A MITAD DEL FORO

León García Soler

Valores y valedores: el Estado soy yo

LOS CASCOS DORADOS de la guardia no estaban ahí para la marcha triunfal de Aída. Capital en la selva, soñada y construída por Juscelino Kubitschek para hacer realidad el futuro que alucinó al tuerto Orellana, alumbró el paso de Stefan Zweig hacia el suicidio: Brasilia y allá en Río de Janeiro, el Cristo del Pan de Azúcar que los de la alternancia aldeana imaginan copia del que erigieron en el Cerro del Cubilete. De cumbre a cumbre, Vicente Fox se dirigió a los poderes del Brasil para ilustrarlos y acentuar lo bien que van las cosas en México y lo muy respetada que es su presidencia. Dicho ante el pasmo de Lula, rumbo a Foz de Iguazú, cruce de caminos de Rosas, del doctor Francia, de López y, con permiso de los agraviados por la renuncia de lesa majestad de Alfonso Durazo, de Perón y de Evita: "El Estado soy yo".

EL DE SONORA habló de "los valores de un político formado para servir al Estado". Aseguró que al incorporarse al gobierno se comprometió a ser "hombre del Presidente" y no alentar otras ambiciones. Por cierto, en las aguas revueltas por el secretario que decidió no guardar el secreto y por el general secretario que avizoró el peligro de que la patria se les desbarate entre las manos, Carlos Salinas de Gortari habló ante agentes aduanales y declaró formal y solemnemente que todavía no concluye la crisis de 1995. Va para largo. No todos los males han de atribuirse al TLC, dijo. Y diagnosticó el mal que dura más de seis años y agravó el que padecemos hace cinco lustros: la entrega al capital extranjero de los bancos que él reprivatizó y salvó para que los del capital mexicano supieran lo que son los negocios win-win, en primera e intransferible persona: Aguila, yo gano; sol, tú pierdes.

PERO ESOS SON otros López. Como el que pide que lo den por muerto y luego lanza un tiraje de millones de manifiestos en formato de comics, de monitos, para que el pueblo no se deje engañar por las fuerzas del mal que quieren eliminarlo con malas artes en lugar de vencerlo en las urnas. Ahí no pueden, dice Andrés Manuel. Resulta que estamos en plena campaña presidencial mientras analistas y solones debaten qué hacer para reglamentar las precampañas y tapar los agujeros por los que se filtra el dinero para comprar la Presidencia de nuestra pobre República.

LOS DE PARAGUAY también son otros López. Muerto y enterrado el doctor Francia, uno de ellos se hizo del poder acompañado de una amazona cuyas proezas legendarias se tradujeron en afamada novela. Los altos vuelos de nuestra pareja presidencial obligan a recordar al profeta Vargas Llosa, quien antes de acuñar lo de "la dictadura perfecta", narró magistralmente Conversaciones en la catedral y La guerra del fin del mundo. Fox no tiene paciencia para leer 20 cuartillas, le reprocha Javier Livas a Alfonso Durazo. Con amigos así, no necesita enemigos. Defensas como esa dan la razón a quienes abandonan la nave de la transición porque el del timón oye el canto de las sirenas y lo cree aria de una sola diva. Rumbo a Brasil, Vicente Fox mostró la faz iracunda del incomprendido; en Brasilia hizo el elogio de sí mismo. Luego enmudecerían las cataratas de Iguazú frente a la reafirmación mesiánica del Macabeo abajeño.

Y SIN ASOMO de la ironía aplicada a Pilatos: "Tú los has dicho". Volvió al primer plano la pareja presidencial; y resurgió lo dicho por Alfonso Durazo en su larga renuncia, confesión y testimonio. Vicente Fox afirmó que no aspiran a la continuidad política, sino que regresarán al rancho a montar a caballo. Diría que no hay tal crisis política, ni de gabinete, que las personas vamos y venimos, y que una golondrina o una persona no hace vientos, ni tormentas, ni tempestades. Y, atención al eco evangélico: "Al mismo Jesucristo se le fue uno entre los 12; aquí también se nos fue uno. Ni modo." Con Judas lo equipara Vicente Fox, el candidato que convocó a hacer una revolución como la cristera.

LA EXPERIENCIA POLITICA DE Alfonso Durazo, las idas y venidas de Jorge Castañeda y Adolfo Aguilar Zinser no se avienen con la ensoñadora candidez con la que hicieron suya la causa del Macabeo abajeño y sus amigos. Tras el ranchero de utilería asomaba la epidermis mesiánica. La personificación de salvador del pueblo subyugado por el autoritarismo monocorde de los 70 años que evocaba para declararse el único capaz de echar a los ladrones del templo y volver al culto público, al crucifijo empuñado como cetro del hombre providencial que llegaba para acabar para siempre con los hombres providenciales intercambiables por obra y gracia de la no relección absoluta.

UNA GOLONDRINA NO hace tempestades, pero Alfonso Durazo no es la primera, no es el único que ha tirado el arpa en el desconcierto de la corte celestial trasplantada a Los Pinos. Castañeda se convirtió en aspirante a candidato ciudadano a la Presidencia. Hasta donde se sabe, le dice Güero. No lo ha comparado con Judas. No le ha reprochado el precoz lanzamiento y la presurosa petición de dinero para financiar sus aspiraciones presidenciales. Adolfo Aguilar Zinser dejó el nicho de la seguridad nacional para instalarse en la ONU; renunció con el lamento de rigor; escrito menos largo, de análisis casi circunscrito a lo que se perdía el mundo con su renuncia. Jorge G. Castañeda tiene oficinas en la casa donada por amigos banqueros para el interregno y luego adquirida por Lino Korrodi y Carlos Rojas Magnon, amigos de Fox.

