México D.F. Martes 6 de julio de 2004
En una de sus coreografías retratan ''las enfermedades sicológicas de Occidente''
Carcajadas de asombro e inusitada crítica social con una trouppe de bailarines obesos
REUTERS
La Habana, 5 de julio. Bailarines obesos reflejaron con inusitada gracia y armonía de movimientos, a pesar de su masa corporal, el trágico destino de una joven que quiso suicidarse comiendo dulces.
Una carcajada de asombro emergió del público que colmaba el Teatro Nacional de Cuba, en la tarde del domingo, cuando irrumpieron en la escena cuatro chicas obesas en blanco parodiando el archiconocido ballet El lago de los cisnes.
Danza Voluminosa, grupo creado en 1996, está integrado por bailarines con más de 90 kilos, como alternativa de expresión estética y de diversidad creativa, a partir de la aceptación del volumen de sus cuerpos.
Así iniciaron la puesta en escena de Una muerte dulce, versión en danza-teatro de la primera novela de la escritora francesa de origen marroquí Claude Tardat, para luego retomar reflexiones menos humorísticas.
La obra muestra a una joven obesa con una madre insensible e intransigente que la despoja del amor del padre y sintiendo la brutal humillación de la sociedad decide suicidarse comiendo dulces, pero una idea nueva la aleja de la muerte.
Persistente discriminación
Esta creación coreográfica posmoderna es un retrato de las enfermedades sicológicas de Occidente y de los instintos de autodestrucción por la presión social, expresó el bailarín y fundador del grupo, Juan Miguel Más.
''Quisimos provocar al espectador con algo no convencional mediante una estética corporal diferente y con una obra que no es ajena a nuestros conflictos dentro del contexto social de Cuba, pues, aunque en menor medida que en otras partes, seguimos padeciendo discriminaciones", dijo.
La protagonista de la pieza, Maylin Dasa, que pesa unos 113 kilos, comenta cómo superó sus vicisitudes:
''Yo era una asistente en una guardería infantil, antes de integrarme a Danza Voluminosa hace tres años, pues quería realizarme con mi cuerpo, asumirlo como respuesta al rechazo social y la marginación que sufro a veces en la calle", expresó.
Sorpresa y aplausos sostenidos obtuvo la fotógrafa estadunidense Jacqueline Hayden, con sus originales diseños audiovisuales proyectados sobre una gran pantalla a partir de los cuerpos desnudos de los obesos bailarines.
|