México D.F. Lunes 14 de junio de 2004
Armando Labra M.
ƑComercio no más? Lotería, iceberg
No me la platicaron, vi la comparecencia por el Canal del Con-greso. No recuerdo haber sentido tanta pena por mi país. Creía que después de Fox ya no existía nada peor, pero me equivoqué. Es verdad que no existe situación tan, pero tan mala, que no pueda empeorar aún más. La directora de la Lotería Nacional dio escandalosa muestra de cinismo e ignorancia la semana pasada ante el Senado, y seguramente lo hará todos los días en otros foros. No contestó las preguntas de los senadores y una tras otra vez repitió que "si la información no estaba en las carpetas que había distribuido se las haría llegar puntualmente". No supo contestar. Balbuceó incesantemente un ridículo e inconexo discurso "cambista" capaz de irritar al senador más fogueado en escuchar sandeces.
Pero el tema no es la persona, sino los hechos, que resultan mucho más graves que la ineptitud para las buenas razones y la aptitud domesticada para las malas. La Lotería Nacional para la Asistencia Pública es ahora para la Asistencia Privada. Lograr tal desvarío implicó formar, en su interior, un fideicomiso integrado por eminentes empresarios de nombre Transforma México, para financiar intereses privados. En tal fideicomiso discrecionalmente se asignan recursos a favoritos y parientes del Presidente y sus felices amigos y de pasada a otros beneficiarios "de Guerrero y Oaxaca" que nunca se pudieron identificar. En otras palabras, Los Pinos se ha apropiado impunemente del patrimonio de la nación. Se llama robo. Punto. No se trata de Transformar a México de público en privado -de suyo alarmante-, sino en mío. No se trata de servir, sino de servirse. Es la punta del iceberg, y solamente el principio.
Los miembros del Senado justificadamente se encabritaron y con cifras en mano desnudaron el caso. Juraron proceder legalmente aplicando la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos Si no lo hacen, quedarán peor que la inconcebible y maculada servidora... Ƒpública? encargada de saquear a la Lotería Nacional.
Hablando de asuntos menos enojosos, pero no menos preocupantes, vale la pena comentar uno de los estudios recientes de la UNCTAD (Organización de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo), el cual evalúa el impacto de la apertura comercial en las economías de los países "menos adelantados", predominantemente africanos y asiáticos. El estudio excluye a México; sin embargo, en todos los estados de la república hay zonas en condiciones de extrema pobreza habitadas por millones de personas que responden a las características estudiadas por la UNCTAD.
En suma, el documento (UNCTAD/LDC/2004/OVERVIEW) concluye que el comercio exterior auspiciado por la apertura impuesta durante los pasados 20 años no ha resultado en mejoras para el nivel de vida de las poblaciones pobres del planeta. Para muchos países el comercio ha resultado empobrecedor. De 51 países estudiados,18 han resultado más pobres, otros 29 o son más pobres o no se nota un efecto positivo del comercio, y sólo 22 han salido favorecidos en alguna medida por la apertura comercial. En suma, el comercio exterior no es la salida para dejar de ser rezagados: no es la solución a la pobreza, nuestro reto mayor.
Las propuestas de la UNCTAD son un tanto desconcertantes porque giran en torno a šcómo convertir a los países más pobres en mejores exportadores! Y ciertamente hay que hacerlo, pero no es ésa la única solución, ni siquiera la más importante. Siempre el comercio ha sido efecto, no causa del desarrollo. Primero las economías crecen, resuelven los problemas del mercado interno y luego penetran los mercados de exportación. No creo que las regiones más atrasadas de nuestro país vayan a ser la excepción, sobre todo después de 20 años de constatar lo contrario, una y otra vez.
Pero con toda claridad la UNCTAD reconoce que no es el comercio la mejor solución para aminorar la pobreza. En efecto, ello sólo es posible mediante la movilización de recursos para activar las economías regionales y locales. Cómo superar tal desafío nunca aparecerá en los estudios y manuales generales porque cada país tiene singularidades que deberá abordar y superar con esfuerzos propios y diferenciados.
Aunque no lo crea, en México tenemos todos los recursos, sean humanos, físicos técnicos y financieros para lograr el desarrollo en y desde las regiones más pobres del país. La decisión es sólo política. Si no estorbara tanto con su ignorancia, ineptitud y voracidad este gobierno, sería más, mucho más fácil avanzar en serio.
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