México D.F. Miércoles 30 de junio de 2004
Con ella se justificaría el autoritarismo
y podría llegarse a la dictadura, alertan
La pena de muerte no solucionaría la inseguridad,
dicen académicos y ONG
El modelo económico ha generado desigualdad y
mayor delincuencia, sostienen
KARINA AVILES, JOSE GALAN, FABIOLA MARTINEZ Y TRIUNFO
ELIZALDE
Expertos
en el tema de la violencia, representantes de organizaciones de derechos
humanos y miembros de la Iglesia católica afirmaron que la solución
al problema de la delincuencia no se dará con medidas más
represivas, como la pena de muerte. Incluso, algunos de los especialistas
advirtieron del "riesgo" de que la "derecha" y la "ultraderecha" se aprovechen
de este momento en que la población demanda acabar con la inseguridad
para justificar el "autoritarismo" y las "dictaduras".
El investigador René Jiménez Ornelas, de
la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), recordó
que antes de que se instauraran los regímenes dictatoriales en países
como Chile y Argentina se generó toda una demanda en la que la población
pedía orden. Esto fue aprovechado por los poderes de la derecha
"que llevaron a estas dictaduras, mismas que causaron grandes cantidades
de víctimas ejecutadas. De tal forma que uno de los peligros es
el de justificar el autoritarismo".
El especialista destacó que el combate a la incidencia
delictiva "no es cuestión de más policías, recursos
y represión". Recordó que los estados norteamericanos en
donde existe la pena de muerte tienen los "más altos índices"
delincuenciales.
Indicó que el modelo económico (neoliberal)
ha generado una desigualdad social que va de la mano de la delincuencia,
y por ello si se quiere atacar de raíz el problema se tiene que
hacer mediante una acción integral, en la que las medidas se dirijan
a acabar con la impunidad y la corrupción, además de solucionar
la falta de alternativas para tener acceso al empleo, a la educación,
etcétera.
Ante la desesperación, la ciudadanía no
repara en que medidas como la pena de muerte, la cadena perpetua o cercenar
algún órgano para castigar al delincuente "es volvernos también
delincuentes y una sociedad salvaje. Además de que representa un
retroceso en la civilización", destacó el académico.
''El gobierno se equivoca una vez más... y no
es la primera''
Por su parte, Fernando Tenorio Tagle, profesor investigador
de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), plantel Azcapotzalco,
y actualmente profesor invitado en el Instituto Nacional de Ciencias Penales
(INCP), expresó que con la sugerencia de discutir la pena de muerte
el gobierno se equivoca una vez más, y no es la primera vez que
entra en fuertes contradicciones. Sin embargo, los incrementos en el índice
delictivo tienen sus causas en los desequilibrios socioeconómicos
que presenta el país, los cuales se agudizarán mientras continúe
la inequitativa distribución de la riqueza.
Para el investigador, quien participa en el proyecto Ciudades
Seguras, de la UAM, "es inútil" que aumenten las penas para los
delitos: la crisis económica no sólo se refleja en un incremento
de la delincuencia, sino también en una crisis fiscal, "lo que hace
imposible destinar recursos para construir más cárceles".
En tanto, representantes de organizaciones defensoras
de derechos humanos calificaron al procurador general de la República,
Rafael Macedo de la Concha, de funcionario "ignorante" del contenido de
los convenios internacionales firmados por nuestro país, en particular
el artículo cuarto de la Convención Interamericana de Derechos
Humanos, y del sexto del Pacto de Derechos Humanos y Civiles.
"Es evidente que en la reciente declaración de
Macedo de la Concha existe oportunismo político en afán de
emitir ante la opinión pública soluciones prontas, aun cuando
éstas sean erráticas y maquilladas", señaló
Eduardo Reyes, coordinador del área de análisis y monitoreo
del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez.
Más que una pena más dura es necesario que
el Estado mexicano ratifique los compromisos asumidos en torno al combate
a la impunidad y la corrupción en las propias fuerzas de seguridad,
tema que representa el centro del "verdadero debate", apuntó. En
ese mismo sentido se manifestó Fabián Sánchez, del
área jurídica de la Comisión Mexicana de Defensa y
Promoción de los Derechos Humanos. Expresó que de nada serviría
aumentar las penas y, en cambio es necesario atender los factores económicos,
"raíz de esta serie de delitos". Más allá de la "ignorancia"
que demostró el procurador; es tiempo de exhortar al gobierno y
al Ejército Mexicano a ratificar los protocolos para la erradicación
de la pena de muerte, destacó.
Mano dura, pero dentro de la ley, pide Rodríguez
Alcaine
Por su parte, el dirigente de la Confederación
de Trabajadores de México, Leonardo Rodríguez Alcaine, señaló
que el desempleo es "la causa número uno de la violencia... Sólo
con un buen trabajo es posible evitar que la gente no se vaya por el buen
camino". Es urgente, afirmó, que se aplique mano dura, pero en el
marco de la ley vigente.
Entrevistado en el aeropuerto de la ciudad de México,
el arzobispo de Hermosillo, Ulises Macías Salcedo, destacó
que "la Iglesia católica es defensora y promotora de la vida. La
Iglesia siempre la defenderá. Yo al menos no estaría de acuerdo
con la pena de muerte", indicó el prelado.
Una de las penas para aplicar a los secuestradores "pudiera
ser una cadena perpetua", pero no aplicar la pena de muerte. Reconoció
que una de las causas del desarrollo de la delincuencia y la violencia
puede ser el desempleo, base de la pobreza extrema en que se encuentra
la mayoría de las clases desprotegidas. En ese sentido, el arzobispo
criticó a quienes "del pastel de la economía toman grandes
tajadas, de tal proporción que la inmensa mayoría no alcanza
casi nada".
Por otro lado, Macías Salcedo aseguró que
"la Iglesia católica no metió la mano" en la marcha contra
la inseguridad, efectuada el pasado domingo.
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