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México D.F. Martes 6 de julio de 2004
A punto de desaparecer, las supersecretarías
reflejan el deterioro del Ejecutivo
En poco más de tres años, Fox ha tenido
cinco encargados de Comunicación Social
DE LA REDACCION
La estructura de coordinaciones que supuestamente ayudarían
al presidente Vicente Fox a atender los "temas prioritarios" está
hoy prácticamente desaparecida. El modelo copiado a Washington que
incluía la figura de un vocero no funcionó y tras los primeros
tres años y siete meses de su gobierno, el mandatario nombró
al quinto encargado de Comunicación Social, un ritmo de cambios
que no se vio siquiera en los sexenios priístas.
Prácticamente
todo el staff de Fox ha salido de la residencia presidencial, y
de aquellas coordinaciones, consideradas en su momento como supersecretarías,
que estaban por encima del organigrama oficial, apenas se mantienen en
pie las de Políticas Públicas, que atiende Eduardo Sojo,
y la de Innovación Gubernamental, a cargo de Ramón Muñoz.
Ayer, luego de la renuncia de Alfonso Durazo, tomó
el relevo Rubén Aguilar Valenzuela, quien llega a la casa presidencial
en medio de una serie de desencuentros entre sus antecesores y Marta Sahagún,
quien renunció como vocera una vez que se casó el 2 de julio
de 2001, "¡ahora sí"!, con el jefe del Ejecutivo.
Tal cantidad de movimientos en esa oficina no se observaron
en los 18 años recientes. Miguel de la Madrid mantuvo en esa dirección
los seis años a Manuel Alonso; Carlos Salinas de Gortari sólo
designó a Otto Granados Roldán y José Carreño
Carlón; con Zedillo hubo tres voceros, Carlos Salomón, Carlos
Almada, Fernando Lerdo de Tejada, y cuando éste se fue a buscar
una candidatura, lo sustituyó en los últimos meses Marco
Provencio.
Desde inicios del sexenio, el equipo de Fox se propuso
aplicar en México un modelo copiado a la Casa Blanca para operar,
e inclusive como vocera Marta Sahagún anunció conferencias
de prensa todos los días, que se cancelaron a partir de la boda,
pues se modificó la política de relación con los medios.
En lugar de Sahagún fue designado Francisco Ortiz
Ortiz, y la oficina de Opinión Pública e Imagen que tenía
a su cargo se integró a Comunicación Social. Siempre en medio
de diferencias con Sahagún, medio año después, renunció
Ortiz y en su lugar, el 9 de enero de 2002, fue designado Rodolfo Elizondo,
a quien Fox encomendó hacer que el gobierno "informe y explique
mejor". Se oficializó el nombramiento de Adolfo Aguilar Zinser como
representante de México ante Naciones Unidas, con lo cual desapareció
la Coordinación de Seguridad Nacional. Aguilar Zinser renunció
como embajador luego de declarar que México es utilizado "como traspatio"
de Estados Unidos.
También cansado de las intrigas de Los Pinos, Elizondo
encontró acomodo en la Secretaría de Turismo, tras la renuncia
a esa dependencia el 28 de julio del año pasado de Leticia Navarro.
Desapareció entonces Comunicación Social, que se integró
a la Secretaría Particular a cargo de Alfonso Durazo, quien concentró
ambas funciones, además de la de Imagen.
De los amigos de Fox que llegaron a las coordinaciones,
aun cuando él ofreció que en su gobierno no habría
"ni compadres ni amigos", la influencia se centró en el Grupo Guanajuato,
entre ellos Sojo, Carlos Flores Alcocer, Ramón Muñoz y Carlos
Rojas Magnón.
La oficina de Flores Alcocer, de Desarrollo Regional y
Estrategia, desapareció cuando se fue de embajador a la OCDE, puesto
del que fue relevado por la compra de colchones y una residencia lujosa
con cargo al erario; Rojas fue removido después del toallagate;
la coordinación de Desarrollo Social, que se asignó al ex
rector de la UNAM, José Sarukhán, también desapreció,
al igual que la de Atención a Migrantes en el Extranjero, que ostentó
Juan Hernández, y la de Xóchitl Gálvez que se convirtió
en Comisión de Atención a los Pueblos Indígenas.
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