México D.F. Viernes 18 de junio de 2004
Los nuevos contenidos, dirigidos a "quienes
no van a ser especialistas en historia"
La reforma en secundarias busca anular el enciclopedismo:
experto
El objetivo es enseñar a los alumnos a aplicar
los conocimientos, no sólo a memorizarlos, afirma
CLAUDIA HERRERA BELTRAN
Impulsor de que se enseñen menos contenidos en
secundaria, el investigador Rafael Quiroz considera que la reforma de la
Secretaría de Educación Pública (SEP) es coherente
con esa línea, pero señala que enfrenta varios problemas
para su implantación: poco tiempo para la elaboración y autorización
de los libros de texto (menos de un año), enorme carga de trabajo
de los docentes e insuficiente preparación de éstos para
manejar el nuevo enfoque.
Quiroz, uno de los pocos especialistas en el tema de la
secundaria en México, considera que la reforma generará conflictos
debido a la existencia de dos corrientes en pugna: la tradicional, que
promueve el "enciclopedismo", en la que ubica a un sector del magisterio
y al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE),
y otra que está en favor de enseñar a los alumnos a buscar
y usar la información, más que a memorizarla.
En entrevista se declara en favor del proyecto de la SEP,
que consiste en dejar de enseñar en secundaria historia universal
y de México del periodo que abarca del origen del hombre al siglo
XIV, pues lo que busca es incluir contenidos para "quienes no van a ser
especialistas en historia", pero con un enfoque reflexivo.
Divergencias sobre tiempos
No
obstante, considera que en primer año se debió haber agregado
una hora al estudio de la geografía, para que quedara en seis, y
destinar menos tiempo al estudio de materias optativas. Dice no tener claro
por qué se añadió una hora a la semana para estudio
de español, cuando se requería dedicar más tiempo
a la materia de inglés.
La propuesta que la SEP pretende implementar en el ciclo
escolar 2005-2006, la cual involucraría a 5.6 millones de alumnos,
consiste en reducir el número de asignaturas de 34 a 24 (tres de
ellas corresponden a actividades complementarias) y en impartir en un solo
grado materias como historia, geografía, formación cívica
y ética, biología, física y química, que ahora
se enseñan en dos o tres años.
Quiroz, académico del Departamento de Investigación
Educativa del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del
Instituto Politécnico Nacional, critica los planes de estudio vigentes
desde 1993 porque a pesar de tener elementos de "avanzada", "están
muy fragmentados y tiene muchos contenidos", lo que ha provocado que los
alumnos estén más preocupados por aprobar las asignaturas
que por aprender.
Con el nuevo enfoque, dice, se busca pasar de la educación
enciclopédica a la formación en competencias, lo que implica
enseñar a los adolescentes a aplicar los conocimientos, no sólo
a memorizarlos. "¿De qué sirve que alguien sepa los elementos
de la oración si finalmente es incapaz de hacer una redacción
coherente de una carta?", se pregunta.
Señala que la reforma pudo ser mayor, pero "haber
planteado cosas más radicales hubiera implicado más conflicto
con los maestros y con el sindicato".
También afirma que la SEP enfrentará serios
obstáculos para aplicar la reforma, y advierte que podría
repetirse la historia de los libros de texto de 1993, que fueron aprobados
"al vapor", ya que en menos de seis meses se dio la autorización
de 400 títulos.
"Me preocupan los tiempos. Tengo entendido que la propuesta
inicial de la SEP era tener los programas definitivos en enero de este
año, pero de nueva cuenta la SEP ha prolongado el proceso y ahora
finalmente se ha reducido el tiempo", explica.
Otro obstáculo es la situación laboral de
los docentes, explica, pues la mayoría apenas tienen tiempo de dar
clases y no para brindar una atención más personalizada a
sus alumnos y menos para asistir a cursos de actualización.
La reforma tendrá éxito, dice, sólo
si se da a los maestros contratos de tiempo completo para que destinen
parte de su jornada a dar clases y el resto a preparar su asignatura y
a participar en reuniones con otros docentes. Pero deben ponerse reglas
claras y no convertir esta medida en una "conquista sindical".
Advierte que la reforma será un proceso largo.
"En 2005 no pasará mucho. Los maestros van a recibir una nueva propuesta,
van a seleccionar nuevos libros de texto y van a tener que ir improvisando
sobre la marcha".
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