México D.F. Lunes 7 de junio de 2004
ENTREVISTA/GENARO GONGORA PIMENTEL, MINISTRO
DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACION
El secuestro rebasó la ley y está fuera
de control
Hay un malestar generalizado en la sociedad, subraya
"Cualquier persona es susceptible de ser una víctima
más", sostiene el ex presidente del máximo tribunal del país,
quien afirma que este delito se ha convertido en una verdadera industria
de grandes dimensiones a cargo de bandas especializadas
JESUS ARANDA
Al paso del tiempo, el secuestro "ha salido del control
de las autoridades", afirma Genaro Góngora Pimentel, ministro de
la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), quien añade
que "sin ni siquiera mencionar cifras, sino con el simple hecho de po-ner
a la vista de la sociedad de lo que son capaces ahora los delincuentes
que se dedican a co-meter estos crímenes", lo cierto es que las
causas, modalidades y el número considerable de plagios que se cometen
en México "ha superado la legislación" vigente.
En
entrevista con La Jornada, el ex presidente del máximo tribunal
subraya que hay un malestar generalizado en la sociedad debido a la incertidumbre
que generan los secuestros -México ocupa el segundo lugar en este
tipo de actos ilícitos en América, superado únicamente
por Colombia-, ya que "cualquier persona es susceptible de ser una víctima
más".
En víspera de presentar su nuevo libro, Evolución
del secuestro en México y las decisiones del Poder Judicial de la
Federación en la materia, Góngora Pimentel sostiene que
para enfrentar este delito, "lejos de proponer que se incrementen las penas
es necesario encauzar la política criminal que adopte el Poder Legislativo
para que se encamine a la prevención y se erradique la práctica".
Se debe tratar de eliminar el plagio poniendo énfasis en el quehacer
preventivo, sostiene.
Añade que el secuestro ha evolucionado a tal grado
que incluso pareciera que supera, por mucho, a la normatividad que debiera
estar por encima, o por lo menos a la par de los acontecimientos.
Góngora Pimentel afirma que en la historia reciente
del país "han sido de suma importancia los criterios jurisprudenciales
emitidos por el Poder Judicial de la Federación, porque han estado
acordes con las necesidades del momento, además de que se han cumplido
las expectativas de interpretar lo que la legislación no precisa".
La obra incluye 258 tesis jurisprudenciales emitidas por
la SCJN y por los tribunales colegiados del país de 1917 hasta la
fecha, en las que se precisan los alcances de la ley, cuando la reglamentación
misma no es lo suficientemente clara para su aplicación.
Góngora Pimentel afirma que la justicia federal
ha ido a la par con la evolución de la legislación, "estableciendo
lo que debe entenderse por este delito y lo que no lo es".
En su texto, el ministro aborda temas como: definición,
legislación, modalidades, figuras afines y consecuencias del secuestro
en México; casos de mayor impacto en la sociedad y criterios jurisprudenciales
sobre este crimen en México de 1917 a la fecha, junto con las acciones
que despliegan actualmente las autoridades para combatirlo.
Pone énfasis en la necesidad de inculcar en la
sociedad el hábito de conocer funciones, atribuciones y alcances
de cada uno de los poderes de la Unión:
"Un amplio sector de la sociedad desconoce cuál
ha sido la labor de la justicia federal en el tratamiento de este delito
a lo largo de la historia y con frecuencia se generan protestas en contra
de los juzgadores federales por el sentido de sus resoluciones, en las
que concede la razón a algunos presuntos delincuentes.
"Ello sucede por la falta de elementos para acreditar
la comisión del acto ilícito respectivo o por violaciones
al procedimiento, culpando de ello siempre al juzgador, asociándolo
inmediatamente con conductas ilícitas, como corrupción, cohecho
y tráfico de influencias, entre otras."
Sin embargo, añade, es necesario que la sociedad
conozca que el Ministerio Público, dependiente del Ejecutivo, es
el encargado de presentar los elementos suficientes para acreditar la acción
penal, por ser éste el único responsable de la facultad investigadora.
El Poder Legislativo tiene la función de crear leyes y reglamentos,
mismos que deben reflejar las necesidades de la sociedad y la implementación
de medidas eficaces para inhibir las conductas ilegales.
