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México D.F. Viernes 18 de junio de 2004
"Acto de estupidez e ignorancia": Tovar y de
Teresa
Reprueban intelectuales la visión histórica
de la SEP
Poniatowska y Florescano exigen detener planes oficiales
Sorpresa e indignación causó entre historiadores,
artistas e intelectuales el plan de estudios de las materias de historia
universal y de este país que la Secretaría de Educación
Pública (SEP) proyecta implantar a partir de 2005 y que dio a conocer
ayer La Jornada, en el cual se suprime la enseñanza de acontecimientos
anteriores al siglo XV, entre ellos las grandes civilizaciones, incluidas
las del México antiguo.
A continuación, algunas de las opiniones de los
personajes consultados por este diario.
Francisco Toledo, artista visual: ¡Pobres
niños, pobres jóvenes! Tengo un hijo que está en tercero
de primaria. Algunas veces tengo que ver los libros de texto gratuito.
En uno hablaban de los emperadores aztecas y describían el trono
como blando. Eso me pareció chistoso, como si hubiera tronos blandos
y tronos duros. Me llamó la atención lo superficial que es
la enseñanza en tercero de primaria. Dije: un día tendré
que escribir una carta a la Secretaría de Educación Pública.
Habría que revisar los libros de texto, profundizar más,
hacerlos más serios, ofrecer una enseñanza real. Si México
empieza a partir del descubrimiento de América, siempre va a faltar
algo. Aunque tal vez el humor de los mandatarios ha tenido mucho que ver
con la calidad de sus tronos. Y mucha de la historia que hemos padecido
es por tener tronos blandos o tronos duros.
Enrique
Florescano, historiador: Me parece algo terrible. Es un fenómeno
que está ocurriendo también en otras partes del mundo, pues
están excluyendo la historia y las ciencias sociales del sistema
de enseñanza. Según ese proyecto, frente a la profundidad
de las culturas olmeca o maya en Mesoamérica, los jóvenes
mexicanos comenzarán a comprender la historia sólo a partir
de la llegada de Colón. De acuerdo con ese planteamiento, la historia
de México solamente empieza en el siglo XV. Se eliminaría
la historia antigua nuestra, que es la historia de la fundación
de las civilizaciones, los estados, las lenguas y las tradiciones americanas,
que es algo que sigue vivo. Se eliminaría además toda la
historia antigua universal. Es un crimen, es casi como si nos cortaran
la cabeza. Tenemos que darle voz a la sociedad civil para que no sean los
decretos, los partidos o los gobiernos los que nos impongan una manera
de entender, comprender y vivir nuestra sociedad. Necesitamos que haya
un diálogo entre el Estado, el gobierno y la sociedad y que éstasea
escuchada. En este caso, necesitamos que sean escuchados los arqueólogos,
los historiadores, los que han creado el conocimiento sobre el mundo antiguo.
Debemos insistir en que los investigadores, los profesores, los historiadores,
los escritores, los pedagogos y la sociedad civil tenemos que impulsar
la manera de hacer más representativa y audible nuestra voz en las
áreas donde se toman esas decisiones. Ese es el problema más
grande que tenemos. Es necesario crear un consejo permanente de revisión
de libros de texto, en el que participen esos expertos y el cual se renovaría
cada determinado tiempo. Eso existe ya en Francia, en Estados Unidos, en
todo el mundo. Son consejos que cuando, por ejemplo, surge un asunto como
el del genoma, los científicos dan su punto de vista, los profesores
dicen cómo van a introducir ese conocimiento, en qué nivel
educativo, y los pedagogos plantean qué lenguaje se usará.
Ya debería existir en México un consejo así.
Elena
Poniatowska, escritora: Parece que es un suicidio, es algo gravísimo,
como si quisieran eliminar nuestras raíces. Proponemos levantarnos
y rechazar ese proyecto. Si Reyes Tamez Guerra (titular de la SEP) propone
eso, está totalmente equivocado. Todos los mexicanos deberíamos
decir que eso no es aceptable. El periodo prehispánico es lo que
nos ha dado nuestra fuerza, lo que nos hace lo que somos. Es como si elimináramos
nuestro origen, nuestra propia vida, es como asesinar algo. A los propios
mayas o los oaxaqueños, ¿cómo es posible que se les
ningunee y se les borre de esa forma? Es un atentado contra nuestra historia
y no entiendo en qué cabeza cabe y de dónde puede salir una
iniciativa tan burda. Esto es mucho más grave que la propuesta de
gravar el libro con el IVA, porque es negar el acceso al conocimiento a
los jóvenes mexicanos. Debería ser al contrario y apoyar
aquí investigaciones que se hacen en universidades de Estados Unidos.
Como dice Enrique Florescano, es nuestra historia patria y eso es lo que
nos hace falta: saber quiénes somos y de dónde venimos, sobre
todo para saber hacia dónde vamos, lo que desde luego el presidente
Fox no sabe. De seguir así, en el futuro quién sabe qué
entidad extraña seremos, algo flotando en el aire.
