Advertencia del maestro en Ciencias Antropológicas Iñigo Aguilar Medina

La televisión obstaculiza la transmisión de la herencia cultural dentro de la familia

DE LA REDACCION

En México, la exposición desmedida de los menores de edad a los medios de comunicación, sobre todo de los audiovisuales, va en detrimento de la transmisión de la herencia cultural dentro de la familia, y promueve la aceleración de los procesos de globalización, advirtió Iñigo Aguilar Medina, maestro en Ciencias Antropológicas.

Destacó que conforme a estudios realizados en el Distrito Federal y su área metropolitana, 85 por ciento de las familias ven la televisión durante el desayuno, la comida y la cena, espacios que hasta fines de los años 60 del pasado siglo eran ocupados para la comunicación entre sus integrantes y para el "traspaso" de valores.

Al hablar sobre Herencia cultural y globalización en la Academia Mexicana de Ciencias Antropológicas (AMCA), Aguilar Medina dijo que la tecnología plantea a las nuevas generaciones no sólo el dominio de otras estructuras narrativas, sino un reto para la conservación de su propia identidad en un mundo donde las fronteras parecen inexistentes ante el bombardeo de información.

Con el arribo del televisor al interior de las familias, dijo el investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), parecía que éste se convertiría en un elemento aglutinador e, incluso, reforzador de las relaciones familiares. No obstante, al paso de los años "luego de entrar por la sala, pasó a ocupar el espacio más personal, la habitación".

Aguilar Medina, apuntó que en el fondo del problema de dejar a los niños a merced de los medios de comunicación, se encuentra la aplicación de métodos educativos erróneos no sólo en la familia, sino en elementos tan importantes para la transmisión de la cultura como son la escuela y la propia iglesia, además del "desencanto" por la falta de compromiso político de los partidos en México.

De esa forma, la educación puede ser analizada en su relación con las funciones que cumple en la sociedad; un proceso de endoculturación que supone la selección y transmisión de significantes. "Lo preocupante es que los medios han roto las fronteras entre el ámbito de lo público y lo privado.

La familia en México, señaló el profesor de asignatura de la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM, como base de cohesión social, es otra forma que se ha modificado pues ya no se compone de la estructura "tradicional": padres e hijos.

Investigaciones recientes han revelado que sólo 50 por ciento de los núcleos familiares en la zona metropolitana y el Distrito Federal, siguen contando con esa constitución; mientras que la separación matrimonial se ha elevado en cifras, en parte por la mayor expectativa de vida de la sociedad mexicana.

El especialista en educación, principalmente en regiones indígenas, abundó que otra de las aristas que implica la exposición desmedida hacia los mass media, es la asimetría que existe entre la capacidad de las personas para absorber esa cantidad de información transmitida a manera de flash, y la falta de un desarrollo adecuado del lenguaje, entendiéndose éste, como un reflejo de la coherencia de ideas.

"Se ha encontrado una vinculación entre los problemas de hiperactividad y la deficiencia de atención en los niños, respecto a la exposición a la televisión. En términos clínicos a estos casos se les ha calificado como poseedores de una inmadurez cerebral".

Si bien, los medios de comunicación funcionan como "vasos comunicantes" para conocer otros contextos sociopolíticos en el planeta; al sustituir a la familia como puente para la transmisión de la historia colectiva propia, las personas no cuentan ya con puntos de referencia para llevar a cabo un análisis más profundo, concluyó Iñigo Aguilar.