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México D.F. Lunes 5 de julio de 2004
ANDANZAS
Colombia Moya
Pedrito y el lobo o Petia I Volk
SERGUEI PROKOFIEV ES uno de los compositores soviéticos -ahora de nueva cuenta ruso, por esas vueltas del destino político de los pueblos-, si mal no recuerdo, del grupo de "los cinco" nacionalistas encargados de marcar indeleblemente la música de aquel inmenso territorio, repleto de pueblos y culturas diversas profundamente arraigadas, interesado en los niños.
SIN EMBARGO, FUERTEMENTE cosmopolita, autor de ballets (Romeo y Julieta) sinfonías y conciertos entre otra basta gama de formas musicales, en 1933 se dio tiempo para crear la obra Pedro y el lobo, con un toque definitivamente didáctico y la decidida intención de acercar a los niños a la estructuración instrumental de la música y el timbre sonoro de algunos instrumentos por medio de un cuento tradicional popular.
EL ACENTO EN la didáctica se vio ensombrecido por el desarrollo coreográfico espectacular en lugar de remarcar la verdadera tarea de la obra, que es acercar a los niños al conocimiento específico de los instrumentos a los cuales se les ha dado la personalidad de los personajes de la pieza, que actualmente forma parte del repertorio balletístico de diversas compañías del mundo.
EN MEXICO, ISABEL Avalos, de conocida trayectoria en el quehacer del Ballet de la Ciudad de México, grupo que comenzó sus actividades bajo los auspicios de la Sociedad Mexicana de Maestros A.C., en 1991, y que ha retomado algunas obras del ballet tradicional (Fille mal gardeé, La bella durmiente y Hansel y Gretel, entre otras) con fines didáctico, junto con Arcelia de la Peña presentan en el teatro de la Danza, totos los sábados de julio desde el 3 al 25, la famosa obra de Prokofief a las 13 horas, lo cual sin duda es bien atractivo para un sábado cultural de padres e hijos.
Fábula para voces recitantes
EN LA PUESTA original de 1940, denominada Fábula para voces recitantes y orquesta, la coreografía fue realizada por Adolf Bolm, de recio abolengo dancístico, con la partitura y libreto de Prokofiev; se estrenó en el Dance Center Theatre de Nueva York el 13 de enero de 1940 en aquella ciudad con el Ballet Theatre. Los personajes Pedrito y sus dos amigos, el gato y el pajarito, junto al abuelo, son quienes desarrollan esta bonita historia, que hace que recordemos para siempre el sonido del fagot, la flauta, el oboe, el clarinete, los temibles cornos y los felices instrumentos de arco, que representan a Pedrito, más los timbales y el bombo, como los cazadores que finalmente capturan al hambriento lobo.
EUGENE LORING BAILO entonces como Pedrito; el famoso William Dollar hizo el fiero lobo; Viola Essen, el pajarito; Karen Conrad, la patita, y Nina Strogonova el gato. A pesar de que en 1936 la obra ya había sido presentada en Moscú, exclusivamente con carácter didáctico en un concierto para niños, cada personaje es un instrumento que se hace escuchar y se muestra claramente a los niños compenetrándolos en la historia que aviva intensamente la imaginación cuando solamente la escuchan en la voz del narrador que va contando la historia. La pieza, dicen los críticos de música, es una pequeña obra maestra con una partitura deliciosa, y los chicos la gozan definitivamente, digo yo.
ESTE BALLET DE la Ciudad de México, homónimo del que fundaron las celebres hermanas Campobello, Gloria y Nelly, a finales de los años 30, no tiene nada que ver con el de aquel entonces; es más, ni siquiera sabemos como pudieron utilizar ahora el mismo nombre. El hecho es que esta nueva compañía se encarga de difundir un repertorio balletístico para los niños con gran éxito y tino, por lo que no debemos dejar de llevar a los chamacos a estas funciones y sembrar en ellos el gusto por la música y la danza, entre otros tantos tesoros del espíritu y la creación humana: la literatura, pintura, poesía arquitectura, etcétera, lejos de la guerra y la muerte, tan en boga en nuestro desdichado siglo en series de televisión, películas, cómics y cuanto hay para inculcar en las criaturas la competitividad, agresión, trampas y cualquier tipo de ruta torcida hacia el poder y la felicidad.
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