DIRAN LO QUE quieran de la renuncia de Alfonso Durazo, pero llegó a fondo y comprobó que el poder es mal endémico y la mujer de César no ha dejado de serlo. El pecado original del antiguo régimen, dice, fue pretender decidir desde Los Pinos quién podría ser el sucesor y quién no. Por lo visto, se contagia el recurso a la terminología religiosa. Los pecados de los padres... dicen por ahí las escrituras. Y eso también se ha puesto en la balanza. Antes del escándalo epistolar sembraron vientos militares y esos llevan a cosechar tempestades. Aunque una golondrina no haga verano, era el segundo discurso con el cual anticipaba el general Vega que el desorden imperante amenazaba deshacer la nación tan arduamente constituida en nuestro notable proceso histórico.

DE SEGURIDAD PUBLICA y de cómo llegamos a ver al crimen organizado convertirse en grave amenaza para la seguridad nacional. De eso hablaba el general secretario. Aunque al decir en voz alta que el Ejército no participa en política, ya participaba. En política las palabras y los hechos son medio y método, son parte de la lid y del litigio institucional por el poder constituido. La incompetencia gubernamental y la ceguera de los partidos políticos los exhibe incapaces de conciliar intereses y acordar lo esencial para hacer frente a la descomposición del sistema de justicia, de los tres poderes que debieran ser pesos y contrapesos. Marchas, manifiestos, cartas abiertas, filtraciones y señalamientos de culpas ajenas han suplido al deber.

EN LA ATALAYA pregonan logros: el gobierno "está en manos responsables". Vicente Fox dice en el extranjero, que es "un Presidente muy respetado, reconocido por seriedad, por la manera en que maneja los destinos de México y los de América Latina". Se les hace muy chico el mar para hacer un buche de agua. Pero antes de irse al rancho, "la señora Marta" ofrece conferencia magistral y reivindica el "empoderamiento" de la mujer en los más altos niveles de gobierno. Y los amigos de Fox alientan el miedo a que su amigo Vicente se aferre al mandil de la señora Marta y, a pesar de "la nula tolerancia" que los mexicanos tenemos para "las tentaciones dinásticas", quiera que el cambio concluya en "que el Presidente deje a su esposa de presidenta". Eso los amigos. Los que fueron sus valedores y los que son sus válidos.

LOS PANISTAS SE aferran a la tradición legalista y Juan de Dios Castro toma el nombre de la democracia en vano para asegurar que en el PAN no hay decisión unipersonal y la candidatura la deciden en elecciones internas y libres. Se le olvidó, nada más y nada menos, que a Vicente Fox lo designó candidato Vicente Fox; que los señores del dinero financiaron su acelerada y prematura precampaña; que esa fue la primera ocasión en la que los panistas no tuvieron que decidir entre diferentes opciones: una sopa, la de Fox. Otros toman sus providencias. Carlos Medina Plascencia cree en milagros. Francisco Barrio en la resurrección de los muertos. Felipe Calderón ya pagó la cuota de su renuncia y hoy vuelve a lanzar su candidatura a la Presidencia de la República.

EN EL PRI hay renovada confianza en los espacios de poder real y la incontestable persistencia del voto duro. Ganaron en Chihuahua y en Durango. Los brujos de Catemaco y los del Istmo hacen su agosto con las consultas de aliados que no se besan y no se tienen voluntad. PAN y PRD, aliados en Chihuahua. También en Oaxaca, aunque usted no lo crea. Por si fuera poco, Gabino Cué, alcalde panista de Oaxaca capital, que fuera priísta, es el candidato de la izquierda que es derecha y la derecha que es izquierda, según la inefable definición de Carlos Castillo Peraza al fin de la guerra fría. Las encuestas son bimbalete, pero daban ventaja a Ulises Ruiz. Y a Gabino Cué se le ocurrió decir a los oaxaqueños que él, su gobierno, no gastaría ni un peso en educación superior, porque las universidades del estado no cumplen su cometido.

EN OAXACA, PARADIGMA de la educación como vía de superación personal y para vencer al racismo, al clasismo, a la miseria. En cada oaxaqueño hay la convicción de que la educación es infalible conducto para la permeabilidad social. En Oaxaca y en la era de la economía sustentada en la capacidad de educar a la población, a pesar de que la desigualdad sea obstáculo para que el crecimiento económico se transforme en desarrollo. En el amarre está el gane, dicen los galleros. Se quedó sin navajas Gabino Cué. Y en la tierra de Vasconcelos, de quien dejó escrito en el escudo de la Universidad Nacional Autónoma de México: Por mi raza hablará el espíritu.

LAS CRISIS RECURRENTES siguen; no ha concluido la de 1995; privatizaron y redujeron el Estado hasta hacer del nuestro un sistema excluyente y entregar los bancos al capital extranjero. Pero ahí está la UNAM que no pudieron cerrar los lumpen desatados por la incuria del priato tardío que daría el vuelco a la derecha y le abriría camino al poder.

POR CIERTO, EL pastorcito que se hizo mozo de casa rica, luego seminarista y después abogado, llegó a la Presidencia y restauró la República tras la derrota del imperio de opereta y el fusilamiento de Maximiliano. Ah, se llamaba Benito Juárez y fue gobernador de Oaxaca. Gabino Cué ya explica, replica y rectifica. Se quedó sin navajas.