MEXICO SA

Carlos Fernández-Vega

AL: primer lugar en desigualdad

La mujer lleva la peor parte, señala la CEPAL

AMERICA LATINA TIENE el deprimente "privilegio" de ocupar la primera posición mundial en desigualdad económica y social: alrededor de 50 por ciento de su población (260 millones, aproximadamente) sobrevive en condiciones de pobreza y miseria, y no hay elementos para siquiera suponer que con el modelo neoliberal -con "rostro humano" (Fox dixit) o sin él- la tendencia pueda revertirse.

MAS DRAMATICO AUN es que en el contexto de la creciente y lacerante marginación regional la mujer es la que lleva la peor parte, de acuerdo con un documento elaborado por la CEPAL que servirá de referente para la Novena Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe que iniciará sus trabajos el próximo jueves en la ciudad de México y los concluirá dos días después.

EL MENCIONADO DOCUMENTO (Situación de la mujer en América Latina y el Caribe) estima que para 2005 la región tendrá alrededor de 552 millones de habitantes y prevé que para 2050 crezca cerca de 45 por ciento, para sumar 795 millones, de los que más de la mitad serán mujeres.

LA CEPAL PRESENTA la siguiente numeralia sobre la condición de la mujer en América Latina:

CERCA DE 50 por ciento de las mujeres mayores de 15 años no tiene ingresos propios, mientras que sólo 20 por ciento de los hombres se encuentra en esta misma situación; en el periodo 2000-2005, la proyección de esperanza de vida para las mujeres es de 74.5 años en promedio y para los hombres 68.1 años. Para 2005-2010, la cifra para las mujeres aumentará a 75.6 años, mientras que para los hombres se incrementará a 69.2 años; la tasa de participación de las mujeres en la actividad económica en 2000 fue de 37.1 por ciento, para 2005 se proyecta en 39.4 por ciento y para 2010 en 41.6 por ciento. La representación de las mujeres en los órganos legislativos de los países en el periodo 2002-2003 ha fluctuado entre 10 y 20 por ciento. Argentina, Costa Rica y México han tenido los mayores aumentos en este sentido.

EN 2002, 36.1 por ciento de los hogares regionales se encontraba bajo la línea de pobreza, mientras que 14.6 por ciento estaba bajo la línea de indigencia. El índice de feminidad (relación entre el número de mujeres y el de hombres; dado que en términos absolutos la cantidad de mujeres es mayor a la de hombres, se calcula un índice de feminidad ajustado, que resulta de dividir el índice de la pobreza en zonas urbanas entre mujeres de 20 a 59 años) era superior a 100 en 17 países de la región; el porcentaje de mujeres en hogares pobres que no tenían ingresos variaba de 45 por ciento en Perú a 78 por ciento en Costa Rica, mientras que en los hogares no pobres oscilaba entre 32 por ciento en Uruguay y 54 por ciento en México; el ingreso per cápita de los hogares con jefatura femenina, en el promedio del total de hogares, equivalía a 94 por ciento del ingreso de los hogares con jefatura masculina; los ingresos que percibían las mujeres en el mercado del trabajo eran equivalentes a 68 por ciento de los ingresos masculinos.

CASI 90 POR ciento de los hogares con jefatura femenina no tenía cónyuge. En los hogares con jefatura masculina sólo 13 por ciento estaba en esta situación; cerca de 45 por ciento de las cónyuges tenía como principal actividad los quehaceres domésticos; 38.4 por ciento de las mujeres tenía empleo (sobre el total de ocupados de la región), mientras que en 1990 este porcentaje era de 31.5 por ciento; la tasa de participación de las mujeres en el mercado laboral era de 49.7 por ciento, mientras que la de desocupación era de 11.1 por ciento. Para los hombres, estas cifras eran de 81 y 7.7 por ciento, respectivamente.

POR OTRA PARTE, el organismo especializado de la ONU ha reiterado que la situación de pobreza afecta a más mujeres que hombres y que la mayoría de los indigentes son mujeres jefas de hogar. Según los análisis realizados, la pobreza aumentaría en 10 puntos por lo menos en ocho países de la región si no se contara con su aporte monetario. Los hogares monoparentales, encabezados en su mayor parte por mujeres, se ven afectados también por otras desventajas vinculadas con la falta de valoración del trabajo doméstico no remunerado, que no recibe reconocimiento social. Las mujeres de la región han alcanzado niveles de escolaridad superiores a los hombres y las que forman parte de la población activa tienen en promedio más años de instrucción, pero son las principales víctimas del desempleo, la discriminación salarial y la escasez de tiempo. El progreso registrado en la participación política y en la ocupación de cargos que suponen la adopción de decisiones sigue siendo demasiado lento, salvo en los países en los que se han aplicado políticas de acción positiva.

A LO LARGO de tres últimas décadas se ha registrado un aumento masivo y acelerado de la participación laboral femenina en la región, de acuerdo con la información estadística de la CEPAL. Sin embargo, la fuerza de trabajo sigue caracterizándose por una fuerte segmentación que coloca a las mujeres en los empleos más precarios y peor remunerados, así como en los que perpetúan los estereotipos de género, como el trabajo doméstico.

DURANTE LOS PASADOS 10 años ha continuado el crecimiento de los hogares encabezados por mujeres, tanto pobres como no pobres. En las zonas urbanas, en 2002 nueve de los 18 países analizados mostraban una mayor proporción de hogares encabezados por mujeres que se encuentran en situación de indigencia, y las mayores brechas en relación a los hogares con jefatura masculina se apreciaron en Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Panamá, República Dominicana y Venezuela.

EL TRABAJO DE la conferencia tendrá como marco de referencia los compromisos internacionales relacionados con el adelanto de la mujer adoptados por las cumbres mundiales celebradas en los años 90, los Objetivos de Desarrollo del Milenio acordados por la Asamblea General de la ONU en 2000 y la Plataforma de Acción adoptada por la cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en Pekín, China, en 1995.

Las rebanadas del pastel:

EL INEGI INFORMO que en el primer trimestre del año la inversión fija bruta en el país se incrementó 4.5 por ciento en comparación con igual periodo de 2003, mientras que en marzo de 2004 el avance fue de 7.1 por ciento.

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