México D.F. Martes 8 de junio de 2004
La medida beneficiaría a América
Latina, que este año recibirá 30 mil mdd
Destrabar el costoso envío de remesas, prioridad
en la cumbre del G-8
Las metas son que se conozcan los servicios disponibles
e impulsar mayor competencia
AFP
Savannah, 7 de junio. Los dirigentes del Grupo
de los Ocho (G-8), que se reúnen a partir del martes en Sea Island,
en el sureste de Estados Unidos, quieren destrabar el costoso envío
de remesas de los emigrantes, que alcanzan 100 mil millones de dólares
anuales al nivel mundial.
Las remesas ''constituyen uno de los temas prioritarios
de la cumbre del G-8 de Sea Island'', adelantó el subsecretario
estadunidense del Tesoro, Samuel Bodman. ''El objetivo es doble: primero
mejorar el conocimiento global de todos los servicios disponibles y, segundo,
impulsar una mayor competencia'' entre las instituciones financieras que
permiten dichas transferencias de dinero, explicó el funcionario
estadunidense.
Las medidas que adoptaría el G-8 tendrían
un impacto significativo en América Latina, considerada el mayor
mercado mundial de remesas, y que debería recibir este año
más de 30 mil millones de dólares de sus emigrantes en Estados
Unidos, que beneficiarían a 80 millones de personas, según
una reciente encuesta del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Los gobiernos consideran que una baja en los costos de
transferencias es una forma rápida de mejorar la calidad de vida
de esas familias, en su mayoría pobres.
''Desafortunadamente enviar remesas cuesta muy caro'',
explicó Brenda Muñiz, analista financiera del Consejo Nacional
de la Raza, una de las mayores organizaciones hispanas de Estados Unidos.
''El mercado todavía está dominado por dos o tres compañías.
Por eso los precios son altos. Además, el tipo de cambio aplicado
a veces no es justo'', agregó.
Según un estudio del Banco Mundial (BM), los gastos
por las transferencias pueden absorber 20 por ciento de la cantidad enviada.
Un emigrante guatemalteco en Washington explicó, bajo anonimato,
que paga 15 dólares por enviar 100 dólares a su familia.
''Hay compañías que cobran más'', aseguró.
Frente a esta situación, Muñiz subrayó
la necesidad de que ''la gente pueda mandar su dinero por un precio mucho
más bajo'', para lo cual consideró necesario que debe haber
más competencia. ''Los bancos y las cooperativas de crédito
se están metiendo en este mercado y pensamos que si ellos se meten
más, los precios van a bajar'', agregó.
Según ella, las remesas tienen ''mucho valor''
para América Latina, pues son ''una inversión en el desarrollo
de los países latinoamericanos''.
En una reunión previa a la cumbre de Sea Island,
los ministros de Finanzas del G-8 se comprometieron a fines de mayo en
Nueva York a ''destrabar los obstáculos institucionales para las
transferencias y recepción'' de las remesas. ''Se trata de un factor
clave para el crecimiento y la reducción de la pobreza'', afirmaron.
Según la encuesta del BID, la gran mayoría
de los inmigrantes envían el dinero a sus familias mediante las
compañías internacionales de transferencias monetarias, pese
a su elevado costo, y sólo 11 por ciento dijo utilizar los servicios
de familiares o personas que viajan al país.
El sondeo reveló asimismo que el dinero es remitido
por ''los más pobres de los pobres'', ya que la mitad de los inmigrantes
vive en Estados Unidos con ingresos anuales inferiores a 20 mil dólares.
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