México D.F. Sábado 10 de julio de 2004
Irrita a España atraque en Gibraltar
de nave británica
Nueva fricción confirma las malas relaciones
entre Londres y Madrid
ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL
Madrid, 9 de julio. España y Gran Bretaña
enfrentan una nueva fricción diplomática que confirma las
malas relaciones que mantienen el presidente socialista, José Luis
Rodríguez Zapatero, y el primer ministro británico, el laborista
Tony Blair, a raíz de sus diferencias sobre la invasión de
Irak y la retirada de los efectivos españoles de la región
en conflicto.
El anclaje del submarino nuclear Tireless en el
muelle naval de Gibraltar representa, además de un potencial riesgo
ecológico, un "gesto poco amistoso" de Londres que, según
la diplomacia española, es una provocación al nuevo gobierno
socialista.
Blair
y Rodríguez Zapatero mantienen un velado enfrentamiento desde que
comenzó la escalada militar angloestadunidense en Irak, que se evidenció
por primera vez con la ausencia del premier británico en la pasada
cumbre de la Internacional Socialista en Madrid, donde se condenó
la operación bélica en el país árabe y la política
de "guerra preventiva" adoptada por la administración del presidente
de Estados Unidos, George W. Bush.
El submarino nuclear Tireless permaneció
un año atracado en la provincia británica de Gibraltar (en
territorio español) hace cuatro años, con el argumento que
estaba siendo reparado por diversas fallas en su mecanismo de navegación.
Si ya entonces Madrid manifestó su molestia por
la presencia del buque militar, a pesar de la "estrecha amistad" de Aznar
y Blair, el retorno del submarino a costas españolas provocó
una agria reacción del nuevo gobierno, que exigió a Londres
"todas las garantías de seguridad".
La primera declaración sobre la polémica
del gobierno de Blair fue por conducto del Ministerio de Asuntos Exteriores,
que mediante un comunicado informó que la estancia del Tireless
sería "corta"
y que su atraco en Gibraltar es "algo habitual en los
trayectos de buques de guerra o submarinos de este tipo".
Londres negó que el submarino represente una "amenaza"
para el entorno de la región, como denunciaron diversas organizaciones
ecologistas, entre ellas Greenpeace, que sí ven un "riesgo latente
para el ecosistema y más aún si son nucleares, como en el
caso del Tireless", agregó.
Miguel Angel Moratinos, ministro español de Asuntos
Exteriores, explicó que si bien no presentarán protesta formal
ni denuncia contra el gobierno de Blair por este asunto, sí consideran
que la presencia del submarino es "un gesto negativo en las relaciones
bilaterales". Pero la diplomacia británica negó cualquier
intencionalidad política y sostuvo que las relaciones entre ambos
países son "excelentes".
El triunfo del Partido Socialista Obrero Español
en los comicios del pasado 14 de marzo provocó un viraje enorme
de la política exterior del Estado español, sobre todo en
relación con los dos ejes prioritarios del anterior gobierno, del
derechista José María Aznar: la guerra de Irak y el apoyo
a Estados Unidos, así como las relaciones con los países
europeos, sobre todo con Francia y Alemania, abiertamente enfrentados con
el gobierno anterior.
Esto significó el final de la "estrecha" y "óptima"
relación que mantuvieron España y el Reino Unido, una vez
que Aznar y Blair decidieron respaldar en los últimos años
la doctrina estadunidense en Europa y apoyar sin restricciones la política
imperialista de Washington en los conflictivos países árabes
y de Asia central.
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