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México D.F. Miércoles 21 de julio de 2004
La prisa por destruir al imss
Los
integrantes panistas y priístas de la Comisión
de Trabajo y Previsión Social de la Cámara de Diputados votaron
anteayer, en forma apresurada y adelantada, en favor del dictamen de la
iniciativa de reforma a la Ley del Seguro Social presentada por los segundos,
con el propósito evidente de allanar los últimos obstáculos
a la aprobación, en un periodo extraordinario de sesiones que podría
ser convocado hoy mismo, de la modificación legal mencionada. Con
el telón de fondo de una campaña propagandística dirigida
desde el Ejecutivo federal y orientada a desacreditar la calidad y cobertura
de los servicios médicos del Instituto Mexicano del Seguro Social
(IMSS), la iniciativa referida pretende imponer un "saneamiento financiero"
de la institución que pasaría por la destrucción del
régimen de pensiones, su reducción de estatuto obligatorio
a mecanismo sujeto a la discrecionalidad patronal y gubernamental, la inoperancia
de cláusulas fundamentales del contrato colectivo de los trabajadores
del IMSS, el abandono presupuestal del propio instituto y el tránsito
de los asalariados mejor remunerados a esquemas de seguros de salud privados.
Está fehacientemente demostrado, en los números,
que la más grave carga financiera del IMSS no son las pensiones
y jubilaciones de la gran mayoría, sino la corrupción, los
desmesurados ingresos de sus altos funcionarios y la contratación
discrecional de personal de confianza con percepciones absurdamente superiores
a las del personal de base. El pretendido argumento de fortalecer las finanzas
de la institución es, por ello, falaz. La iniciativa de reforma
legal presentada por los priístas -y que, para asegurar su espíritu
contrario a los trabajadores, fue mandada a hacer a un despacho de abogados
laborales de la Confederación Patronal de la República Mexicana,
Coparmex- es una declaración de guerra a los empleados de base,
a los jubilados y pensionados del presente y del futuro -salvo, claro está,
los funcionarios que se retiran con un cheque mensual asegurado de decenas
de miles de pesos- y a los derechohabientes.
La reforma legal que se busca imponer está generando
ya, como consecuencia lógica, un conflicto social de dimensiones
imprevisibles, pero que pasará sin duda por movilizaciones y protestas
sindicales de gran calado. Hay que esperar, también, una confrontación
política que crispará de nueva cuenta la vida republicana,
y que no sólo pondrá frente a frente a la alianza PAN-PRI
contra el PRD y otras fuerzas, sino que ahondará las fracturas en
las filas del tricolor. Este empecinamiento en destruir al IMSS
y a su sindicato representa, de hecho, la enésima traición
del madracismo a las bases y organizaciones del priísmo tradicional,
y demuestra que la pugna entre el presidente del CEN priísta y su
secretaria general no es por la defensa de principios, sino por ver cuál
de las fracciones realiza mejores negocios con el foxismo.
Igualmente grave, o más, que las consecuencias
ya mencionadas es la perspectiva de introducir en la legislación
nacional un factor de discordancia y crisis continua, toda vez que la propuesta
de reforma legal es contraria, en varios puntos, a la letra y el espíritu
del artículo 123 constitucional y a la Ley Federal del Trabajo.
En un escenario como ése, los conflictos laborales derivarían
necesariamente en procesos largos y complejos que favorecerían a
la parte patronal y generarían, eso sí, muchas oportunidades
de negocio para despachos de abogados como los que poseen varios conocidos
legisladores panistas. Los beneficiarios principales si la iniciativa llegara
a imponerse serían, en todo caso, los capitales que operan empresas
de salud privadas y que no están precisamente en manos de los profesionales
de la medicina.
Cabe preguntarse, por último, cuál es la
dimensión y la materia del pacto acordado entre panistas y priístas,
que ha empujado a unos y a otros a buscar la desarticulación legal,
mediante el albazo y la fast track, del Instituto Mexicano
del Seguro Social.
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