México D.F. Miércoles 30 de junio de 2004
Lo que desea son resultados, solución
a sus problemas, afirma el mandatario
Hemos fallado; la sociedad ya no quiere enfrentamientos
entre los gobiernos: Fox
''No hemos podido dar la garantía mínima
de seguridad que esperan los ciudadanos''
ROSA ELVIRA VARGAS
Al
admitir que las autoridades ''hemos fallado en dar la garantía mínima''
de seguridad que esperan los ciudadanos, el presidente Vicente Fox dijo
ayer que la sociedad no quiere enfrentamientos entre los órdenes
de gobierno y los poderes de la Federación. Lo que desea, dijo,
son resultados, solución a sus problemas.
En esa continuada ruta de la autocrítica con la
que arrancó esta semana, luego de las manifestaciones contra la
inseguridad del domingo pasado, el jefe del Ejecutivo convino en que la
lucha contra la delincuencia y por la seguridad pasa, ''necesariamente'',
por el mejoramiento de las condiciones de vida de la población,
por el empleo, por el ingreso, por la ocupación productiva, por
la generación de oportunidades y el acceso a la educación
y a la salud.
Reiteró que la seguridad pública es un asunto
prioritario en la agenda del gobierno ''de la democracia''; dijo que en
la lucha contra el crimen no hay mañana, y convocó a ''destruir
la tiranía de la delincuencia y de la complacencia''.
Durante una ceremonia en Los Pinos, en la que entregó
a integrantes de la Policía Federal Preventiva (PFP) reconocimientos
a su desempeño, equivalentes a un mes de su salario, Fox Quesada
admitió que hasta hoy sólo se han alcanzado ''soluciones
parciales'' en materia de seguridad pública. Eso es algo, dijo,
que ''la ciudadanía nos está señalando''.
Por ello, en una nueva promoción a su iniciativa
de reforma en la materia, mencionó la inclusión del resarcimiento
del daño a las víctimas, ''porque hoy parece haber gran preocupación
por los delincuentes''. Refirió la necesidad de desahogar las cárceles.
Esta medida sería, de acuerdo con el mandatario,
para evitar la ''contaminación'' que se da en esos centros de reclusión,
sobre todo de quienes caen ahí por una falta mínima, ''que
muchas veces están ahí siendo inocentes y tienen que compartir
con verdaderos criminales, verdaderos malos ejemplos para ellos, lo cual
hace muy difícil su rehabilitación''.
Fox, que ha convertido el tema de la seguridad en el eje
casi único de su discurso de los últimos días, esta
vez hizo un paréntesis para aventurar que el crecimiento económico
del país para este año ''puede rebasar 4 por ciento'', e
insistió en el mejoramiento de los índices de empleo, si
bien ''en un número aún insuficiente... dados los rezagos
acumulados''.
Pero de nuevo insistente en la necesidad de aprobar las
reformas legales que en ese sentido le propuso al Congreso, llamó
a todos los actores políticos a unirse en un solo frente e incluyó
ahora a la sociedad como un ''actor central'' en el ejercicio público
de la justicia penal, para que vigile a las autoridades y denuncie conductas
que se apartan de la ley. Ese será el camino, consideró también,
para recuperar la confianza en las instituciones y sus representantes.
Flanqueado por los secretarios de la Defensa Nacional,
general Gerardo Clemente Vega García; de Seguridad Pública,
Alejandro Gertz Manero, y de Marina, Marco Antonio Peyrot, el Presidente
puso el acento en la unificación de las policías federales
del país bajo el mando de una secretaría del interior, ''con
facultades amplias para actuar rompiendo la barrera del delito de fuero
común y federal''.
De este modo se conformaría una policía
''anticriminal congruente, sin duplicidad de gastos y más eficaz
a nivel federal'', al tiempo que se coordinaría con todas las policías
locales.
Y es que, según las estadísticas ofrecidas
por el mandatario, actualmente sólo 3.5 por ciento de las fuerzas
policiacas del país pertenecen al ámbito federal, mientras
el restante 96.5 lo representan agentes estatales y municipales.
Durante décadas, convino entonces, el país
ha pagado el costo de tener una policía sin profesionalización,
sin valores, y la sociedad ha padecido de la mala selección y de
la carencia de valores. Hoy es urgente elevar los niveles de capacitación
de aquélla, ''mejorar sus perfiles de ingreso, salario y remuneraciones''
(sic), de formación y capacidad, así como asegurar sus valores
de ética y honestidad.
''Comencemos una nueva historia a partir de mejores leyes,
mejores instituciones y mejores recursos humanos, a partir de una ciudadanía
exigente, severa, vigilante de las autoridades''.
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