México D.F. Lunes 24 de mayo de 2004
El ministro de Justicia califica la acción
de "práctica inhumana y no judía"
Divide al gobierno de Sharon operativo de destrucción
de viviendas en Gaza
La ANP rechaza propuesta de indemnizar a habitantes
de Rafah cuyas casas fueron demolidas
AFP, DPA Y REUTERS
Jerusalen,
23 de mayo. La destrucción de casas palestinas en Rafah provocó
divisiones en el seno del gobierno del primer ministro israelí,
Ariel Sharon. El ministro de Justicia, Josep Lapid, calificó la
operación Arcoiris de "práctica inhumana y no judía",
mientras su homólogo de Defensa, Shaul Mofaz, advirtió que
el operativo en esa ciudad de la franja de Gaza, fronteriza con
Egipto, constituye "un tratamiento contra la raíz del terrorismo
y el tráfico de armas".
Mofaz aseguró durante una reunión de gabinete
que la operación continuará unos días más,
no semanas.
Lapid, a su vez, expresó que la imagen publicada
por medios de información de todo el mundo de una anciana palestina
que busca sus medicamentos entre las ruinas de su casa le hicieron recordar
a su abuela, a quien mataron los nazis durante el Holocausto.
Calificó de "insensato" el proyecto de destruir
entre 2 mil y 3 mil casas en Rafah, en el sur de la franja de Gaza, luego
de afirmar que esta acción "no es moral ni humana y no conforme
con la práctica judía". Advirtió sobre el riesgo de
un boicot internacional contra Israel.
"Nos van a echar de Naciones Unidas, van a llevar a los
responsables ante el Tribunal Internacional de la Haya y nadie va a querer
seguir hablando con nosotros", señaló el ministro.
Las declaraciones de Lapid provocaron indignación
entre los miembros del gabinete. El premier Sharon lo acusó de comparar
a los soldados israelíes con los nazis y de avivar la peor propaganda
contra Israel.
La Autoridad Nacional Palestina (ANP), por su parte, rechazó
la oferta israelí de compensar financieramente a las familias cuyas
casas fueron demolidas. El ministro de Comunicaciones, Azzam el Ahmed,
afirmó que no corresponde a Israel decidir dónde deberían
vivir o construir sus viviendas los palestinos.
Añadió que la intención de Israel
es "absorber" el enojo de los palestinos y de la opinión pública
en el mundo a causa de la operación Arcoiris en Rafah, que de acuerdo
con fuentes palestinas ya causó 50 fallecimientos.
Sharon, al dar a conocer a jefes del ejército y
fuerzas de seguridad la nueva versión de su plan para retirarse
de la franja de Gaza, reiteró que presentará ésta
a su gabinete el próximo domingo. El proyecto prevé el desmantelamiento
gradual de los 21 asentamientos judíos en ese territorio y de cuatro
pequeños en Cisjordania, contrario al anterior, en el cual proponía
el desmantelamiento simultáneo de todas las colonias, refirió
el diario Haaretz.
Además la nueva propuesta prevé, en atención
a las críticas de quienes se oponen al plan de retirada, que las
casas evacuadas por los colonos sean destruidas y sólo se dejen
intacta la infraestructura pública. El plan original proponía
entregar casas a refugiados palestinos.
Por otra parte, el movimiento palestino de resistencia
Hamas afirmó que la operación sin precedente lanzada en Rafah
desde el martes pasado le permitirá reclutar nuevos activistas.
"Los últimos días fueron decisivos para Hamas, en el buen
sentido. Hay mucha gente que quiere manifestar su ira", afirmó Abu
Mohammed, dirigente local de la agrupación.
En el terreno, tres presuntos activistas murieron en la
ciudad cisjordana de Nablus al estallar una bomba que llevaban dentro del
vehículo en que viajaban. Dos de las víctimas pertenecían
a Hamas y otro a las Brigadas de los Mártires de al Aqsa, grupo
armado ligado a Fatah, del presidente palestino Yasser Arafat.
La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos
denunció que, en el contexto de la incursión en Rafah, uno
de sus trabajadores fue amenazado y detenido tres horas por soldados israelíes.
Esto, manifestó, sucedió durante una operación de
arrestos en la ciudad.
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