México D.F. Martes 8 de junio de 2004
Autora de Delirio, obra galardonada con
el Alfaguara de Novela 2004
Laura Restrepo celebra ''el fenómeno indiscutible''
de las miles de lectoras
Lo relevante ahora es ''ver cómo las escritoras
tratan ciertos temas''
La cultura es un tejido en el que todo el mundo juega
un papel, expresa
FABIOLA PALAPA QUIJAS
La narradora colombiana Laura Restrepo, Premio Alfaguara
de Novela 2004, afirma que el tema de lo femenino ha quedado incorporado
al mundo literario, independientemente de que sea escrito por hombres o
mujeres, y considera como un hecho significativo que existan miles de lectoras;
''ese es un fenómeno indiscutible".
Autora de Delirio, novela ganadora de la versión
séptima de ese galardón, Restrepo señala que le resulta
más interesante la escritura sobre el mundo interno de las mujeres
de manera más directa de lo que podía ser antes.
''Heroínas y protagonistas siempre han existido,
pero a partir de que las mujeres empezaron a escribir masivamente, hay
una visión desde adentro del universo femenino, el cual quedó
como un espacio particular del universo literario.
''Estamos en el momento en que lo escrito por mujeres
u hombres no es definitivo; por un lado tenemos el hecho significativo
de que existen miles de mujeres lectoras, ese es un fenómeno indiscutible
y, por otro, el universo de lo femenino incluido ya en la literatura",
explica.
Es importante la familiaridad que se ha dado entre las
escritoras con los temas masculinos. La aparición de las mujeres
escritoras ocurrió hace años y eso es un hecho, ahora lo
relevante es cómo se tratan ciertos temas que ya fueron incorporados.
Admiradora de Marguerite Duras
En
entrevista Laura Restrepo, quien se define admiradora de Marguerite Duras,
adelanta que en noviembre próximo dictará un curso sobre
la autora francesa en la Universidad de Columbia en Nueva York.
''En el caso de Duras, es difícil saber si fue
escrito por un hombre o una mujer, pero esto no parece tener mucha importancia."
Lectora de escritores clásicos y no tan conocidos,
la autora de Dulce compañía (1995) dice estar convencida
''de que la cultura es un tejido en el que todo el mundo juega un papel,
así que un escritor bueno y uno no tan bueno pueden aportar algo;
hay una frase de Ernest Heminway que me parece bonita, pues él decía:
aprendes más del torero malo que del torero bueno.
''Muchas veces escritores no tan buenos te enseñan
más sobre el hecho de escribir que uno demasiado deslumbrante. Parte
de la fascinación de la cultura está también en la
pluralidad de sus expresiones."
Al referirse al galardón, Restrepo resalta la importancia
de que José Saramago formara parte del jurado. ''Fue por lo que
decidí participar, además de que los premios son buenos en
la medida que permiten tener contacto con la gente, finalmente para eso
escribe uno".
De los galardones que ha recibido como escritora, Laura
recuerda el Arzobispo Juan de San Clemente que le fue concedido en Santiago
de Campostela, por los estudiantes del Liceo; ''ellos otorgan el premio
a la novela que más les ha gustado durante el año; es precioso
porque significa que los jóvenes te están leyendo y de alguna
manera se llega a otra generación".
Después de recibir el premio Alfaguara, Laura Restrepo
dimitió a su cargo en el Instituto de Cultura y Turismo de Bogotá.
Bogotá, con 7 millones de habitantes, es una ciudad
con una vida cultural muy intensa, aunque la mayoría de esa actividad
está centralizada en una especie de corredor cultural, al cual tienen
acceso las personas que viven en los barrios altos de clase media y clase
media baja.
''El alcalde Garzón dio prioridad a los barrios
pobres. Lo que intentamos también es que el instituto fuera una
especie de puente entre la comunidad artística y los habitantes
de esas zonas; queremos que los artistas vayan a esos barrios a dar conferencias,
impartir talleres, montar cursos para que también ellos puedan romper
su marginalidad, pues la marginalidad no sólo son los marginales,
también afecta a los artistas y los intelectuales."
Respecto del nuevo proceso de diálogo entre el
Ejército de Liberación Nacional y el gobierno del presidente
Alvaro Uribe, en el que México actuaría como mediador señala
la escritora:
''Me parece extraordinario e importantísimo todo
lo que sea diálogo, en un país que lleva en guerra toda su
historia. Vivir en medio de la guerra es una cosa difícil, tengo
54 años y he vivido sólo guerra y eso te lo dicen todos los
colombianos."
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