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México D.F. Lunes 24 de mayo de 2004
El pianista Gandini visita México para
participar de jurado en premio de composición
''Para que el tango lo sea hace falta un poco de roña,
mugre''
Este miércoles ofrecerá con Neli Saporiti
el recital Postangos en el teatro-bar El Hábito
MERRY MAC MASTERS
''Trato de tocar el tango como un músico popular,
a pesar de que no lo soy. Pero después de trabajar con Astor Piazzolla
durante un año me considero autorizado para pensar un poco como
músico popular'', asegura Gerardo Gandini (Buenos Aires, Argentina,
1936).
El pianista y compositor, sin embargo, no puede evitar
que ''algunas veces se filtre la información que tengo sobre la
música contemporánea. Trato, además, de que esto sea
improvisado, pero sin referencias al jazz, porque éste no tiene
nada que ver con el tango''.
Gandini se encuentra en México en calidad de jurado
del primer Premio Iberoamericano Rodolfo Halffter de Composición.
El miércoles 26, no obstante, ofrecerá el recital Postangos
en el Teatro Bar El Hábito (Madrid 13, Coyoacán), con la
cantante invitada Neli Saporiti que, además, es su esposa. El espectáculo,
que se compone de ''improvisaciones sobre estándares de tango'',
no tiene mayores pretensiones. Se llama así porque ''después
de que aprendí a tocar tangos con Piazzolla, ahora es mi época
postango''.
Compositor
de música clásica contemporánea, Gandini recuerda
cómo un día de 1988 recibió una llamada de Piazzolla
desde Japón, donde le informó: ''quiero que vos sea mi pianista''.
A Gandini le pareció ''muy raro'' el ofrecimiento, porque nunca
había tocado tangos, así que propuso platicarlo. Sin embargo,
Piazzolla insistía en que llegara a Tokio en dos días, lo
cual no sucedió.
De regreso a Buenos Aires, Piazzolla fue internado para
hacerse un triple bypass. Gandini continúa: ''No pensé que
me volviera a buscar, pero a los 15 días me habló desde terapia
intensiva para decirme 'quiero que seas mi pianista'. Por fin se concretó
la entrevista. Lo fui a ver a su casa y le volví a preguntar: 'por
qué queréis que sea tu pianista si nunca toqué tangos?'
'Sé que vos tocáis bien el piano -me contestó-, pero
además una vez escuché un reportaje donde vos decía
que te gustaba la música popular'. No recordaba haber dicho eso
en un reportaje''.
Ante una razón ''tan metafísica'', Gandini
accedió convertirse en el pianista de Piazzolla: ''A partir de allí
comenzó un periodo extraordinario para mí, porque aprendí
a tocar tango con el mejor maestro posible. Era la mejor época de
Piazzolla. Fue el último conjunto que tuvo, un sexteto, e hicimos
100 conciertos por todo el mundo. Comenzamos a probar nuevas cosas: cómo
improvisar de otra manera. Comencé leyendo todo, después
no tocaba más lo que estaba escrito y le improvisaba cosas. Astor
también empezó a improvisar.
''Cuando todo terminó se me quedó la idea
de ver qué pasaba si improvisaba de la misma manera, agregando cosas
nuevas, por supuesto, sobre tangos tradicionales. Primero lo hacía
en mi casa, después me pidieron que tocara esto una vez para conseguir
fondos para sacar un número de la revista de música contemporánea
Lulú. A partir de allí empecé a tocar aquí
y allá, por lo general en festivales de música contemporánea''.
Neli Saporiti interviene para decir que hay dos músicas
urbanas ''grandes'' del siglo XX: el jazz y el tango. Debido al auge de
que goza el tango, anota Gandina, hay muchos intérpretes de música
clásica que han grabado discos de esta índole con ''suerte
diversa, por lo general mala''. El tango, explica, es una música
urbana, "pero de Buenos Aires, y no se parece en nada al jazz, aunque Piazzolla,
por ejemplo, fue influenciado por el jazz. El tango tiene ciertas oscilaciones
en el tiempo, ciertas suspensiones. Pero, para que el tango sea tango -esto
todos los tangueros reales lo dicen-, hace falta un poco de roña,
mugre.
''Esta suciedad también es definible. Significa
más que nada que hay ciertas notas más importantes que otras.
Las notas acentuadas son importantes, las no acentuadas, no. Hay ciertos
ruidos y cosas que se hacen que hacen la esencia del asunto''.
Sobre el gusto del tango en Argentina, el entrevistado
asegura que hay una ''sobresaturación de mercado'': ''Hay millones
de grupos nuevos, algunos buenos, la mayor parte malos. Además,
hay ciertos músicos de rock que han introducido elementos del tango
en sus letras y otros, inclusive, se dedican ahora a cantarlos. Es probable
que esto pasará y las cosas volverán a su cauce natural.
En la actualidad hay una sobresaturación de tango en el mundo. Lo
mío no tiene nada que ver con lo que hacen los otros ya que lo hago
desde el punto de vista de la música popular, aunque no puedo evitar
mi formación clásica. Se trata de improvisaciones sobre temas
conocidos de tangos como La casita de mi viejo, La comparsita.
Son como otra mirada de esto''.
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