México D.F. Miércoles 21 de julio de 2004
El bailaor transgredió los cánones
de la danza de su país los recientes 40 años
Murió Antonio Gades, icono del arte español
contemporáneo
Hace un mes atravesó el Atlántico en su
velero para ser condecorado en Cuba
Combinó el flamenco con la cultura clásica
y bailó siempre contra el orden establecido
ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL
Madrid, 20 de julio. Antonio Gades, el bailaor
y coreógrafo que transgredió los cánones de la danza
española durante los recientes 40 años, al combinar con brillantez
el flamenco y los elementos clásicos más depurados, murió
hoy en un hospital de Madrid.
El
fallecimiento del artista español de 68 años y nacido en
la ciudad valenciana de Elda, se debió a un cáncer que lo
apartó prácticamente de los escenarios hace tres años,
tiempo que dedicó en exclusiva a luchar contra la fatal enfermedad.
El mundo de la cultura de España y de otros países
donde también dejó su impronta manifestaron su conmoción.
Prolífica trayectoria
La pasión de Antonio Gades por el arte de la danza
sólo era comparable con la intensidad de sus convicciones políticas
e ideológicas, que lo mismo expresó en las calles como un
activista más que en sus memorables puestas en escena, en las que
siempre expresaba con lucidez su persistente crítica contra el orden
establecido.
También fue un comunista y republicano convencido
que denunció hasta sus últimos días el brutal bloqueo
impuesto por Estados Unidos contra Cuba, inclusive su último viaje
antes de morir fue a la isla en junio pasado, donde recibió de manos
de Fidel Castro la medalla de la Revolución, acto en el que expresó:
''Nunca me sentí un artista, sino un simple miliciano
vestido de verde olivo.''
Gades tuvo una prolífica trayectoria en el mundo
de la danza desde muy joven, cuando decidió dedicar su talento e
imaginación para ahondar en el baile flamenco y explorar nuevas
vías de expresión de este arte.
No es una casualidad que sus montajes más celebrados
tanto por la crítica como por el público, que lo erigieron
como uno de los grandes de la danza española del siglo pasado, fueran
Bodas de sangre, Fuenteovejuna y El amor brujo.
El bailarín, cuyo verdadero nombre era Antonio
Esteve Ródenas, se inició en el Circo Price de Madrid; ahí
fue descubierto por la bailaora Pilar López, en cuya compañía
de baile trabajó durante algunos años y se convirtió
en primer bailarín. Fue ella quien sugirió al artista cambiar
sus apellidos por el de Gades.
En 1961 presentó su primer espectáculo Ensueño
y un año después debutó en La Scala de Milán.
En 1970 formó su propia compañía. Gades bailó
con Rudolf Nureyev y trabajó con la prima ballerina assoluta
Alicia Alonso.
En el cine trabajó en las cintas Los tarantos,
del director Rovira Beleta, y en los años 80 Carlos Saura lo dirigió
en Bodas de sangre, Carmen, El amor brujo y en el
documental, Flamenco.
Pena por no volver a navegar
El hambre creativa de Antonio Gades sólo se vio
interrumpida hace tres años, cuando se le detectó el cáncer
y se vio obligado a refugiarse en su familia -su mujer, Eugenia Eiris,
y sus cinco hijos- para hacer frente al exigente tratamiento.
Las últimas tres semanas permaneció ingresado
en la unidad de cuidados intensivos del hospital madrileño Gregorio
Marañón, donde murió esta mañana.
En una de sus últimas apariciones públicas,
ya con los estragos evidentes de la enfermedad, Gades reflexionó
en torno de la muerte que veía próxima, al señalar
que ''la única pena de morir no consiste en no poder bailar, sino
en no poder volver a navegar", pues siempre que podía embarcaba
en su velero para dirigirse a Cuba.
Gades también reconoció que cuando se encontraba
en el hospital con tubos por todo el cuerpo, recordaba sin remedio al dictador
español Francisco Franco, ya que, según expresó, ''desde
que nací siempre tuve claro que mi destino final era el trullo (la
cárcel), no el Olimpo".
Por disposición expresa de Gades, sus restos serán
incinerados en la más estricta intimidad y no recibirá ningún
tipo de homenaje póstumo.
Lo único que sí pidió a sus familiares
fue que tras su muerte se creara una fundación que dedique todos
sus esfuerzos a la promoción y ejercicio de la danza española
y el flamenco, a la que dejó un legado vital, tanto por sus métodos
e ideas vanguardistas como por los decenas de discípulos que reCIbieron
con generosidad sus hondos conocimientos.
El
artista y coreógrafo tambiénse preocupó porque sus
familiares transmitieran ''su más sincero agradecimiento a todos
aquellos que han admirado y apoyado su obra y, de manera especial, a los
que le han acompañado en la última etapa de su vida".
El hueco que deja la muerte de Antonio Gades en la danza
y el flamenco se hizo patente con las declaraciones de conmoción
y desazón de diversos personajes, entre ellas el de su alumno y
bailarín Antonio Canales, quien reconoció tener ''el alma
helada ante la muerte de un hombre trabajador que ha enseñado a
sus discípulos un universo de cosas con su arte".
Alicia Alonso, directora del Ballet Nacional de Cuba,
quien fue su maestra y amiga, también expresó su pesar por
el deceso ''de un gran amigo de la Revolución y del pueblo cubano,
un valiente de la vida y de la muerte, por eso es triste, pero al mismo
tiempo hay que despedirlo con un gran aplauso para que siempre lo escuche
donde quiera que esté".
Otros, como el bailarín y coreógrafo catalán
Cesc Geñabert consideró que ''Gades es una de las referencias
del arte español contemporáneo", o la artista Lydia Azzopardi,
quien señaló que ''era uno de los últimos grandes
de la danza, aunque se hubiera centrado en el flamenca, por su belleza,
por su arte, y un icono del siglo XX".
El director del Ballet Nacional de España, José
Antonio Ruiz, añadió que Gades era un ejemplo de ''la dignidad,
la elegancia y la integridad de un grandísimo artista, irrepetible,
con un compromiso al máximo con el baile".
Dolor que cala muy hondo
Mientras que Mario Maya, director del Centro Flamenco
de Estudios Escénicos, abundó en que Antonio Gades era ''un
bailarín muy inteligente, de los más importantes que ha dado
este país y un compañero inseparable, ya que hay muchos montadores
de pasos, pero pocos coreógrafos; y él fue, sin duda, uno
de los mejores".
En La Habana, el historiador del Ballet Nacional de Cuba
(BNC), Miguel Cabrera, manifestó este martes que el fallecimiento
de Gades significa ''una pérdida muy honda'' para esa institución
y para todos los cubanos.
''Para todos los que integramos el BNC es una pena que
cala muy hondo, que cala muy profundamente en sentimientos de dolor.
''Antonio -prosiguió Cabrera- fue un extraordinario
artista, amigo de Cuba, amigo de nuestro pueblo''.
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