México D.F. Martes 8 de junio de 2004
Negaron que un grupo de infiltrados haya comenzado la lucha contra la policía
Los bloques Antifascista y Negro se atribuyen los actos violentos en la cumbre
Las manifestaciones contra el capital no pueden convertirse en festivales, subrayan
Los bloques Antifascista y Negro advirtieron que fueron ellos y no "un grupo de infiltrados" quienes propiciaron los enfrentamientos con la policía y atacaron "los símbolos del capital", como bancos, grandes comercios y multinacionales, durante la cumbre de jefes de Estado de América Latina-el Caribe y la Unión Europea, en Guadalajara.
En un comunicado que hicieron llegar a esta redacción, ambos bloques reivindicaron los ataques. "Está claro y se había anunciado desde mucho tiempo antes que un grupo nutrido de los manifestantes intentaría por todos los medios pasar la zona acordonada por la policía y que se atacarían en determinado momento de las manifestaciones los símbolos del capital."
Condenaron que grupos antiglobalización "satanicen" estos actos, "lo que sucede es que estas personas no quieren comprender o quieren ocultar que existimos grupos dispuestos a dar una lucha frontal y directa contra el capital".
Sostienen que los manifestantes que se dedicaron a romper el cerco policial no hicieron más que ejercer su libre derecho de movilización, "en ningún momento existió ese grupo de provocadores que inició la acción, quienes la iniciamos fuimos cientos de manifestantes, tanto anarquistas como estudiantes, jóvenes de diversas organizaciones sociales y gente de Guadalajara que ya estamos cansados de tantas mentiras, de tantos falsos discursos, jóvenes que habíamos sido reprimidos sin contemplaciones desde el primer día de la cumbre".
Explican que cuando comenzó a romperse el cerco policial se escucharon voces que manifestaron su apoyo gritando "šduro! šduro!", por lo que, insisten, no se trató de una acción aislada ni de unos cuantos, "si esto hubiera sido así no habríamos tenido la fuerza de resistir sin retroceder durante más de hora y media el ataque de los cuerpos represivos".
Subrayan que durante esa embestida, los inconformes rompieron los vidrios de las "multinacionales" y especifican que no se trató de un mero acto de vandalismo, "sino porque estas empresas representan los símbolos del capital, estas acciones tuvieron claros objetivos políticos".
Consideran que con este acto de protesta contra el capital se rompen los límites que el mismo Estado ha impuesto. Establecen que para ellos una manifestación anticapitalista no puede ser un "festival"; por el contrario, "es necesario protestar, puesto que las condiciones de explotación y miseria son cada vez más duras".
Cuestionan que en esa cumbre se "repartiera lo que queda del continente" y mientras tanto quienes critican la acción directa se empeñen en mediatizar la lucha social y en impedir que "el pueblo se organice. Estas personas que siguen trabajando para perpetuar al Estado se hacen pasar por partidos de izquierda, como el PT y el PRD, junto con algunas ONG".
Ambos bloques insisten en que el Estado "mantiene" a los grupos mencionados para controlar los movimientos por medio de infiltrar personas, de crear grupos estudiantiles, obreros, seudoanarquistas, campesinos y vecinales para, con ellos, llevar a cabo su labor de mediatización y negociación. "Uno de sus principales labores es evitar lo que tanto temen que es la violencia social, en respuesta a la marginación, humillación y explotación del pueblo."
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