de dos presos en diciembre de 2001 en Afganistán fue un homicidio
cometido por soldados estadunidenses, pero estos jamás han sido
enjuiciados. Otro soldado que mató a un detenido fue expulsado del
ejército, pero jamás enfrentó una acusación
de la fiscalía.
Y estos son los casos que se conocen. Ahora se debate
si estas prácticas son tortura o no, si son más excepción
que la regla. Mientras, sólo los soldados de más bajo rango
son, por el momento, los únicos culpados de estas prácticas
y sus superiores siguen justificando los hechos y esperan más fotografías.
Rumsfeld, por su parte, sigue insistiendo, como lo hizo hoy, en que las
fuerzas armadas de Estados Unidos no torturan.
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