México D.F. Sábado 8 de mayo de 2004
Habla Javier de la Mora, autor del poemario Toda la flor del Universo
La literatura ''no sirve a las certezas ideológicas, sino que las deshace''
El poeta chantajea a la existencia para extraer su expresión lingüística: Gustavo Sainz
ARTURO JIMENEZ
Con una crítica a la literatura mexicana predominante, en la que se han instalado males como un discurso que provoca cansancio, una política de las imágenes que suplanta a la profundidad y una crisis del lenguaje, el cual ha perdido autoridad y se ha vuelto ligero y tramposo, el poeta Javier de la Mora de la Peña presentó TODA LA FLOR DEL UNIVERSO.
La noche de este jueves, la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, totalmente llena, atestiguó la aparición de lo que podría ser un texto importante en la historia reciente de la poesía mexicana, y de un poeta, narrador, ensayista, productor teatral y viajero poco conocido pero con un talento singular y una intención renovadora.
En el lanzamiento de Toda la flor del Universo (Ediciones del Ermitaño) participaron el escritor Gustavo Sainz y la actriz Vanessa Bauche, quienes analizaron y leyeron fragmentos del libro de De la Mora, respectivamente, además del editor Alejandro Zenker y la moderadora Rosa del Tepeyac Flores.
''Busco con afán un lenguaje propio. En el libro exploro el fondo mismo del ser humano. En los textos rehúyo lo muy pulido y busco sobre todo la fluidez, el sonido. No creo que para innovar haya que negar la tradición."
Así habló De la Mora sobre este poemario dividido en tres partes, la primera muy descriptiva sobre su crítica visión del mundo y su poética: Manifiestos del escriba, Los malditos umbrales del exilio y El agua de la selva y otras voces.
La literatura, señaló este poeta que coordina una red internacional para distribuir libros prohibidos de escritores exiliados en países con gobiernos no democráticos, ''no sirve a las certezas ideológicas, sino que las deshace".
Para Javier de la Mora, quien cree en el ''poder de la literatura" y en su capacidad para sembrar conocimiento en los lectores y esclarecer sus sentimientos, este arte hace a las personas más críticas y difíciles de contentar, por eso las dictaduras reprimen a los escritores.
También criticó las burlas y el escepticismo de su generación hacia acá y consideró que las utopías de las generaciones anteriores eran mejores y más nobles.
Interminable gradación
Para destacar una de las varias cualidades del poemario, Gustavo Sainz dijo que este trabajo es una especie de ''metalibro", una obra que está por hacerse y que, por eso mismo, es ya el libro en sí, completo.
Es un libro de fragmentos, agregó, como un escalamiento y con una gradación que no termina.
Al poeta, reflexionó, le gusta escribir comienzos, no finales.
Con su intención innovadora y actitud riesgosa, señaló, Javier de la Mora ''es un escritor de la existencia, a la que chantajea para extraer su experiencia lingüística".
Intercalados con el análisis de Sainz, Vanessa Bauche leyó muchos fragmentos de sus textos sin mayúsculas, entre ellos:
''soy lo opuesto al mundo y pongo de manifiesto al mundo de lo opuesto. aquí están puentes, llaves y ventanas, salidas, claroscuros y pasillos, umbrales, tejidos y caminos angostos. sólo hay que romper y dar el salto. ya no consiento. me quedo fuera. me quise salir."
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