México D.F. Jueves 27 de mayo de 2004
Las noticias procedentes de Irak marcan un retorno
a los 60... a los tiempos del Watergate
Aparece en EU el fantasma de Vietnam
Otra invasión "en nombre de la libertad"; el
enemigo era el comunismo, ahora lo es el terrorismo
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington y Nueva York, 26 de mayo. "La respuesta
sopla en el viento", cantaba en los 60 Bob Dylan, quien esta semana cumplió
63 años. Ese pasado empieza a invadir al presente, con inevitables
comparaciones de tiempos de Vietnam y Watergate, de polarizacion
política, de soldados muertos, pedidos de juicio político
al presidente, y hasta la nostalgia de los años 60 en campañas
publicitarias de empresas trasnacionales.
Tal
vez la única diferencia es es el enemigo oficial. Antes era el comunismo,
ahora es el "terrorismo".
En los últimos días, con algunos programas
de radio celebrando la música de Dylan como trasfondo, hay una amplia
gama de eventos y noticias que marcan el retorno de los tiempos de Vietnam
y Watergate.
Primero, el fantasma de la guerra de Vietnam empieza a
rondar por el país. Los hasta la fecha 800 ataúdes cubiertos
con la bandera estadunidense provenientes de un país que la mayoría
de los estadunidenses probablemente no podría ubicar en el mapa
mundial, empiezan a provocar dudas sobre un conflicto bélico fuera
de control. Otra intervención e invasión para "defender la
libertad", y otra vez en nombre de la "dignidad humana" revelaciones de
atrocidades cometidas por las fuerzas estadunidenses.
El mismo reportero que dio a conocer la matanza de My
Lai, Seymour Hersh, revela ahora las atrocidades estadunidenses en Irak.
Las encuestas empiezan a registrar el giro de la opinión pública,
antes firme en apoyo de la propaganda oficial, dudando hoy de su veracidad,
igual que hace más de tres décadas.
E igual que a finales de los 60 y principios de los 70,
una serie de mentiras y engaños, tanto en torno de la guerra como
en la política nacional y el encubrimiento de estas acciones, provocó
un debate abierto sobre la necesidad de destituir al presidente.
El periodista Carl Bernstein -quien junto con Bob Woodward
reveló los hechos que finalmente llevarían a la renuncia
de Richard Nixon por el escándalo Watergate-, escribió
esta semana que hace 30 años un presidente fue "obligado a renunciar
por los crímenes sin precedente que él y sus asistentes cometieron
contra la Constitución y el pueblo de Estados Unidos". La famosa
pregunta de ese tiempo se vuelve relevante de nuevo, señala Berstein,
¿qué sabía el presidente y cuándo lo supo?
Bernstein, en un artículo publicado esta semana
en el periódico nacional USA Today, escribe: "Hoy, Estados
Unidos está enfrentado con otra guerra mal considerada, concebida
con fervor ideológico y desarrollada con un desdén a la verdad,
con una desatención a la historia y una aseveración arrogante
del poder estadunidense que ha asombrado y enajenado a gran parte del mundo,
incluidos los aliados tradicionales. En una coyuntura de la historia en
que Estados Unidos necesitaba un presidente para encabezar de manera inteligente
y firme una campaña internacional contra el terrorismo y sus causas,
Bush decidió unilateralmente declarar la guerra contra un Estado
totalitario que nunca representó una amenaza terrorista; declarar
la exención de la ley internacional sobre el tratamiento de prisioneros;
suspender las garantías constitucionales hasta para no combatientes
en casa y en el extranjero....".
En este caso, dice Bernstein, el tema podría no
ser los "altos crímenes y delitos menores" -la frase constitucional
en referencia a la facultad para destituir a un presidente empleada en
el caso contra Nixon-, "sino más bien el fracaso de Bush, o su incapacidad,
de ser un líder competente y honesto".
Ralph Nader, líder de defensa de los derechos de
ciudadanos y consumidores y ahora candidato presidencial independiente,
calificó esta semana a Bush de "militarista mesiánico" que
debería ser destituido por llevar al país a la guerra contra
Irak con "pretensiones falsas". En un discurso ante el prestigioso Council
on Foreign Relations, Nader -otro veterano de las luchas de los 60- dijo
que Bush había excedido su autoridad al ordenar la invasión
ante una amplia oposición dentro y fuera de este país, algo
que considera llega al nivel de "altos crímenes y delitos menores"
marcados por la Constitución.
