Argentina fue el ejemplo extremo, que llevó a la autocrítica, dice

Magro desempeño del FMI en América Latina, destaca experto

AFP

Washington, 1Ɔ de julio. El ''pobre'' desempeño del Fondo Monetario Internacional (FMI) en América Latina, que alcanzó su punto culminante con la crisis argentina de 2001, condujo a varios dirigentes de la región a exigir la reforma de las instituciones de Bretton Woods, que cumplen este jueves 60 años, sostuvo Carlos Quenan, profesor del instituto francés de Altos Estudios de América Latina (IHEAL).

''América Latina ha sido un terreno importante de acción del FMI. Podríamos decir, lamentablemente, que ya sólo interviene en circunstancias de crisis, algo que no ha faltado en la región'', afirmó Quenan.

''Por lo tanto, América Latina también contribuyó bastante a la mala reputación que tiene el fondo en el mundo'', agregó el analista, al referirse principalmente a las ''políticas de ajuste aplicadas en los años 80 y que acabaron siendo uno de los ingredientes de esa llamada década perdida''.

Quenan no dudó en tachar de ''bastante pobre'' el balance del FMI en la región, 60 años después del comienzo, el primero de julio de 1944, de las negociaciones de Bretton Woods, una estación de esquí de New Hampshire (noreste de Estados Unidos), donde nacieron el fondo y el Banco Mundial (BM).

El experto criticó sobre todo ''las reformas que se implementaron en la década de los 90, apoyadas calurosamente por el fondo y que no generaron el crecimiento que se esperaba en América Latina''.

El ''ejemplo extremo'', desde su punto de vista, fue Argentina, ''presentado como modelo durante toda la década y que se derrumbó con una crisis, obligando al fondo a hacer una autocrítica''.

''El fondo parece prisionero de su estilo de tratamiento de las crisis que predominaba antes de la globalización financiera, de la idea de que todos los desequilibrios externos, de una manera u otra, reflejan desequilibrios fiscales internos'', explicó

Quenan señaló, no obstante, algunos aciertos del FMI, entre los que destacó la intervención del organismo en 2002 ''con un plan de 30 mil millones de dólares para ayudar a Brasil'' y tranquilizar a los mercados unos meses antes de la anunciada victoria del izquierdista Luiz Inacio Lula da Silva en las elecciones presidenciales.