México D.F. Sábado 10 de julio de 2004
Plasmó en una pintura su diálogo a partir de las formas de la piedra
Alejandra Staufert halló en la roca un espejo que refleja la escala evolutiva del ser humano
FABIOLA PALAPA QUIJAS
La obra pictórica de Alejandra Staufert, El hechizo de las rocas, acompañada por un performance se presentó la noche del jueves para romper las cadenas que condicionan al arte y con ello provocar emociones en el espectador.
En la antigua Hacienda de Tlapan, una musa se encargó de mostrar la pintura de la artista y, al ritmo de la música, revelar los secretos y sentimientos de una mujer que utilizó las formas naturales de las rocas para hacer contacto con el público.
Conforme las piezas fueron descubiertas, las personas se quedaban por momentos admirando el trabajo de la artista, mientras otros siguieron a la musa y al final apreciaron las 26 pinturas.
Al igual que en la pintura rupestre, Staufert plasma su creatividad en las piedras para integrarse por completo con la naturaleza y transmitir emociones.
''Encontré en la roca un espejo en el que se refleja el ser humano y su escala evolutiva", señala.
La pintora construyó en las rocas una historia para expresar las esperanzas de renovación del mundo que ella observa. Entre las obras exhibidas figuran Yo prometeo, tu prometes, el promete, Renovación del yo, La hermenéutica del corazón, La sonrisa del mar y Meditación de lo femenino.
Las sensaciones y habilidades internas de Staufert se desnudaron, pero al final del recorrido el espectador también creó su propia historia de acuerdo con sus reminiscencias hasta encontrarse con su piedra lunar.
A diferencia del lienzo y la madera, para Staufert existe una dialéctica con la piedra.
Al respecto, comenta: ''Puedo conocerme por medio de ella y pienso en el proceso de cómo fuimos creados para entender mi cuerpo y los propios componentes de la piedra".
La mayoría de la obra se realizó sobre andesitas basálticas, de aproximadamente 35 millones de años, que fueron engarzadas en esculturas metálicas que tenían iluminación propia.
Seres mitológicos, profetas y ángeles, fueron algunas de las figuras que Alejandra Staufert pintó en las rocas. Con cada pieza, el público evocó a los ancestros que pintaban en las paredes de cuevas.
Desde su infancia, las piedras llamaron la atención de la pintora y lo que comenzó como un juego se convirtió en profesión. Después de estudiar las formas de las rocas, Staufert se propuso montar una exposición.
''Al trabajar en las piedras -comenta la artista- puedo experimentar la vida y continuar en otro mundo; este proceso me ha llevado a dialogar con ellas e inclusive descubrí que cada piedra tiene no sólo un uso, sino un sonido.
''Este diálogo surge a partir de las formas de la piedra, es decir, propone y se convierte en soporte de las ideas. Lo más importante del trabajo es hacer contacto con los sentimientos y nuestro yo."
El Grupo Cultural Triada, conformado por pintores, escultores y escritores, desarrolló el performance de la obra pictórica de Alejandra Staufert con el objetivo de que el público se aproxime al arte.
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