México D.F. Lunes 14 de junio de 2004
Clemente Valdés señala los casos
de López Obrador, Estrada Cajigal y Murat
El uso faccioso del juicio político podría
llevar al país a un choque, según experto
ALFREDO MENDEZ ORTIZ
En el enfrentamiento entre el jefe de Gobierno del Distrito
Federal, Andrés Manuel López Obrador, y la Procuraduría
General de la República (PGR), "independientemente de las conductas
ilícitas en las que pudiera haber incurrido (el funcionario) en
diversos asuntos jurídicos y de la necesidad de averiguar qué
tanto sabía de las porquerías que hacían algunas de
las personas cercanas a él, seguramente existe una preocupación
política (del gobierno federal) por su alto nivel de popularidad.
Eso indica que existe el propósito de combatirlo por cualquier vía",
afirma Clemente Valdés, doctor en derecho constitucional, quien
advierte que "estamos al borde de un choque directo, de magnitud impresionante,
entre nuestros altos empleados públicos, debido a la existencia
del juicio político", el cual debería ser la principal preocupación
del perredista, incluso más que la declaración de procedencia
que enfrenta, porque "sería un golpe directo a la posibilidad de
que pudiera ser candidato" presidencial.
En
entrevista con La Jornada, el ex miembro de la comisión jurídica
del equipo de transición del ahora presidente Vicente Fox subraya
que en este asunto "la izquierda debe mantener una enorme ecuanimidad",
para evitar "tomar un partido específico que puede conducirnos a
una situación como la de Rosario Robles (ex dirigente del PRD),
de una vergüenza y una tristeza impresionantes para la izquierda en
México".
En su opinión, el objetivo del gobierno federal
de combatir a López Obrador "es tan legítimo como el propósito
que tiene él de combatir a sus detractores políticos; lo
grave -y ahí empezamos a acercarnos al problema central- es que
tal como están las cosas puede desembocar en una crisis terrible,
mucho más grave de la estamos inmersos ahora, debido a que existe
el juicio político. Por la existencia de este error, que fue rechazado
durante 150 años en México y que finalmente creó (el
ex presidente) Miguel de la Madrid para castigar a sus enemigos".
Para el ex abogado general de la U-niversidad Autónoma
Metropolitana (UAM), el hecho de que el Ministerio Público dependa
del Poder Ejecutivo ha permitido que se utilice como instrumento privado
en los asuntos que les interesan al presidente de la República,
a los gobernadores y al jefe de Gobierno capitalino: "así vemos
que lo está haciendo (Vicente) Fox (en los litigios por el Paraje
San Juan y El Encino), López Obrador (en el caso del empresario
Carlos Ahumada) y los gobernadores (de Oaxaca), José Murat (con
el presunto atentado en su contra) y Sergio Estrada Cajigal (en referencia
a sus presuntos nexos con el narcotráfico); no se debe omitir a
ninguno de ellos, porque no estamos simplemente en la lucha de los buenos
contra los malos; estamos en algo mucho más complicado, donde se
está jugando el futuro del país".
Asegura que en el enfrentamiento PGR-jefe de Gobierno
"ambas partes nos han hecho saber lo que ellas quieren", por lo que "no
podemos saber con certeza si hay acciones extralegales, aunque todo indica
que hay una preocupación de la Federación por la popularidad
del perredista".
-El jefe de Gobierno ha presentado pruebas de que en caso
de que hubiera desacatado una orden judicial (por el caso El Encino), él
no sería el responsable directo. En el caso del Paraje San Juan
ahora sabemos que es un predio que pertenece a la Federación y aun
así un juez ordenó la indemnización a un particular.
¿Esto no es irregular? -se le preguntó.
-El sistema de procuración de justicia a nivel
federal está en manos del presidente Vicente Fox y a nivel local
en manos de los gobernadores; ahí radica el problema.
-¿Y por eso ahora se aprovecha la PGR y pide la
declaración de procedencia contra López Obrador para fastidiarlo?
-No
creo que la Cámara de Diputados vaya a resolver favorablemente el
permiso para proceder penalmente contra López Obrador, porque políticamente
por ese camino los enemigos (del perredista) podrían encontrar obstáculos
muy serios en los cuales no se jugaría su posición política.
Pero en el caso de juicio político, que no se necesita delito alguno,
ahí si avizoro un problema serio para el jefe de Gobierno.
-Tampoco parece casual que haya tanto interés de
la PGR por que se respete un mandamiento judicial en el caso de El Encino,
cuando hay un sinnúmero de casos de desacatos en los que no se actúa
penalmente.