-¿Por qué surge la idea de este libro? -se
le pregunta.
-Por todos los secuestros de los que me he enterado con
motivo de mi trabajo. Y no solamente de mi trabajo, sino que realmente
en esta época todos conocemos a alguien a quien han secuestrado;
a alguna persona a la que le han secuestrado un hijo, un amigo, un pariente.
"El libro trata sobre la evolución del secuestro
en México y las decisiones del Poder Judicial de la Federación
en esta materia. Es una combinación de publicaciones, periódicos
o revistas, siguiendo las épocas del Semanario Judicial de la
Federación. Es muy interesante leer los secuestros poco sofisticados
de años anteriores y todo lo que se ha complejizado la industria
delictiva en estos años.
"Hemos encontrado verdaderos empresarios del secuestro.
Viendo el perfil sicológico de los grandes empresarios del ramo
encontramos mucha inteligencia, alto coeficiente intelectual, una visión
muy general de los problemas a que se enfrentan. Después de leer
uno de estos perfiles sicológicos, si no tenemos el nombre del secuestrador
pensamos que puede tratarse de algún barón industrial de
la época de expansión estadunidense, puede tratarse de algún
conquistador de la época de la expansión española,
puede tratarse del pirata Barbanegra... ¡no, es un secuestrador mexicano!"
-Esta evolución de la industria del secuestro ha
ido acompañada también del cambio de las instituciones jurídicas
y de sus resoluciones, ¿o éstas se han quedado a la zaga?
-No, las resoluciones jurisprudenciales del Poder Judicial
de la Federación están relacionadas con el avance de esta
industria.
"¿Por qué es una industria? -se pregunta
en la entrevista, que se desarrolla en sus oficinas de la Corte-: en realidad
son varias, porque tenemos ya personas especializadas en tratar con los
secuestradores, que aconsejan qué decirles, cómo tratarlos,
qué proposiciones hacerles. Tenemos después a los sicólogos,
que se hacen cargo de los rescatados para volverlos a introducir a una
vida normal luego de los problemas que deja el secuestro.
"Tenemos incluso en los secuestros los nuevos problemas
sicológicos, como el síndrome de Estocolmo, que consiste
en el extraño comportamiento de una persona cuando es privada de
su libertad durante mucho tiempo por una acción en la cual se identifica
con su captor hasta el punto de creer que las razones de éste son
válidas, sus métodos necesarios y, en definitiva, que lo
que es un atentado contra sus intereses y libertad sea aceptado como bueno,
pese a su sufrimiento.
"Esa enajenación, que se hace mayor a medida que
pasa más tiempo retenido, y que sólo transcurrido mucho después
de su puesta en libertad se logra disipar, es un problema que solamente
con ayuda terapéutica sicológica especializada puede superarse.
"Ponemos en la portada del libro una pintura que se refiere
al tema del rescate. La portada del libro representa idealmente el pago
de un rescate a un grupo de secuestradores. Se debe a John Everett Millais,
pintor inglés del siglo XIX, que plasmó una escena del siglo
XVI de un padre pagando el rescate de sus dos hijas. Aquí vemos
un cuadro con gran belleza: entrega el noble joyas y monedas de oro. Tiene
un aspecto digno y señorial cuando recibe a las dos hijas secuestradas;
vemos también las caras innobles de los delincuentes.
"Y ponemos esto en la portada porque está muy lejos
de la situación que estamos viviendo en este país. Ahora
el rescate sería entregado en algún lugar secreto, los delincuentes
estarían con sus caras cubiertas con pasamontañas, las hijas
plagiadas serían regresadas en mala condición, violadas por
los malhechoreses, y se plantearía una verdadera desgracia que habría
de dejar huellas indelebles en las víctimas".
-Respecto al castigo, hay quienes piensan que el secuestro
no merece otra cosa que la pena de muerte, porque deja huellas indelebles
en las personas y en las familias que lo sufren.
-Siempre he estado en contra de la pena de muerte.
-¿Y si no hay forma de readaptarlos?, porque, bueno,
quien se mete a esto ya lo pensó y difícilmente se puede
hablar de una readaptación. ¿Qué hacer con ellos?
-Pues hay que llevarlos a las cárceles, tenerlos
ahí los años que indique el juez de acuerdo con la legislación.
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