México D.F. Viernes 14 de mayo de 2004
Emplea la técnica para captar ''gente
común''
Albornoz recupera el sentido retratista del daguerrotipo
MERRY MAC MASTERS
Durante
el tiempo en que se mantuvo vigente, el daguerrotipo fungió como
medio para retratar a las personas de cierta relevancia social. El fotógrafo
Carlos Darío Albornoz (Argentina, 1956) retomó esa técnica
fotográfica para dirigirla hacia el hombre común, sin trascendencia
en la sociedad ni profesión, que sólo trata de sobrevivir
a diario.
Después de recorrer varias ciudades argentinas,
Identidades, exposición de daguerrotipos contemporáneos,
primera de su índole en México, se inauguró el miércoles
12 de mayo en la galería donde se resguarda la colección
fotográfica formada por Manuel Alvarez Bravo, en Casa Lamm (Alvaro
Obregón 99, colonia Roma), como parte de la Feria de Arte Contemporáneo
de México. La muestra permanecerá allí dos semanas
para después viajar a Jalapa, Veracruz, ya que a partir del 4 de
junio participará en el Festival de la Luz 2004.
Albornoz se encuentra en México para impartir talleres
sobre la daguerrotipia en la Escuela Nacional de Conservación, Restauración
y Museografía Manuel Castillo Negrete, con objeto de que los estudiantes
aprendan cómo se hacían las fotografías en el siglo
XIX, porque ésas serán las que conserven museos y archivos,
anota Fernando Osorio, director de conservación de la galería
Manuel Alvarez Bravo.
Como
parte de su labor en la conservación fotográfica, Albornoz
se ha adentrado en los procesos antiguos, como el daguerrotipo, conocimientos
que después ha trasladado a su obra personal, a fin de emplear esa
primera técnica fotográfica para producir imágenes
modernas. Imágenes, apunta, concernientes a ''nuestra realidad en
mi ciudad (Yerbabuena) y en mi barrio. Vivo frente a una villa con miseria
de donde son muchos de los personajes retratados''.
Acota: ''Trato de identificar a la gente común,
que vive a lado mío, con la que me encuentro todos los días,
y al tiempo que los identifico, ellos me identifican a mí como fotógrafo,
como persona''.
En un texto que Albornoz escribió para la exposición,
señala: ''los tiempos para la toma de un daguerrotipo no son los
de las fotografías actuales'', ya que requiere de muchos segundos
y a veces minutos para poder imprimirse. Eso implica que las personas ''que
posan para uno estén dispuestas a quedarse quietas y creer en lo
que hacemos como fotógrafos''.
Mención
aparte merece el montaje de la muestra, porque las pequeñas imágenes
se han ''bajado'' de la pared, a fin de ''desacralizarlas'' colocándolas
en pedestales, de modo que el espectador tiene que manipular cada pieza
para ver las imágenes que se exhiben por pares.
De acuerdo con Fernando Osorio, en América Latina
se cuenta con ''no más de 10 daguerrotipistas, algunos activos''.
Albornoz, sin embargo, destaca por trabajar su obra fotográfica
mediante dicho proceso, cuyo concepto es regresar a la función original
del daguerrotipo: el retrato.
La galería Manuel Alvarez Bravo tiene en custodia
la colección que el fotógrafo formó para la Fundación
Televisa. En consecuencia también se exhiben algunos daguerrotipos
incluidos en el acervo.
|