México D.F. Martes 8 de junio de 2004
Teresa del Conde
Sexta Bienal de Monterrey
El premio en pintura de las recientes tres bienales de Monterrey ha sido adjudicado por los respectivos jurados a tres mujeres: Katrien M. Vangheluwe, ''Trini" , pintora figurativa de origen belga residente en México, quien hace casi dos décadas lo obtuvo en la cuarta Bienal. En aquella ocasión formé parte del jurado convocado por Silvia Vega e integrado por cuatro personas más.
En la quinta bienal, exhibida ya en el Centro de las Artes a causa de la lamentable extinción del hermoso Museo de Monterrey, el premio de pintura lo obtuvo Yolanda Mora. En la versión cuatro, convocada como la anterior, por FEMSA, el mismo premio fue adjudicado por el jurado que integraron Agustín Arteaga, Ery Camara, Jacques Beauffet y Luis-Martín Lozano a Fernanda Brunet Rocha, pero a mí me parece que tal vez Diego Toledo Crow, a quien se otorgó acertadamente otro premio auspiciado por el banco BBVA-Bancomer, tal vez era digno de la jerarquía que considero mayor por incluir un estímulo adicional: la residencia de trabajo en la Escuela de Bellas Artes de Saint Etienne, donde existe un importante y hermoso museo de arte contemporáneo. Voy a explicar la razón de mi parecer.
Sin negar en lo absoluto el buen nivel de la pintura titulada Flop 2003 de la artista premiada en primer término, pienso que ella ya debería modificar su iconografía porque cada vez que veo obras suyas las distingo como tales, es decir, me queda claro que no pueden ser más que de su autoría. En cambio no puedo discernir diferencias consistentes entre sus trabajos, comenzando desde el modismo que utiliza para pintar. Con esto quiero expresar que aunque todas sus piezas me parecen acertadas, igualmente provocan la sensación de que son excesivamente similares unas a otras, ya ofrezcan motivos eróticos o, como en este caso, explosión de formas que tienden a ser centrípetas.
La diferencia que esta última ofrece está referida sobre todo al formato, que no corresponde a un tondo, soporte muy privilegiado por la artista, sino a un rectángulo poco apaesado (171 por 181).
A mediados de mayo vi obra de ella en la Feria de Arte Contemporáneo que se exhibió por unos días en Expo Reforma. Se encontraba representada por la Galería OMR, desde luego que puse atención a su pintura, pero en el momento presente no recuerdo más que las características que acabo de anotar y quizá una más: deriva de las tiras cómicas posiblemente de origen japonés, es poco ''pictoricista", briosa, y acorde con los lenguajes actuales rechazadores de efectos propiamente pictóricos, por ejemplo, como los que produce Jordi Boldó de quien recientemente vi una abundante y buena exposición en el Museo Manuel Felguérez de Zacatecas.
Este pintor reside en Querétaro y no envió a la sexta bienal una de sus mejores obras, como tampoco lo hizo Manuela Generali, seleccionada con un paisaje. En la versión cuarta, ella también fue seleccionada y con una pintura espléndida, alusiva a una biblioteca, que no fue premiada porque no obtuvo mayoría.
Me llama la atención la posibilidad de recordar ese cuadro y en cambio no poder registrar en mi menoria el que -si mal no recuerdo- mereció distinción en la versión pasada de la Bienal Tamayo, cuya autora es la misma Fernanda Brunet.
Por supuesto que sería posible consultar el catálogo respectivo, pero como no lo tengo a la mano, eso me está negado. Puedo aclarar que el cuadro de la biblioteca realizado por Generali no se encuentra reproducido en el catálogo respectivo y sin embargo lo ''visualizo" mentalmente con una cierta facilidad y lo distingo de otros trabajos de ella, por ejemplo, los de su serie de los diluvios. En el caso de Brunet sucede que hay excesiva persistencia de rasgos. Eso indica, como ya dejé entrever, reiteración que provoca bandas de redundancia y no características singulares que permitan aislar un trabajo de otro. Eso no quiere decir que no preste atención a sus obras o que las rechace, pues intento seguirla y de aquí que le dedique estos párrafos.
Hay colegas que no están de acuerdo con el reconocimiento que obtienen los artistas con las bienales. Yo sí estoy de acuerdo con los concursos y pienso que un corpus de jurado bien elegido suele lograr consensos aunque las votaciones no sean unánimes, sino por mayoría, cosa que también es válida.
Los parámetros de la próxima Bienal Tamayo cambiaron radicalmente a efecto de una propuesta de Raquel Tibol. Veamos qué nos espera.
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