México D.F. Miércoles 16 de junio de 2004
Washington buscaría reducir la población latina, dice
Advierte académica sobre riesgos del programa de repatriación voluntaria
JOSE GALAN
El programa de repatriación voluntaria de mexicanos en Estados Unidos, que entrará en vigor esta semana, financiado por la Casa Blanca, podría resultar una amenaza para los connacionales y sus derechos humanos, porque podrían ser repatriados con el argumento de que Washington buscaría evitar el aumento de habitantes latinos o mexicanos en su territorio, afirmó Paz Trigueros, miembro del Departamento de Sociología de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Calificó de "erróneo" el llamado programa bilateral de repatriación voluntaria lanzado por el gobierno estadunidense en la franja fronteriza Sonora-Arizona, que plantea que quienes invierten su último capital en la frontera norte quieren regresar por propia voluntad a sus lugares de origen, donde los únicos de medios de sobrevivencia como la agricultura y la ganadería están en crisis.
"Esta medida perjudicaría a los migrantes mexicanos, porque pueden ser amenazados y obligados a volver a nuestro país con tal de reactivar la repatriación y, con ello, violar sus derechos humanos", sostuvo la académica, quien además subrayó la posibilidad de que el programa sea en realidad un proyecto de control de inmigrantes latinos indocumentados, que constituyen ya la primera minoría étnica en Estados Unidos.
"No es coherente que indocumentados mexicanos originarios de estados como Michoacán, Zacatecas, Guerrero, Puebla o Tlaxcala regresen allí cuando ya encontraron una mejor forma de sostener a sus familias en Estados Unidos", dijo.
"El programa no toma en cuenta la verdadera distribución de los indocumentados, además de que es equivocado considerar por igual a los migrantes que a los grupos de repatriados", añadió.
De unos 10 millones de mexicanos que viven en Estados Unidos, aproximadamente 4 millones son indocumentados. Si son repatriados "volverán a irse. Por eso el plan no va a funcionar", concluyó Trigueros.
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