México D.F. Miércoles 30 de junio de 2004
Su proyecto económico impulsa un modelo
nacional sin renunciar a la globalización
Convergencia pública y privada en energía,
plantea López Obrador
No se propone un regreso al estatismo de hace tres décadas,
aclaró el jefe de gobierno del DF
Los recursos energéticos se pueden usar como
''palanca del desarrollo nacional'', dijo
ROBERTO GONZALEZ AMADOR
Andrés Manuel López Obrador, jefe del gobierno
de la ciudad de México, aprovechó este martes un foro empresarial
para ''delinear'' una propuesta ''general de política económica'',
sustentada en ''una convergencia de inversión pública y privada''
que permita la modernización del sector energético del país.
Aseguró
estar a favor de mantener el control de la inflación y el gasto,
pero se manifestó a favor de una ''restructuración'' de la
deuda pública. Su propuesta, explicó, busca aumentar la generación
de empleo y rescatar la actividad en el campo.
En un foro organizado por The Economist Conferences, unidad
de la prestigiada revista británica The Economist, López
Obrador dijo que el proyecto económico presentado ayer plantea la
construcción en México de un modelo de desarrollo propio,
sin renunciar a los procesos de globalización de la economía,
como ocurre ahora en otras naciones latinoamericanas, en particular Brasil
y Argentina.
El discurso fue apropiado para la audiencia. El jefe del
gobierno de la capital del país manifestó que con su ''proyecto
alternativo'' desea ''dejar en claro'' que ''no pretendemos alterar el
orden macroeconómico: debe haber disciplina en el manejo de la inflación,
del déficit público y la deuda interna y externa, así
como mantener estabilidad en otras variables''.
La búsqueda de estos objetivos es el eje de articulación
de la política económica vigente en México desde principio
de la década de los años 80 del siglo anterior, cuando estalló
en el país y la región la crisis de la deuda externa.
Ante unos 300 asistentes al foro convocado por The Economist
Conferences, principalmente representantes de empresas nacionales y extranjeras,
y analistas de firmas financieras locales y foráneas, López
Obrador dijo:
''A diferencia de quienes fincan todas las expectativas
de crecimiento en factores externos y esperan a que el mercado reaccione
por sí mismo, nosotros creemos que es fundamental la intervención
pública para reactivar la economía y generar empleos, sobre
todo en épocas de recesión''.
Luego pidió a su auditorio que ''escuche bien''
y no entendiera su propuesta como un regreso al estatismo de hace tres
décadas. ''Nadie está planteando estatismo; eso ya no puede
ser''.
Un esquema de inversión mixta
Primero en el discurso y después en una ronda de
preguntas y respuestas, López Obrador habló de sus propuestas
para elevar la capacidad de competencia de la economía, que se ha
desplomado en los últimos años no sólo frente a China
sino también ante otras naciones emergentes como las del Este de
Europa, India y Corea del Sur.
La propuesta hecha pública ayer, según López
Obrador, parte de una modernización del sector energético;
planteó utilizar estos recursos del país como ''palanca del
desarrollo nacional''.
A diferencia del actual gobierno federal, no estuvo de
acuerdo en que el punto de partida debe ser una reforma fiscal que eleve
los tributos. En todo caso, señaló, reducir la evasión
actual -se evade al menos un monto equivalente a la mitad de lo que se
recauda, según cifras oficiales- proporcionaría al fisco
más recursos que incrementar las tasas de cobro de impuestos.
Por ello, dijo que el primer paso para propiciar mejores
condiciones de crecimiento es el sector energético, ''que tiene
un gran potencial económico desaprovechado'', y que ha estado abandonado
por completo en las últimas dos décadas.
Consideró ''fundamental'' que desde un nuevo gobierno
se impulse la petroquímica, dado que ahora Petróleos Mexicanos
se dedica principalmente a la extracción y exportación de
petróleo crudo, así como a mayores esfuerzos en la extracción
de gas, proyectos que ahora están detenidos por falta de recursos
para inversión. ''Hemos llegado al absurdo de importar gas y gasolinas'',
dijo.
En específico, manifestó que la transformación
del sector energético se encuentra en una suerte de trampa. Por
un lado, abundó, se insiste en la privatización y como esa
reforma no prospera, entonces el Estado contrata deuda para financiar a
las dos empresas estatales. Por ello, planteó la necesidad de buscar
un ''mecanismo para financiar al sector energético, que no caiga
en posiciones extremas, y logre una convergencia entre inversión
pública y privada''.
Por la restructuración de la deuda
Como López Obrador hizo alusión en sus respuestas
a la idea de que México observe las acciones que han tomado en el
pasado reciente Brasil y Argentina -que incluso han enfrentado a acreedores
para tratar de renegociar sus pasivos- entre los asistentes a la conferencia
cobró sentido la propuesta del político en torno a la deuda
pública mexicana.
El funcionario planteó que el gobierno federal,
al igual que en la anterior administración, lleva una ''doble contabilidad
de la deuda''. Por un lado, están los pasivos en el exterior y los
contratados internamente por la emisión de bonos y, por el otro,
los derivados de las operaciones de rescate bancario, carretero y de la
banca de desarrollo.
Así, consideró necesario buscar una ''restructuración''
de la deuda pública. ''No aguanta ya el presupuesto el pago de intereses.
No se trata de decir 'no pagamos el Fobaproa' (rescate bancario), sino
de sentarnos y llegar a nuevos acuerdos''.
De acuerdo con información de la Secretaría
de Hacienda, la deuda pública interna, externa y la derivada de
los rescates alcanza 2.14 billones (millones de millones) de pesos. En
2003, el costo financiero determinado por el pago de intereses de la deuda
fue de 55 mil 475 millones de pesos.
En su discurso, López Obrador dijo que mientras
se transita a un cambio de fondo en el modelo económico y se empiezan
a obtener resultados derivados de la modernización del sector energético,
es indispensable reactivar la economía de inmediato para generar
empleos. Y, aseguró, la forma más rápida de hacerlo
está en impulsar decididamente la industria de la construcción.
Añadió que el proyecto nacional de crecimiento
que ayer dio a conocer no sería viable sin rescatar del abandono
al campo y sus pobladores. Promover el desarrollo rural, abundó,
implica mejorar las condiciones de vida de los campesinos y fortalecer
las actividades productivas del campo.
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