México D.F. Lunes 24 de mayo de 2004
Estudiantes crearon el club Hojarasca, en honor al Nobel
Gabo inspira a la lectura entre jóvenes sinaloenses
El escritor colombiano les envió en agradecimiento un paquete de libros para que continuaran estimulando el hábito
JAVIER VALDEZ CARDENAS CORRESPONSAL
Culiacan, Sin., 23 de mayo. En el Centro Bachillerato Tecnológico Agropecuario 133, ubicado en la comunidad de Recoveco, municipio de Mocorito, la lectura se ha convertido en un viaje fantástico, en un pretexto para soñar, divertirse y crecer.
Aquí varias decenas de jóvenes preparatorianos conformaron el Club de Lectura Hojarasca, en homenaje al escritor colombiano Gabriel García Márquez, premio Nobel de Literatura, de quien han leído todos sus libros. O casi todos: se saben citas y pasajes de memoria, se han especializado en exponer ante sus compañeros cuentos y novelas, manejan milimétricamente datos biográficos y anécdotas del autor.
Con esa irreverencia y la compañía generosa de los libros, los de Hojarasca, dirigidos por el maestro Cruz Hernández, catedrático del plantel, escribieron cartas a Gabo, como le llaman de cariño. A través de la revista Proceso, dieron con su teléfono y dirección.
Fue la joven Mónica Santos, secretaria particular del colombiano radicado en México, quien atendió a los mocoritenses. Le dijeron que habían organizado un acto de homenaje en su nombre y le dieron la dirección de Internet www.cbta133.edu.mx, que fue finalmente consultada por el escritor, según les contó después la secretaria, a través de una carta.
''También nos contó que le dijo al señor Márquez, como ella le dice, que tenemos carencias de libros en la escuela, porque los libros que los jóvenes leen yo se los presto, pues son de mi propiedad", afirmó Cruz Hernández.
En la respuesta también se anunciaba el envío de varios paquetes de libros para los hojarascas. Cuando les dieron esta noticia pensaron que pasarían meses. Pero apenas tardaron tres o cuatro días en llegar al plantel.
Y más tardaron en llegar que en ser "devorados" por la avidez de los estudiantes, a los que se unieron padres de familia y docentes del bachiller.
La Hojarasca, agregó Cruz, tiene alrededor de diez años funcionando y son muchos los jóvenes que han pasado por este espacio: ahora leen y comentan igual en los jardines, aulas, pasillos y en sus casas las obras de Gabo y otros autores. "Todo esto lo hacen ellos, los chavos, porque sin ellos La Hojarasca no existiera", expresó.
Citlali, de 17 años, se ha emocionado con seis libros del Nobel: "me siento otra con los libros; es emotivo y divertido, y me cambió el panorama de la vida".
En cambio para Cristina encontrarse con El amor en los tiempos del cólera y Crónica de una muerte anunciada ha sido una experiencia increíble. Omar Rigoberto Hernández se siente más grande con los libros, porque "uno crece intelectualmente y es mejor como ser humano".
Alumnos que integran La hojarasca y docentes del plantel inauguraron una sala audiovisual que denominaron Macondo, siguiendo con esta tendencia de homenajear a García Márquez. Cruz Hernández insiste en la necesidad de abrir espacios como éste, extenderlos a otras escuelas y ámbitos, para niños, jóvenes y adultos, sobre todo porque este es un país que no lee.
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