México D.F. Lunes 12 de julio de 2004
26% de 190 millones de embarazadas se someten a esa práctica, dice estudio de la ONU
Estudiantes hombres y mujeres, por encarar el aborto como problema social
Aunque la interrupción es experiencia de ricas y pobres, éstas corren mayor riesgo: socióloga
KARINA AVILES
El aborto no sólo es un problema de salud pública sino también social, porque implica conflictos de educación sexual, falta de equidad, cultura y de carácter jurídico, al ser tipificado como delito, indicó la coordinadora del Centro de Estudios de la Mujer (CEM) de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la Universidad Nacional Autónoma de México, Julia del Carmen Chávez Carapia.
De acuerdo con el informe anual del Fondo de Población de las Naciones Unidas 2002, de los 190 millones de mujeres que quedan embarazadas cada año en el mundo, más de 50 millones se someten a esa práctica.
La especialista refirió que las mujeres que recurren a esta práctica enfrentan una serie de cargas: "si la religión lo asume como pecado, la sociedad lo sanciona como delito". Ello propicia conflictos emocionales y sentimientos de culpa, pues muchas se sienten pecadoras y menosprecian su persona.
Por otro lado, indicó que esta decisión es tomada tanto por mujeres pobres como por las que cuentan con recursos económicos. Sin embargo, las condiciones en que se practica son diferentes.
En el primer caso, enfrentan mayor riesgo porque carecen de medios para acudir a sitios donde las atiendan de forma adecuada. En cambio, las que tienen la suficiente solvencia económica recurren a clínicas o incluso a hospitales en el extranjero.
La doctora en sociología detalló que de acuerdo con una investigación del CEM para medir la percepción estudiantil sobre el aborto, las mujeres opinaron que debe ser una de sus prerrogativas, pero también de la pareja, y siempre debe permitirse en casos de violación, enfermedades de gestación y cuando se requiera.
Expresaron que es un problema de salud pública y no debe ser visto como delito o pecado. Por su parte, los hombres plantearon su aplicación en todos los casos que se solicite, hacer un análisis jurídico y social para integrarlo a la legislación y también dijeron que quieren participar en dicha determinación.
La experta apuntó que las cargas de culpabilidad disminuyen cuando hay mayor formación y aceptación conyugal o familiar. Pero para evitar situaciones que pudieran derivar en esta práctica es fundamental la educación sexual en forma abierta y no escondida, como se hace ahora, destacó.
Aunque hay mayor libertad sexual para los adolescentes, las personas adultas evaden tocar el punto. "Este es un problema serio que se debe abordar y evitar", apuntó.
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