México D.F. Jueves 15 de julio de 2004
Admite Blair que Irak no tenía antes
de la guerra armas de destrucción masiva
Culpa informe a servicios de espionaje por análisis
falso sobre el arsenal de Hussein
El documento de Robin Butler exculpa al primer ministro
de Gran Bretaña por esas "fallas"
AFP Y REUTERS
Londres, 14 de julio. Los servicios secretos británicos
cometieron graves errores en su análisis sobre el supuesto arsenal
de armas de destrucción masiva en Irak antes de declarar la guerra,
pero el primer ministro Tony Blair no es responsable de estas fallas, concluyó
un informe oficial independiente di-vulgado aquí este miércoles.
El gobernante británico, por su parte, reconoció
que el derrocado presidente Saddam Hussein no tenía dicho armamento,
el argumento de su país y Estados Unidos para lanzar la invasión
contra el país árabe.
"Parece cada vez más claro que en el momento de
la invasión Saddam no tenía reservas de armas químicas
o biológicas listas para ser desplegadas. Acepto la completa responsabilidad
personal por cualquier error que se cometió", aseguró Blair.
Las
conclusiones de una comisión multipartita presidida por Robin Butler
fueron severas con respecto a los servicios de inteligencia, pero nunca
tan fuertes como el reciente informe del Senado estadunidense sobre la
Agencia Central de Inteligencia.
Dicho informe, sin embargo, también absolvió
de cualquier error al presidente es-tadunidense, George W. Bush, y aseguró
que toda la acción se decidió con base en la información
equivocada proporcionada por los servicios de inteligencia.
El mandatario republicano, lejos de responsabilizarse
aseguró que de todos modos Hussein "quería obtener" armas
de destrucción masiva, y, al igual que Blair hoy, aseguró
que Irak está mejor sin el ex dictador.
Desacreditando claramente el principal argumento utilizado
por Blair para atacar Irak en marzo de 2003, el informe Butler suscitó,
como primera reacción, un inesperado mea culpa del primer
ministro británico ante la Cámara de los Comunes.
Blair afirmó una hora después de divulgado
el informe de 200 páginas que las pruebas de que Hussein tenía
armas letales eran "menos seguras, tenía menos fundamentos" de lo
que se decía antes de que comenzara la guerra en Irak.
Es posible que Saddam haya desarrollado antes de la guerra
en Irak misiles de largo alcance que violaban los reglamentados por la
Organización de Naciones Unidas (ONU), pero "no había cantidades
significativas de armas químicas y biológicas capaces de
ser desplazadas, ni existían planes avanzados para utilizarlas",
fustigó.
No obstante, Butler consideró que era difícil
antes de la guerra afirmar con certeza que Irak no poseía dichas
armas.
En un informe gubernamental preparado por los servicios
de inteligencia y publicado en septiembre de 2002, Londres afirmó
que el régimen iraquí disponía de ese armamento y
que podía activarlo en un plazo no mayor de 45 minutos. Esta afirmación
"no debió figurar de esta forma" en aquel informe, concluyó
la investigación de Butler.
El presidente de la comisión investigadora consideró
también que eran "muy de-fectuosas" y "cuestionables" muchas de
las informaciones de los servicios de inteligencia británicos utilizadas
para justificar la guerra contra Irak. Muchas informaciones sobre el supuesto
arsenal iraquí provenían de fuentes "humanas", subrayó.
Pero el controvertido informe de septiembre de 2002 no
demuestra "una prueba de distorsión deliberada o de una negligencia"
del gobierno, asevera el documento.
De esta forma, Blair obtuvo una pequeña victoria
contra sus detractores que reclamaban la destitución del próximo
jefe de los servicios de inteligencia de Gran Bretaña (MI6), John
Scarlett, quien debe asumir sus funciones en agosto.
Scarlett fue el encargado de redactar el informe de 2002
como presidente del Co-mité Conjunto de Servicios de Inteligencia,
que sirve de vínculo entre los diferentes servicios de inteligencia
y el gobierno.
"Esperamos enérgicamente que él no renunciará",
indicó Butler, pese a sus severas críticas contra el famoso
informe de septiembre de 2002.
El ex jefe de los inspectores en desarme de la ONU, Hans
Blix, estimó hoy, en de-claraciones a la BBC, que el informe sobre
la amenaza iraquí de septiembre de 2002 fue "exagerado" y llevó
a la opinión pública a sacar "malas conclusiones".
Según Blix, esta manipulación es colectiva,
"porque el gobierno y los funcionarios (británicos) prepararon en
conjunto el informe para el público".
Los inspectores de la ONU, quienes durante años
buscaron y destruyeron armas de destrucción masiva en suelo iraquí,
afirmaron desde un principio que dicho armamento no existía en Irak.
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