Alejandra Moreno Toscano, historiadora: Es conocida
la enorme importancia de los estudios arqueológicos para entender
la estructuración de Mesoamérica y del mundo americano, y
las herencias dejadas por ese mundo en las poblaciones indígenas
y campesinas: la manera de concebir la explicación del mundo, de
organizar los calendarios. Todo eso es imposible que se deje de enseñar.
Si el Estado no lo asume como parte de su sistema educativo, tendrá
que transmitirse por otras vías. Esa posible cancelación
de la época prehispánica en las secundarias por parte de
la SEP sería contraria a su historia, que ha sido la recuperación
de esa originalidad antigua, de esa raíz.
Ese proyecto es imposible y no va a prosperar. Pero es
preocupante que se piense que este continente no existió nunca antes
de que Occidente llegara a mirarlo. Para entender de veras cómo
se conformó el mundo y qué papel tiene América en
el mundo contemporáneo, el peor error que se podría cometer
es borrar la época anterior al siglo XV.
Guillermo Tovar y de Teresa, historiador: Es un
acto de estupidez, de ignorancia y un atentado contra el derecho que los
mexicanos tenemos de recibir educación en el sentido más
amplio; no sólo educación en cuanto a muchas de las disciplinas
que sí en cambio obliga el actual programa educativo, sino sobre
todo a aprender a ubicarnos el tiempo; es increíble que a principios
del siglo XXI hagamos a un lado lo universal y lo permanente. A cualquiera
de los grandes humanistas mexicanos, desde Carlos de Sigüenza y Góngora,
Francisco Javier Clavijero, pasando por todos los literatos del XIX mexicano,
y Alfonso Reyes y hasta Octavio Paz, les hubiera parecido escandalosa semejante
omisión. Estoy seguro que el Congreso de la Unión no permitirá
que tal disposición se apruebe.
La argumentación me parece todavía más
llena de estulticias porque implica negar la historia autóctona
y omitir lo que sucedía en el mundo en todos esos siglos anteriores.
Cualquier libro de texto extranjero de educación de historia incluye
tales comparativas acerca de las distintas civilizaciones. Ignoro a quién
le haya pasado por la cabeza hacer semejante propuesta pero me encantaría
saberlo para conocer el nombre y el apellido de alguien tan tonto. Es increíble
a lo que estamos llegando en este periodo en cuanto a cultura, humanismo
e historia se refiere. Las grandes instituciones fundacionales, como el
INAH, la UNAM, El Colegio de México y otras, están obligadas
a emitir una opinión porque es una responsabilidad cívica
frente al pueblo de México. Es inconcebible. ¡La cara que
hubiera puesto Paz con semejante acto de ignorancia, de banalidad, de tontería!
Es la noticia más idiota que he visto en mi vida: necesitamos saber
el nombre y el apellido del tonto espeluznante que propuso tal cosa.
Juan
Bañuelos, poeta: Esto es algo gravísimo para el país.
Es una aportación más del gobierno del señor Fox para
que perdamos identidad: no sabe él de dónde venimos, cuáles
son los pueblos originarios. Quiero creer que esto es parte del Plan Puebla-Panamá,
con el que nos quieren hacer iguales. Las costumbres, la historia de nuestros
pueblos, la memoria colectiva, el fin de las comunidades, la desintegración
de la familia para formar maquiladoras en esta zona que abarca Puebla,
Panamá hasta el Caribe, y que son alrededor de 65 millones de personas,
casi la mayoría de origen indígena.
De tal manera que esto es gravísimo, es la acción
más perversa y más criminal contra nuestra colectividad nacional.
El hecho de quitar varios años de la historia de nuestro pasado
y abarcar desde el siglo XV hasta ahora significa un retroceso, es un acción
que solamente la puede hacer gente con la misma mentalidad de Maximiliano,
Miramón y Mejía, quienes quisieron entregar nuestro territorio
a los franceses, que es la manera en que este señor nos entrega
a Estados Unidos.
Es necesario que los diputados, senadores y el Poder Judicial,
por única vez, se den cuenta del gran peligro para las futuras generaciones
de México. Los intelectuales tenemos que actuar, no se trata de
cuestiones ideológicas ni partidistas, sino de nuestra soberanía
histórica y jurídica. También los universitarios que
salen a festejar un éxito futbolístico deben salir a reclamar
esta afrenta para la educación en México. Durante periodos
no ha habido reforma educativa y ésta no lo es. El señor
Fox está proponiendo un retroceso y terminar con nuestra soberanía
por una actitud criminal. No hay que dejarlo pasar en el Congreso ni en
ninguna otra instancia.
José María Pérez Gay, filósofo:
Me parece una barbaridad. ¿Cómo podría expresarlo?
Es una barbaridad el abandono para los alumnos de secundaria al dejar de
lado la enseñanza de la América prehispánica. Me parece
un error pedagógico no incluirlo.
MERRY MAC MASTERS, ARTURO JIMENEZ, MONICA
RODRIGUEZ, FABIOLA PALAPA, JORGE RICARDO, FERNANDO CAMACHO, CARLOS PAUL
Y ANGEL VARGAS
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