México D.F. Sábado 8 de mayo de 2004
Robert Fisk
Video muestra más abusos
Las imágenes son estremecedoras; las palabras, devastadoras. Mientras un iraquí herido sale arrastrándose debajo de un camión en llamas, el piloto de un helicóptero estadunidense informa a su co-mandante que uno de tres hombres sobrevivió a su ataque aéreo nocturno. "Hay un herido", grita el piloto. Y entonces recibe la respuesta: "šTírele! šTírele al camión y a él!" El piloto, según se ve en la escena captada por el arma montada en el cañón de 30 milímetros del helicóptero, abre fuego contra el herido y lo vaporiza al instante.
La televisión británica y la mayoría de las europeas censuraron la cinta en sus transmisiones, aduciendo que las imágenes eran demasiado terribles. Sin embargo, dispararle a un herido es un crimen de guerra conforme a las convenciones de Ginebra y es probable que esta extraordinaria cinta de tripulantes estadunidenses de un helicóptero en acción sobre Irak provoque un nuevo escándalo internacional.
Elementos militares tanto estadunidenses como europeos llevan semanas tratando de persuadir a estaciones occidentales de televisión de que muestren el video del ataque, el cual consideran vergonzoso e ilegal. Sin embargo, pese a los esfuerzos de reporteros en Bagdad y Nueva York, la mayoría de los controladores de televisión prefirieron ocultar la evidencia a su auditorio. Sólo Canal Plus de Francia, la ABC de Estados Unidos y la Canadian Broadcasting Corporation han tenido hasta ahora el valor de poner al aire las estremecedoras imágenes. Personal militar británico en la región del Golfo ha confirmado que la cinta es genuina.
La cámara, montada al lado del cañón de 30 milímetros de un helicóptero Apache de Estados Unidos que patrullaba sobre el centro de Irak el 1Ɔ de diciembre pasado, capta primero movimiento en un camino rural, al parecer a varios cientos de metros de un retén estadunidense. Un camión y un vehículo más pequeño, probablemente una pick-up, entran a cuadro y se ve a un hombre -al parecer inadvertido de la presencia del helicóptero- que avanza hacia un campo ubicado a la izquierda en la pantalla. Lleva lo que parece un tubo con una cubierta, tal vez una granada impulsada por cohete. Se oye decir a uno de los dos pilotos del helicóptero: "Hay un camión grande aquí. Tiene una pequeña reunión".
El conductor de la pick-up mira a su alrededor, entra al vehículo, saca el objeto en forma de tubo, de más o menos metro y medio de largo, y corre del camino hacia un campo situado a la izquierda. Deja caer el objeto en el campo y regresa al camión. El piloto dice por la radio: "Hay un tipo que corre, arrojó un arma". Otro piloto -o un controlador en tierra- le instruye: "Ataque, vuélelo".
En este punto llega un tractor cerca de donde el hombre del camión dejó caer el objeto en el campo. Uno de los iraquíes se acerca al conductor del tractor. El piloto del Apache abre fuego con su cañón de 30 milímetros, mata primero al iraquí en el campo y después al conductor del tractor. En el caso del primer hombre, la cámara registra el momento en que las balas lo impactan. Todo lo que queda es un manchón en el suelo.
Luego el piloto pone atención en el camión grande, abre fuego y espera a ver si le dio al último de los tres hombres. Después se ve a éste salir arrastrándose, obviamente malherido, debajo del camión en llamas. El piloto vuelve a informar: "Espere. Hay alguien herido abajo del camión". Un oficial responde: "Tírele. Tírele al camión y a él. Adelante".
La cinta de video muestra que el incidente duró cuatro minutos, en los cuales los dos pilotos de helicóptero -cuyos apellidos aparecen enlistados como Nager y Alioto- gastaron 300 cargas de cañón de alta velocidad. La cinta muestra que las primeras 15 cargas erraron el blanco. Uno de los pilotos dice: "Carajo, cambio a ajuste automático".
Luego la cinta documenta el disparo de cuatro ráfagas de 20 cargas cada una a los tres hombres.
Las imágenes, captadas al parecer con cámaras térmicas, no dejan duda de que el piloto sabía que su tercera víctima estaba herida y se arrastraba por el suelo, y que quien le dio la orden estaba al tanto de ello.
Difundidas pocos días después de las escandalosas fotografías de iraquíes sujetos a torturas y humillación por soldados estadunidenses en la prisión de Abu Gharib, en las afueras de Bagdad, estas nuevas imágenes no pueden sino inflamar aún más la opinión árabe en todo Medio Oriente.
Es práctica común de los israelíes matar desde el aire a enemigos heridos: un devastador asalto israelí con helicópteros sobre un campo de adiestramiento del Hezbollah en Líbano, hace 10 años, fue acompañado por una serie de ataques en los cuales pilotos persiguieron a guerrilleros heridos que se ocultaban en las rocas del valle de Beeka y los mataron uno a uno. Hace casi un año, las fuerzas estadunidenses solicitaron estudiar las reglas de compromiso del ejército y la fuerza aérea israelíes en la Cisjordania y Gaza ocupadas y en Líbano.
Es probable que a muchos tripulantes de helicópteros estadunidenses estas imágenes no les causen mayor sorpresa. Durante la guerra del Golfo, en 1991, las cámaras montadas en helicópteros Apache registraron el asesinato de soldados iraquíes que ya tenían las manos en alto en señal de rendición en el desierto al sureste de Basora.
Sin embargo, esta última grabación, si bien muestra hombres que actuaban en forma aparentemente sospechosa, no prueba en forma concluyente que llevaran armas. Las autoridades de ocupación en Bagdad optaron por mantener en secreto el incidente cuando ocurrió, en diciembre. Al observar las imágenes en video es fácil entender por qué.
Un examen detenido de la cinta de video revela que el hombre que llevaba el tubo parece vestir pantalones kurdos y un tocado kurdo, lo cual sugiere que el ataque ocurrió en la región kurda del norte de Irak, y no cerca de Bagdad. © The Independent Traducción: Jorge Anaya
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