México D.F. Lunes 24 de mayo de 2004
La general Karpinski dejó a cientos de
reos iraquíes fuera de la Convención de Ginebra
Niega el Pentágono que altos mandos hayan presenciado
abusos en Abu Ghraib
Funcionarios de la cancillería británica
piden a Blair distanciarse de la política exterior de Bush
REUTERS, DPA Y THE INDEPENDENT
Washington, 23 de mayo. Ante la publicación
de nuevas evidencias en medios estadunidenses de que oficiales a cargo
de operaciones en Irak estaban enterados de los abusos contra prisioneros
iraquíes, el ejército estadunidense rechazó hoy que
el general Ricardo Sánchez, jefe de operaciones militares de la
coalición en Irak, hubiera sido testigo de maltratos en la
cárcel de Abu Ghraib como publicó el sábado por la
noche The Washington Post en su página de Internet.
En
breve declaración emitida desde Bagdad, el ejército estadunidense
sostuvo que el reporte del Post "es falso... Sánchez mantiene
su testimonio ante los comités del Congreso".
Por otra parte, The New York Times informó
que cientos de prisioneros iraquíes fueron excluidos de la protección
brindada por la Convención de Ginebra. El reporte está basado
en una carta del 24 de diciembre de 2003 de la general Janis Karpinski,
hasta enero de este año responsable de los centros de detención
estadunidenses en Irak, en la cual sostiene que algunos detenidos pueden
ser privados de derechos por "necesidad militar" o por "su importante valor
para la inteligencia".
Según un informe publicado por el Comité
Internacional de la Cruz Roja en noviembre del año pasado, "un total
de 601 prisioneros eran considerados detenidos de seguridad" en Abu Ghraib.
Karpinski asegura que algunos prisioneros pueden ser considerados
"detenidos de seguridad", lo que implica que no gozan de la entera protección
de la Convención de Ginebra, ya que pueden ser catalogados como
espías o saboteadores.
La misiva de la general, estiman analistas, parece contradecir
las insistentes afirmaciones del gobierno estadunidense de que la Convención
de Ginebra se aplica en Irak.
A todo esto, el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld,
prohibió a sus soldados el uso de teléfonos celulares con
cámara fotográfica y cámaras de video en instalaciones
militares en Irak, según el semanario británico The Business.
La decisión de Rumsfeld está vinculada con
el escándalo de las fotografías de soldados estadunidenses
que maltratan a prisioneros iraquíes en Abu Ghraib.
En Londres, altos funcionarios del Ministerio de Relaciones
Exteriores británico expresaron su preocupación por los abusos
cometidos por soldados estadunidenses en Irak.
En un documento interno dirigido al primer ministro Tony
Blair, ministros y parlamentarios, los funcionarios de la cancillería
advierten que Londres debería comenzar a distanciarse de la política
exterior de Washington.
"El escándalo del trato de los prisioneros de Abu
Ghraib ha saboteado la autoridad moral de la coalición tanto
en Irak como internacionalmente", sostienen los funcionarios.
Diplomáticos británicos también negocian
con el futuro gobierno interino iraquí, y en el Consejo de Seguridad
de la Organización de Naciones Unidas, inmunidad para un soldado
inglés responsable de la muerte del detenido Baha Mousa.
El soldado, cuya identidad no fue revelada, sería
condenado por un tribunal militar británico, aseguró Scotland
Yard al anunciar una investigación sobre la muerte del recepcionista
iraquí de 26 años cuando era custodiado por efectivos británicos
en abril de 2003.
Allegado a Hussein murió en prisión
El diario británico The Guardian señala
en su edición del lunes que un científico iraquí especializado
en química y supuestamente allegado a Saddam Hussein murió
durante su detención en una base estadunidense en Bagdad.
El profesor Mohammed Al Izmerly, cuyo nombre figuraba
al inicio de la guerra en una lista de 200 allegados al régimen
del entonces gobernante iraquí, murió de una "congestión
cerebral", según el lacónico diagnóstico oficial de
los médicos militares estadunidenses que acompañaba el cadáver,
reveló el diario británico.
El certificado de defunción entregado con el cuerpo
-que sólo llevaba el número 1909 como identificación-
por las autoridades estadunidenses, no precisaba cómo ocurrió
la fractura de cráneo que le ocasionó la muerte.
Según Faik Amin Baker, director del servicio de
autopsias del hospital de Bagdad, citado en las columnas de The Guardian,
el científico habría muerto "de un golpe súbito en
la parte posterior del cráneo".
|