México D.F. Jueves 27 de mayo de 2004
CIUDAD PERDIDA
Miguel Angel Velázquez
El enigma de la esposa de Ponce
Hacienda y lo que ya sabía
Del prófugo, aún nada
UN DATO que no merece ser omitido o dejar en el olvido es el amparo que se concedió a la esposa de Gustavo Ponce, ex titular de la Secretaría de Finanzas del gobierno de la ciudad, para impedir cualquier acción de la justicia en su contra.
ESPERANZA GONZALEZ Ocampo es el nombre de la mujer que ha conseguido la protección de la ley en la investigación que se le sigue por lavado de dinero. Lo curioso es que, después de casi 90 días, por fin surge esta mujer, que a todas luces aparece como cómplice de quien administraba los recursos del gobierno citadino.
LAS AUTORIDADES de la Procuraduría General de la República no pudieron dar con ella durante esos casi tres meses, o más, en los que se ha venido discutiendo el asunto. Pero de pronto, allí está, con un buen aparato legal y con los jueces dispuestos a impedir que se le consigne.
COMO VAN las cosas, no sería nada raro que en cualquier momento la señora se presentara en algún programa de televisión y soltara su verdad, extrañamente callada durante los momentos más difíciles de la crisis de los videos.
HAY QUIEN comenta que si hubiera una supuesta declaración pública, cosa que, por el momento, aparentemente es pura especulación, más que ir en defensa de su marido, la señora González buscaría atacar algún punto débil del gobierno local.
PERO DE cualquier forma, aunque no se quiera, la pregunta salta: Ƒdónde se pudo haber escondido esta mujer que había realizado sospechosas transacciones en miles de dólares, investigada por ello y, seguramente, hasta seguida por agentes de Hacienda y, por supuesto, de la PGR?
DEBEMOS RECORDAR que Hacienda conoció desde un principio las transferencias realizadas por la mujer de Ponce al casino del hotel Bellagio, de Las Vegas, donde el ex secretario de Finanzas fue videograbado.
ES MAS, tenía conocimiento pleno de todos los movimientos en dólares que, inexplicablemente, una mujer sin ingresos importantes realizaba hacia Estados Unidos. Es decir, la tenían perfectamente bien investigada.
PERO CUANDO estalla la crisis, la esposa de Ponce desparece y así, fuera de la vista de sus persecutores, permanece en silencio durante los días del escándalo, el cual fue creciendo y cuyas ramificaciones se extendieron en casi todos los ámbitos de la política no sólo de la ciudad, sino del país.
ES NECESARIO señalar que más que Ponce, Esperanza González tenía sobre su espalda el peso de la investigación de la Secretaría de Hacienda, porque de ella provenían las millonarias transferencias al casino del Bellagio, por lo que no es posible imaginar que de un momento a otro esas mismas autoridades la perdieran por completo.
BUENO, ES de todos conocida, eso sí, la ineficiencia de la Secretaría de Hacienda, ni quién lo dude, pero en una de esas -aseguran algunos proclives a defender a las instancias federales- la Procuraduría General de la República, o la misma Hacienda, la han mantenido a buen resguardo y en espera del momento políticamente oportuno para hacerla salir al escenario.
LO MAS curioso es que de Ponce no se sabe nada. El más importante inculpado en este lío sigue desaparecido, ninguna de las pistas que ha seguido, por su parte, la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal han sido certeras y el hombre continúa en la lista de los más buscados.
La procu, tras Flores
Y YA que hablamos de la procu capitalina, es importante mencionar que esta dependencia ya solicitó al Instituto Electoral del Distrito Federal todos los datos sobre los gastos de campaña de Octavio Flores, pues hay denuncias en las que se afirma que el delegado de la Gustavo A. Madero rebasó los topes establecidos.
EN ESTA ramificación del caso uno se pregunta, porque no queda de otra: Ƒpor qué la Contraloría General del gobierno de la ciudad no suspendió a Octavio Flores si se hallaba bajo sospecha, para impedir que actuara como procedió? Para esa acción, según se cuenta, sí está facultada esa dependencia, pero no lo hizo. Así es que ya es hora de ponerse la pilas, Ƒo no?
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