México D.F. Lunes 7 de junio de 2004
DESDE EL OTRO LADO
Arturo Balderas Rodríguez
Acostumbrarnos a la muerte
EL AÑO PASADO MURIERON 409 personas, según estadísticas oficiales, en su intento por cruzar la frontera y alcanzar la vida digna a la que todo mundo debiera tener derecho. Hombres, mujeres y niños vieron frustrado su anhelo en los desiertos de Arizona, las aguas del río Bravo o las amplias carreteras de California. Cada año se repite la historia y lo peor que puede suceder es acostumbrarnos a ver la muerte de los migrantes como algo natural o como un número más en las estadísticas sobre población.
LA POBREZA EN MEXICO y la extraordinaria atracción de un país, cuyo nivel de vida está respaldado por una economía 20 veces mayor, ha vuelto el problema de la migración casi imposible de resolver. Año con año se hacen más estudios y discursos sobre la necesidad de atender el problema migratorio, pero de no haber profundos cambios en esta desigual relación, se continuarán aplicando fomentos a un enfermo cuando lo que requiere es cirugía mayor.
HAY CINCO INICIATIVAS SOBRE migración pendientes de aprobación en el Congreso de Estados Unidos, promovidas por legisladores de ambos partidos, incluida una del presidente Bush. Con diferentes matices, su fin es la admisión temporal de trabajadores migratorios y la regularización de indocumentados que viven en Estados Unidos. De aprobarse alguna se atenuarán los problemas de los trabajadores migrantes, pero no resolverán el problema de fondo. Debido al continuo deterioro económico en los países latinoamericanos, la migración hacia el norte no se detendrá, independientemente de las medidas que adopte el gobierno estadunidense para evitarlo. "Más de la mitad de los 400 millones de latinoamericanos no pueden satisfacer sus necesidades básicas y subsisten 102 millones de indigentes que ni siquiera logran dar de comer a sus hijos", leíamos en La Jornada el 1Ɔ de junio. Para todos ellos, pero más aún para estos últimos, las temperaturas de 50 grados en el desierto de Arizona, las peligrosas corrientes del río Bravo o las asfixiantes cajas metálicas de los camiones son males menores comparados con la incierta perspectiva de vida en sus países de origen.
LAS ESTADISTICAS SON DRAMATICAS: el BID, el Banco Mundial del PNUD y la CEPAL coinciden en que los pobres aumentan y la distribución de la riqueza es cada vez peor. Son esas las principales condiciones que determinan la migración. Recientemente el secretario de Hacienda expresó su confianza "en que la recuperación económica se consolide como resultado de la acertada política del gobierno en varios aspectos". No es mala idea que además de exigir respeto por los derechos de los migrantes en Norteamérica, también se hiciera un esfuerzo por aprovechar esa recuperación para evitar la peregrinación de miles de compatriotas hacia un destino tan incierto. Así las cosas, invertir la ecuación y esperar que nos ofrezcan los trabajos sin la penuria de buscarlos, debiera ser una aspiración real más que una quimera. [email protected]
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