México D.F. Jueves 15 de julio de 2004
Pese al rechazo general, el alcalde panista
y empresarios impulsan proyecto habitacional
Pretenden destruir en la ciudad de León la única
reserva agrícola
Los terrenos colindan con el rancho San Cristóbal,
de la familia de Vicente Fox
MARTIN DIEGO RODRIGUEZ CORRESPONSAL
Leon, Gto., 14 de julio. Pese al rechazo generalizado
a modificar el plan territorial municipal, el alcalde de León, el
panista Ricardo Alaniz, el empresario agrícola Luis García,
y el fraccionador Ernesto Gómez promueven la construcción,
sobre 340 hectáreas del sur de la ciudad, de la unidad habitacional
La Primavera, que constaría de 12 mil viviendas, con capacidad para
60 mil habitantes.
La obra, dicen los opositores, acabaría con la
última reserva agrícola de la zona y provocaría una
afluencia de al menos 20 mil vehículos al día, cuya infraestructura
correría a cargo del erario.
Los
terrenos donde se pretende construir el fraccionamiento habitacional colindan
con el rancho San Cristóbal, propiedad del presidente Vicente Fox,
sobre la carretera estatal León-Cuerámaro.
El Instituto Municipal de Planeación (Implan),
que se opone al proyecto, convocó recientemente a un foro donde
participaron arquitectos, colegios de profesionistas, universidades, funcionarios,
colonos, partidos políticos, organizaciones no gubernamentales y
ambientalistas.
El grueso de los ponentes rechazó modificar los
planes de desarrollo porque, de llevarse a cabo, beneficiarían a
un grupo de empresarios y no al grueso de ciudadanos.
Los promotores han efectuado una serie de ponencias, con
las que el fraccionador Ernesto Gómez -también propietario
del periódico AM- intenta convencer de las bondades del proyecto
y de la necesidad de modificar el plan territorial de la ciudad. El mismo
rotativo ha servido como espacio de discusión en favor de ese proyecto
inmobiliario.
Los argumentos del Implan, organismo público descentralizado
que ha recibido duras críticas del edil, se fundamentan en que el
crecimiento de la ciudad se ha planeado de poniente a oriente, donde se
han construido los servicios públicos.
De hecho, las tres vialidades más importantes de
la ciudad, y por ende las más grandes, se conectan con la carretera
Panamericana, dado que "el crecimiento natural se da en esa dirección".
El desarrollo urbanístico hacia el sur de la ciudad
no está previsto en el Plan Estratégico de Ordenamiento Territorial
y Urbano, formulado hace 25 años por el Implan, ya que "el sur es
la última reserva agrícola municipal y da origen al segundo
productor nacional de papa de esta demarcación; no hay vialidades
y, si se abre a esa zona el desarrollo, los costos de servicios y vialidades
correrían a costa del erario".
El documento dice que "no hace falta ser urbanista para
ver que un crecimiento al sur rompería con el equilibrio del municipio,
puesto que desde 1979 se estableció la vía del ferrocarril
como límite al crecimiento en esta zona, por cuestión de
vientos e impactos urbanos, evitando así que el uso habitacional
pudiera envolver al industrial".
A consecuencia del foro convocado por el Implan, un integrante
del comité local del Partido Acción Nacional confió
en que "nos han convocado para conocer los dos puntos de vista, y establecer
con ello un punto de referencia y la propuesta del señor (Ernesto)
Gómez".
La postura del alcalde Ricardo Alaniz ha enfrentado a
los miembros del cabildo.
El coordinador de los regidores panistas, José
Guadalupe Vera, advierte que "si se abre (la ciudad) al sur, que no se
llegue más allá de la vía del ferrocarril para no
favorecer a nadie y para evitar que el desarrollo de un proyecto particular
tenga costo a las arcas del municipio", pero Eduardo Aburto, otro regidor
de esa misma filiación, dice que "no podemos privar a nadie, ni
al sur ni al norte, del desarrollo social".
Aunque el municipio cuenta con una capacidad de 25 mil
hectáreas para desarrollar proyectos de vivienda en los próximos
40 o 60 años, el alcalde sostiene que "necesitamos terrenos baratos
para viviendas baratas, además de un desarrollo total del municipio,
no sólo en dos vías".
Según Ricardo Alaniz, abrir la zona sur permitiría
contar con terrenos baratos para proyectos de vivienda y, con ello, eliminar
la especulación y terminar con los fraccionamientos irregulares.
Sin embargo, para el Implan, "efectivamente es más
barato porque no hay servicios de ninguna índole y porque no hay
proyectos ni planeación para esa zona agrícola".
La decisión, indica, está en manos del ayuntamiento,
al cual se han presentado los argumentos a favor y en contra de abrir el
desarrollo hacia el sur. Son ellos (los ediles) quienes recibirán
en breve la información de los foros realizados por el organismo
descentralizado y de un grupo de urbanistas contratados por la administración
pública municipal. Por el momento, el debate ha elevado la cotización
de los terrenos.
Antes de anunciarse el plan, el metro cuadrado costaba
30 pesos. Hoy se cotizan en 40, y de permitirse el fraccionamiento, se
calcula que podrían costar entre 50 y 55 pesos. Aun así es
más barato que en otras zonas que no cuentan con servicios de infraestructura
urbana.
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