-Sí, en cuestión de amparo tenemos desacatos
de todos los altos empleados, secretarios, subsecretarios, gobernadores,
alcaldes y presidentes de la República desde hace 50 años,
y claro que este caso no parece causal.
"La cuestión es particularmente grave porque, independientemente
de las conductas ilícitas en las que pudiera haber incurrido López
Obrador en diversos casos, y de la necesidad de averiguar qué tanto
sabía de las porquerías que hacían algunas de las
personas cercanas a él -es decir, ese dinero que se robaron su ex
secretario de Finanzas (Gustavo Ponce) y su ex secretario particular (René
Bejarano), ¿para que era?, ¿no lo sabía?; eso es lo
primero que tendría que responder el jefe de Gobierno-; seguramente
existe una preocupación política del gobierno federal por
la popularidad del perredista, por lo que todo indica que existe el propósito
de combatirlo por cualquier vía.
"Y en esto es muy importante para la izquierda mantener
enorme ecuanimidad, para evitar más divisiones. Es decir, los grupos
de izquierda se están pulverizando por la podredumbre, por la descomposición,
por la inmoralidad de algunos de sus dirigentes, y lo digo sin ningún
interés o consigna, porque yo no pertenezco a ningún partido
ni a ninguna organización política, ni a ninguna iglesia
ni a ninguna secta; soy un hombre libre.
"Sin embargo, debemos separar claramente dos cosas: el
propósito de combatir a López Obrador es tan legítimo
como el que tiene él de combatir a sus detractores políticos.
Lo grave es que estamos al borde de un choque político entre nuestros
altos empleados -mal llamados poderes- de una magnitud impresionante, debido
a que existe el juicio político".
-¿Cómo se daría el choque al que
hace referencia?
-De manera muy sencilla, en la medida en que exista una
mayoría en las cámaras de Diputados y de Senadores, la mayoría
que se señala de acuerdo con los artículos constitucionales
correspondientes. La Constitución no señala trámites
y sí marca claramente el objetivo del juicio político.
"En este momento, en que la destitución de los
contendientes políticos es el punto más importante, yo veo
el enorme peligro de que teniendo a la mano el juicio político una
mayoría de legisladores -en el caso de que se pidiera juicio contra
López Obrador se podrían unir el PRI y el PAN- destituya
de manera fulminante al jefe de Gobierno capitalino, pero además
lo que inhabilite para ocupar cargos públicos. Este sería
un golpe directo a la posibilidad de que López Obrador pudiera ser
candidato presidencial.
-¿Cuál es el supuesto legal para aplicar
juicio político?
-Las sanciones indicadas en el artículo 110 constitucional,
que establece que cuando un funcionario incurra en actos u omisiones que
redunden en perjuicio de los intereses públicos fundamentales o
de su buen despacho. Y para ello no se necesita delito alguno, no se necesita
llevar a cabo una investigación por la PGR ni una consignación,
por lo que el futuro político del funcionario quedaría en
manos de los legisladores, y el camino ellos lo conocen.
"Y yo me pregunto, si en estos momentos hay mayoría
de priístas y panistas, ¿tendría que preocuparse López
Obrador? Sí, si la hay. La vía para atacar de manera directa
al proyecto del perredista es mediante el juicio político. Ahí
está la mayoría dispuesta a frenarlo, aunque también
puede componerse otra mayoría (PRI-PRD) en contra de un candidato
panista, como pudiera ser Santiago Creel, o contra cualquier candidato
que vaya adelante en las preferencias electorales, excepto Marta Sahagún
que no puede ser sujeto de juicio político".
-¿Y dónde queda la solicitud de la PGR a
la Cámara de Diputados para la declaración de procedencia
contra el jefe de Gobierno?
-Esto resulta una cosa menor frente a la posibilidad de
que a cualquier ciudadano se le ocurriera pedir juicio político
en su contra.
-Entonces, ¿que seguiría en el supuesto
de que aplicaran juicio político a López Obrador?
-Quizá buscaría un amparo, y una vez que
la cuestión llegara a la Suprema Corte de Justicia de la Nación
(SCJN), en el caso del juicio político, tomaría un cariz
gravísimo si la Corte opta por decir que aun cuando la Constitución
diga que son inatacables las resoluciones del Congreso de la Unión,
sí cabe el amparo. El máximo tribunal del país se
expone a que las mismas mayorías en las cámaras inicien juicio
político contra los 11 ministros de la Corte. Y ahí se daría
un enfrentamiento frontal de nuestros altos empleados.
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