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México D.F. Viernes 18 de junio de 2004
Esa propuesta constituye un "piso mínimo", argumenta ante connacionales
Plantean a Fox en EU rechazo al plan de Bush sobre migración
En Illinois y Michigan, dice que defenderá derechos de migrantes "hasta donde tope"
ROSA ELVIRA VARGAS ENVIADA
Cicero, Illinois, 17 de junio. Excepto el presidente Vicente Fox y su esposa, Marta Sahagún, el auditorio entero aclamó a Elvira Arellano cuando, en nombre de los mexicanos indocumentados, rechazó el plan migratorio de George W. Bush porque "sólo busca esclavizar a los trabajadores". Y aunque luego el mandatario buscó atenuar esa percepción y pidió ser cuidadosos, pues más vale, dijo, tener "pájaro en mano'' a quedarse sin nada, debió admitir que de todas formas la iniciativa del jefe de la Casa Blanca tampoco ha avanzado en lo absoluto.
En este segundo día de gira por territorio estadunidense quedó claro que para Fox es fundamental que tanto demócratas como republicanos entiendan que el tema migratorio debe estar por encima de diferencias partidistas, y de ahí que su apuesta en este año electoral se base en mostrarles, a unos y otros, la fuerza y número de las comunidades mexicanas, y empujar hacia un acuerdo, abrir, pues, la agenda política.
En esa estrategia se ubican las giras de Fox a Estados Unidos este año. Primero, en enero, a Nuevo México y Arizona; esta vez en Illinois, Michigan y Minnesota, y habrá todavía una más antes de las elecciones presidenciales, en noviembre.
En todo caso, la propuesta del presidente Bush sería, según Fox, el "piso mínimo" para llegar a un ideal "mucho más elevado". En la búsqueda de persuadir a los diversos estratos, planteó hoy a los influyentes miembros del Chicago Council on Foreign Relations que la población estadunidense envejece, y que México todavía dispondrá por varios años de un "recurso joven". Porque además, argumentó, con Estados Unidos "ahora somos socios y nos vemos a la cara de frente y sin reservas".
Urgió entonces a establecer mecanismos legales para permitir el flujo ordenado y seguro de personas. Además, aseguró que velará por el respeto a los derechos humanos de los migrantes "hasta donde tope". Ante los paisanos de Illinois, y luego con los de Lansing, en Michigan, reprobó las redadas de indocumentados que se realizan estos días en California. Allá, dijo, la están pasando difícil, y "estamos aquí para defenderlos, para apoyarlos y expresarles cuán orgullosos estamos de la lucha de ellos".
Así, a lo largo del día Fox se centró en el homenaje a los paisanos que han destacado en esta "difícil sociedad'' y que luchan sus batallas cotidianas, como la obtención de licencias de manejo o mejores espacios educativos, aun para los indocumentados, porque "en estricta justicia ustedes están aquí para buscar el crecimiento de su familia, pero también para contribuir a esta gran nación''.
Terrorista en un instante
Cicero, ubicada al poniente de Chicago, fue siempre un asentamiento italiano. Desde aquí operó Al Capone al final de su legendaria carrera de mafioso. Pero de unos 15 años para acá la migración mexicana la convirtió, ya saturada La Villita, en el segundo asentamiento de paisanos más grande de Illinois.
Su alcalde, Ramiro González, nació en los Altos de Jalisco. Tiene apenas 35 años. Es republicano y se convirtió en el primer mexicano en llegar al cargo cuando su ex jefa, la alcaldesa Betty Lorett Maltis, cayó presa por apostadora.
Cicero es entonces no sólo el gran suburbio mexicano de Chicago, sino el proyecto de políticos que, como el también joven gobernador demócrata, Rod Blagojevich, al tiempo que aprueban leyes para que los hijos de migrantes indocumentados paguen la misma colegiatura en las universidades que quienes han nacido aquí, impulsa criticados proyectos escolares, como el de la Unity Junior High School -para octavo y noveno grados- con presencia policiaca intra-muros, como método para evitar, por la férrea disciplina, que los hispanos se conviertan en pandilleros. Esa es, al menos, la justificación oficial.
Construida a un costo de 83 millones de dólares y a la que asisten 3 mil 800 alumnos, ésta es la escuela pública más grande de todo el Medio Oeste. Y aquí, en su también gigantesco auditorio, el presidente Fox se reunió con unos 2 mil mexicanos y conoció casi puras historias de éxito de paisanos que en algún momento llegaron como indocumentados, pero que hoy lo mismo tienen empresas de importación de frutas que dan empleo a otros migrantes para labores de limpieza.
Pero la tragedia de Elvira Arellano se escribe aparte. Ella misma la contó. Llegó de Michoacán hace siete años, es indocumentada, y cuando ocurrieron los ataques del 11 de septiembre trabajaba limpiando aviones en el aeropuerto O'Hara.
Por ese solo hecho la arrestaron como sospechosa de terrorismo. Quedó libre. Las autoridades decretaron su deportación con cargos federales por trabajar con un número de seguro social que no le pertenecía. Su caso se convirtió en noticia de los diarios y, apoyada por el consulado mexicano y congresistas hispanos, logró una acción legislativa que detuvo su expulsión del país.
Politizada y con gran decisión, Elvira explicó que su caso es el mismo de aquellos que trabajan largas horas por salarios miserables, pero que pagan impuestos. Sin embargo, ubicó las responsabilidades que en todo ello corresponden a México. Migrar, dijo, es una válvula de escape y se ha convertido en una acción peligrosa en la que muchos mueren a diario. Entonces, exigió a Fox, tome el toro por los cuernos y apoye a los indocumentados.
Por la tarde, ya en Michigan, el Presidente tuvo otro encuentro con mexicanos. En este, más espontáneo y con mayor integración comunitaria, no participó Marta Sahagún; de nuevo el argumento fue su afectada salud.
Al llegar se entrevistó con la gobernadora, Jennifer Granholm, e intercambiaron puntos de vista sobre inversiones. A partir de la queja de ella de que muchas empresas de la industria automotriz -clave en Michigan- están cerrando para irse a México, Fox argumentaría que eso forma parte de la globalización económica y que a su vez él promueve que esas inversiones no se vayan, por ejemplo, a Asia.
Eso fue lo que oficialmente se dijo que hablaron, porque también sucede que la oficina de comunicación social de Los Pinos informó que la empresa Ford, cuya sede está aquí, anunciaría una nueva inversión en México de mil 200 millones de dólares, lo que resultó totalmente inexacto, pues se trata del mismo proyecto que esa indistria difundió como un gran plan en diciembre del año pasado, que lleva seis meses aplicándolo en su planta de Hermosillo, Sonoro. La cena para Fox, explicaron ejecutivos de la automotriz, sería sólo de cortesía.
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