Se trabaja para evitar incidentes como el de Guanajuato

Niega Garza que Washington esté insatisfecho con respuesta a nota

GEORGINA SALDIERNA

El embajador de Estados Unidos en México, Antonio O. Garza, dijo ayer que está satisfecho por la respuesta oportuna y apropiada que dio la administración federal mexicana a la nota diplomática que le envió su gobierno por el incidente registrado en Guanajuato en los funerales de un infante de marina mexicoestadunidense que falleció en Irak.

La nota solicitaba explicaciones de por qué personal del Ejército mexicano había interrumpido la ceremonia en honor del marine Juan López Rangel.

México respondió que se había actuado conforme a derecho y con el único objetivo de verificar las armas utilizadas en el homenaje, ya que las normas vigentes impiden el uso de armamento en cualquier homenaje. Para impedir nuevos incidentes, planteó un procedimiento de comunicación en estricto apego al marco legal, para el uso de armas inoperantes de carácter ceremonial.

Al considerarse satisfecho con la respuesta mexicana, el embajador desacreditó versiones en torno a que en el Departamento de Estado aún se encontraban inconformes por la explicación ofrecida por México.

El diplomático señaló lo anterior luego de reunirse con 46 jóvenes y docentes indígenas que recibieron su visa para trasladarse a Estados Unidos, donde realizarán, becados, estudios técnicos y de capacitación a partir de agosto próximo.

Garza manifestó su confianza en ampliar este programa que, con el nombre de Enlaces, opera con el apoyo de los gobiernos estadounidense y mexicano, como parte de la Sociedad para la Prosperidad, firmada en 2001.

Se tiene previsto que el proyecto opere por cinco años. En 2003 fueron enviados a Estados Unidos 24 jóvenes becados, en el presente año serán 46 y para el siguiente aumentará el número de beneficiados.

Los estudiantes y docentes que partirán a Estados Unidos provienen principalmente de los estados del sur del país.

Garza departió con los jóvenes indígenas, con quienes posó para tomarse un sinfín de fotografías.