Mientras tanto, la guerra continúa provocando ansiedad
y preocupación, como fue en los últimos años de Vietnam.
Este domingo, el famoso caricaturista Garry Trudeau, autor de la tira cómica
Doonesbury, que aparece en miles de periódicos estadunidenses
y en el extranjero y que por su abierta crítica a la guerra ha sido
censurado, publicará en su cartón todos los nombres de los
soldados estadunidenses muertos en Irak, informó el periódico
Guardian de Inglaterra. El rotativo señala que se hará
justo un mes después de que el programa de noticias Nightline
de ABC dedicó su programa a pasar lista de todos los muertos estadunidenses
en ese conflicto.
Otro veterano de la guerra de Vietnam es el candidato
demócrata a la presidencia, y se enfrentará a otro contemporáneo
de esa época, quien hizo todo para evadir ir a esa guerra pero que
hoy encabeza y glorifica esta. Sin embargo, en el debate político
entre estos dos veteranos de los 60, nadie se atreve a denunciar esta guerra,
ya que sería antipatriótico hacerlo y una "traición"
a los soldados que arriesgan su vida allá. Como comenta el cómico
Lewis Black, "el Partido Demócrata es el partido sin ideas; el Republicano
es el de las malas ideas... No hay nada peor que un demócrata y
un republicano cuando deciden trabajar juntos".
Las guerras, lejos de aquí, de donde sólo
llegan imágenes seleccionadas y casi siempre ocultando lo peor,
lo inaguantable -con la cooperación de los medios masivos- tienen
el efecto de imponer límites sobre el debate político tradicional
en Estados Unidos.
Igual que durante los largos años de Vietnam. Pero
en esta ocasión, cada día se revelan pruebas de más
mentiras y encubrimiento oficial de abusos y de justificaciones para la
guerra. O sea, también están presentes los elementos de donde
nació una palabra para resumir las violaciones de la ley, la mentira
oficial, y su encubrimiento: Watergate.
Las implicaciones políticas de los fantasmas de
Vietnam y Watergate en esta coyuntura se manifestarán durante
los próximos cinco meses que culminarán en la elección
presidencial. Y tal vez no terminará ahí. Un veterano reportero
en Washington recuerda que aunque Nixon cometió una serie de delitos
y engaños antes de la elección, logró relegirse de
manera abrumadora. Sin embargo, debió abandonar la presidencia a
mediados de su segundo periodo cuando el destino lo alcanzó.
La nostalgia en la publicidad
En tanto, con tanta nostalgia por los 60, empresas trasnacionales
han decidido emplear algunos elementos de la oposición de esos años
para vender sus productos. La empresa energética Shell tiene un
anuncio donde una mujer recuerda sus tiempos de hippie, diciendo
algo como que en ese verano, todos pensábamos que sólo se
necesitaba amor, "que una flor podría detener a una bala", y que
la energía solar podría resolver todas nuestras necesidades.
La ex hippie ahora es ingeniera de Shell y afirma que se cumpla
una de las tres cosas no está mal, ya que Shell es la principal
generadora de energía solar.
La empresa automotriz KIA invita a un "festival veraniego
de paz, amor y ahorros" en su nueva publicidad. Otras usan música
rock de los 60 para promover sus productos. Obviamente entienden que un
sector de los consumidores que desean atraer es la "generación de
Vietnam".
Pero como advierte la columnista nacional Molly Ivins,
también colaboradora de La Jornada, los escándalos
de abusos estadunidenses en Irak, las revelaciones de órdenes secretas
que violan las Convenciones de Ginebra, y el intento para encubrir todo
esto ofrecen pruebas de que los niveles más altos del gobierno están
ocultando y engañando al público sobre lo que ocurre en esa
guerra. "Uno puede leer todos los memorando y documentos que guste", escribió
esta semana en referencia a las revelaciones de las últimas semanas.
"Es importante saber cómo empieza el fascismo".
O tal vez es hora de cantar Maestros de la Guerra
de Dylan una (y otra) vez más.
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