México D.F. Viernes 2 de julio de 2004
Lo intentó hace un año pero se
quedó a kilómetro y medio de la cima
Guillermo Carro Blaizac alcanzó el Everest
Hace un año el alpinista Guillermo Carro Blaizac
se quedó a kilómetro y medio de conquistar la cima del monte
Everest; sin embargo, ese no fue impedimento para volverlo a intentar y
convertirse en el primer mexicano y latinoamericano en llegar a la cumbre
por la cara norte y sin oxígeno suplementario, hecho logrado el
pasado 20 de mayo.
Con las huellas de la hazaña aún visibles
en su mano derecha, cuyos dedos meñique y anular presentan un color
negro en las uñas por el congelamiento, el joven montañista
admite que sintió miedo, "pero un miedo controlable", por el riesgo
que conlleva escalar la montaña sin la ayuda del oxígeno
ni sherpas.
"Fue
un esfuerzo de casi 21 horas continuas, que me causó un poco de
deshidratación y derivó en una eventual congelación
de los dedos, de primer grado, nada grave". Además, "haberlo podido
realizar bajo los términos en los que quería me da mucho
gusto", de hecho hay planes para volver, pero no sabe cuándo, señaló
en rueda de prensa.
Pese a no tener el aval de la Federación Mexicana
de Deportes de Montaña y Escalada, para reconocer su marca, al alpinista
de 24 años no le preocupa, pues su récord ha quedado establecido
en los registros del gobierno de Nepal y de China, ya que "ellos (los chinos)
son quienes otorgan los permisos para el ascenso". Comparó su preparación
con la que realiza un atleta de alto rendimiento, quien invierte meses,
y "en su caso son poco más de 10 años", pero la recompensa
es que "también hay medallas en otros lados, sólo que éstas
no se cuelgan".
En cuanto a los patrocinios que obtuvo para poder concretar
su sueño, que planteó a sus padres desde que tenía
tres años y empezó a visualizar desde los 13, cuando inició
su carrera en el alpinismo, Guillermo dijo que éstos fueron externos
como la Fundación Keep Walking, que reconoce las propuestas más
sobresalientes por su espíritu de progreso personal y comunitario;
y Daistek, empresa de computadoras.
Pese a tener una trayectoria de ocho expediciones a cumbres
como el Aconcagua (Argentina 6,959 metros), Ramada (Argentina 6,410) y
los Andes, el montañista reconoce que ninguna experiencia es tan
impresionante como el Everest.
-¿Por qué el Everest?
-Me gusta plantearme metas duras y el Everest siempre
me atrajo, por su historia, por su belleza, y es un reto que poca gente
ha logrado, pues soy apenas el número 96.
Y no es para menos, ya que los ascensos sin oxígeno
representan menos de 6 por ciento de los arribos al monte y son sumamente
peligrosos.
La anécdota que más rescata de esta aventura
es que después de cuatro días de trabajo, junto con su equipo,
que conformaron varios estadunidenses, dos ingleses y un rumano, Guillermo
sólo pudo estar 15 minutos en la cima, tiempo suficiente para poner
en alto el nombre de México, y de los jóvenes, como él
mismo expresó.
|