México D.F. Lunes 5 de julio de 2004
DESDE EL OTRO LADO
Arturo Balderas Rodríguez
Fahrenheit 9/11
HACE UNA SEMANA se estrenó en Estados Unidos la película de Michael Moore Fahrenheit 9/11, corrosivo documental en contra de la política del presidente George W. Bush, que estableció una marca de recaudación para este tipo de películas en aquel país.
AL MARGEN DE las virtudes cinematográficas del documental y de la simpatía o antipatía que se pudiera tener por el trabajo de Moore, la crítica devastadora que hace del actual gobierno ha sido motivo de análisis en los principales medios de opinión pública en todo Estados Unidos y de angustia entre los responsables de la imagen presidencial.
PARA LOS SIMPATIZANTES de la causa republicana, el filme está lleno de falsedades y es tendencioso. Los demócratas, más cautos en sus comentarios, lo han aplaudido con alguna discreción, un poco incómodos por sus exageraciones y también por el reproche que en la película se hace a su voto en el Congreso apoyando la guerra.
PARA LOS MODERADOS, la película es caricaturesca y políticamente incorrecta, lo que es una característica del trabajo de Moore. Les desagrada su tono rasposo, cargado de verdades a me-dias, y su nada sutil forma de referirse a lo que considera reprobable en la política del gobierno actual.
TAL VEZ TENGAN alguna razón, pues hay quienes prefieren un lenguaje menos directo y elocuente. Lo que parecen olvidar es que los republicanos han usado un lenguaje inclusive más agresivo para denostar a los demócratas, entre ellos al ex presidente Bill Clinton y a su actual candidato a la presidencia, John Kerry.
TAMPOCO HAY QUE olvidar que actualmente la mayoría del electorado atiende más a la estridencia que a la reflexión y la mesura. Habría que preguntar si ese lenguaje es o no justificado para quienes han perdido familiares y amigos en una guerra inmoral. O a los que consideran que los miles de millones de dólares que en ella se gastan debieran emplearse para atenuar las penalidades de la crisis económica en el país.
POR ELLO NO están equivocados quienes advierten que la película puede ser un factor importante en las próximas elecciones. Para constatarlo hay que escuchar el aplauso que los espectadores, en su mayoría jóvenes adultos, brindan al trabajo de Moore al final de cada función. Sobra decir que bien vale la pena formar fila para ver la película y hacerse eco de ese aplauso final que algo tiene también de catártico.
UNA NOTA FINAL para atenuar nuestra mesura. En la sección de negocios de The New York Times apareció la siguiente nota: Edward C. Aldridge, quien hasta hace algunos meses trabajó en la Secretaría de la Defensa para Donald H. Rumsfeld, ahora es parte del consejo directivo de Lockheed Martin, empresa que obtiene más de 20 mil millones de dólares anuales en contratos de esa secretaría. Sin comentarios. [email protected]
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