México D.F. Lunes 7 de junio de 2004
El foxismo, igual a sus tres predecesores, dice el historiador
Pasamos del milagro al deterioro mexicano: Matute
La única finalidad de la clase política es tener el poder, afirma; fortalecer el Poder Judicial, una clave de cambio
KARINA AVILES
El historiador e investigador emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Alvaro Matute, afirma que del milagro mexicano se pasó a la etapa del deterioro mexicano que corresponde a las últimas dos décadas de neoliberalismo, pero advierte que si el país "toca fondo" como le ocurrió a Argentina, entonces la palabra "ideal" para calificar a esta etapa será la del "derrumbe".
En estos tiempos, la "única finalidad" de la clase política es la de "detentar el poder", lo cual es una consecuencia del "olvido de la ideología" que "no conduce a nada". Los políticos han perdido lo más importante: tener un proyecto de sociedad, sostiene.
Integrante de número de la Academia Mexicana de Historia y autor, compilador y coordinador de más de una docena de libros, entre ellos El historicismo en México, Alvaro Matute expresa a La Jornada que el actual gobierno panista "no ha variado nada con respecto a sus tres predecesores".
Establece que es en el comienzo del modelo neoliberal, con Miguel de la Madrid Hurtado, cuando "sí hay un reajuste" en las estructuras: en lugar de adecuar las instituciones para solucionar las fallas del sistema anterior, "se trató de dar un giro radical hasta eliminarlas prácticamente".
En este sentido, añade que "se quiso pensar que éramos Europa o Singapur, o no sé dónde, y se tomaron en cuenta modelos externos que poco tenían que ver con la dinámica propia". Entonces, se registró un cambio que "tampoco ha resuelto los grandes problemas sociales" en materia de educación, de salud y de empleo, entre otros.
De la etapa del milagro mexicano, en la que se administraba la abundancia, hoy se puede hablar de un "deterioro", expresa. Pero a los magros resultados económicos y sociales de los últimos 20 años se añaden otros elementos preocupantes, indica.
Por un lado, en el ámbito político, se deja un mensaje claro: "la única finalidad es detentar el poder, Ƒpara qué, quién sabe? El fin es tener el poder y obstaculizar al otro el acceso al mismo (...) Existe una lucha desatada por el espacio y por no ceder ni un milímetro", indica.
En este marco, señala, hay una "oscuridad" en las campañas electorales, porque los políticos no establecen con claridad el tipo de programas económicos, sociales, educativos que piensan implementar. Ellos "juegan a ocultar, porque si se definen, tienen miedo a perder votos, lo cual es terrible". Por ello "cambian la oscuridad por eslogans, para tener el voto fácil".
Lo anterior, agrega, introduce la lucha electoral en la mercadotecnia, de manera que "para ganar se necesita la venta y eso se llama corrupción de la democracia". En esta materia, en México, al igual que en muchos países, existe un "mal uso" del valor que representa la democracia y el mayor ejemplo lo da el presidente de Estados Unidos, George W. Bush.
"En nombre de la democracia se cometen las atrocidades más espantosas en Irak, en Afganistán, lo cual es peligrosísimo porque después mucha gente va a abominar de la democracia", alerta.
Pero en el caso concreto de México, hay un "uso restringido, en la medida en que no es la totalidad de la población la que practica la democracia (...) Se habla en nombre de la totalidad de la población representada, pero hay mucha distancia. Las cifras del abstencionismo son muy serias", enfatiza.
El también integrante de la Junta de Gobierno de la UNAM advierte de lo "peligroso" que puede ser difundir la idea de que "como estamos en la democracia y el país no avanza, entonces, Ƒqué es lo que funciona, la dictadura?"
Matute recuerda que una democracia es "tolerancia y negociación". Sin embargo, reflexiona, pareciera que a los políticos no les importa el país porque se interesan más en "publicitar todos los defectos, las cuestiones que no funcionan bien, pero no dicen claramente qué remedio pueden ofrecer".
Por último, el historiador destaca la "degradación de la clase política" a la que asistimos y en este sentido considera que un "Poder Judicial sólido" podría ser el "indicador de un camino hacia un rencauzamiento de la vida política".
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