.. |
México D.F. Lunes 7 de junio de 2004
DE NORMANDIA A IRAK
Los
gobernantes de las potencias occidentales conmemoraron ayer en la localidad
normanda de Caen el desembarco aliado efectuado en esa región de
Francia hace 60 años, acontecimiento que marcó la apertura
de un frente occidental contra la Alemania nazi e hizo posible la liberación
de los países atlánticos del continente eu- ropeo. La obligada
amabilidad del encuentro -al que concurrieron, como toque de color, el
canciller alemán, Gerhard Shroeder, y el presidente ruso, Vladimir
Putin- no disipó las diferencias de los festejantes sobre el futuro
de Irak. La celebración común de una gesta histórica
no bastó para unificar a Occidente ante el desastre creado en la
nación árabe y en el mundo por los gobiernos de Washington
y Londres.
En efecto, si en Francia el presidente Jacques Chirac
se sometía a las reglas de la cortesía diplomática
para estrechar la mano de sus huéspedes George Bush y Tony Blair,
en la sede de la ONU, en Nueva York, Estados Unidos, Inglaterra y Francia
no están en el mismo bando. Respaldado por Alemania, China y Argelia
-única nación árabe en el actual Consejo de Seguridad-,
el gobierno de París demanda un margen real de soberanía
para el régimen títere impuesto por los marines estadunidenses
en Bagdad.
El debate en dicho órgano de la ONU ha de darse,
a partir de hoy, con el telón de fondo de una intensificación
de las acciones de la resistencia nacional iraquí, tanto contra
los ocupantes como sus colaboracionistas locales. Es paradójico,
por cierto, que mientras Occidente celebra la liberación de Europa
occidental del dominio nazi, Estados Unidos e Inglaterra mantienen en Irak
un gobierno pelele tan grotesco, insostenible e impopular como los que
estableció el tercer Reich en las naciones europeas a las que sometió.
En las actuales circunstancias, si la ONU cede a las presiones
de Bush y Blair para otorgar algún aval a ese régimen, no
logrará, con ello, disipar la ira mayoritaria de los iraquíes
contra gobernantes a los que perciben -con razón- como peleles impuestos
por los invasores que han destruido, saqueado y humillado al país,
así como torturado y asesinado a su gente. En todo caso, el organismo
internacional se hará cómplice de una guerra ilegal, injusta
e inmoral, y producirá una nueva merma en la autoridad y el prestigio
que le restan.
En cuanto a Bush, no deja de resultar paradójico
que, en momentos en que conmemora la cruenta victoria que lograron sus
antecesores, avanza en su propia derrota en Medio Oriente. Para el gobernante
estadunidense Irak está más cerca de la significación
histórica de Waterloo que de la de Normandía.
|