Dispuso también crear una fundación para dar apoyo a la danza y al flamenco

Las cenizas de Gades serán esparcidas en Cuba, ''primera patria'' del bailaor

ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL

Madrid, 21 de julio. Sin el más insignificante gesto de solemnidad, ajeno de las nimias alharacas habituales en este tipo de despedidas, los restos mortales del bailaor y escenógrafo español Antonio Gades fueron incinerados hoy en el cementerio madrileño de La Almudena en la más estricta intimidad, como dispuso el artista.

Las cenizas de Gades se esparcirán en los próximos días en el país que siempre consideró su ''primera patria", Cuba, la isla que siempre exaltó tanto por su belleza y riqueza cultural como por su modelo político, el socialismo, que fue junto a la danza y el flamenco uno de sus motores vitales y utopías.

Gades (Elda, Alicante, 1937) sabía que el cáncer lo conduciría en cualquier momento a la muerte, por lo que mientras luchaba contra la enfermedad con el mismo ímpetu que imprimía a sus puestas escenas también se preocupó por escribir el que será su último guión: el del ritual de su entierro y destino de sus restos mortales.

Por eso su despedida fue sencilla e, inclusive, hasta anónima: el coche fúnebre que trasladaba su cuerpo sólo fue acompañado por su familia, algunos amigos íntimos y representantes del cuerpo diplomático de Cuba.

En el momento de la incineración, su familia y amigos abandonaron el lugar y sólo permanecieron representantes de la diplomacia cubana, que se convirtieron a partir de ese momento en los responsables de llevar las cenizas de Gades a Cuba, adonde, según su voluntad, serán trasladadas este jueves y esparcidas para convivir ''eternamente" con su primera patria. La misma que siempre consideró un ejemplo para la humanidad y que, en respuesta a su apoyo y vehemencia, lo consagró como uno más de los ''hijos de la Revolución".

Ahora sólo falta que se cumpla otro de sus últimos deseos, crear una fundación que vele por su aportación artística y difunda y apoye a la danza y al flamenco.

Luto en el arte universal

La conmoción y la tristeza por el fallecimiento de Gades inundaron los escenarios de los teatros y las páginas de los periódicos y medios de comunicación cubanos y españoles; lo que demuestra la dimensión de la figura y el enorme hueco que deja, lo mismo en el baile flamenco, en el arte dramático, en el cine que en la renovación del arte contemporáneo.

Los diarios Granma y Juventud Rebelde dedicaron amplios espacios a la muerte del bailaor, cuyo verdadero nombre era Antonio Esteve Ródenas. Granma publicó una fotografía de Gades en su primera página bajo el titular Lamentable pérdida de un inmenso amigo, mientras que Juventud Rebelde escribió: ''El flamenco y el arte universal están de luto. Murió Antonio Gades".

La directora del Ballet Nacional de Cuba, Alicia Alonso, manifestó: ''Por un regalo del destino o una generosidad de la historia, Antonio Gades es, además de gran artista, extraordinario amigo. Y no sólo mi amigo personal, lo cual me enorgullece, sino también un amigo fiel de Cuba. Para los cubanos que vivimos y trabajamos en este país asediado, esta posición de Antonio tiene, en nuestros días, un valor muy especial. La fidelidad de Gades, su presencia y cercanía, en las grandes dificultades o en los éxitos, es algo que no podremos olvidar, y que le asegura un espacio entrañable en nuestros corazones".

La bailaora gaditana Sara Baras confesó, por su parte, que ''hoy es un día de luto para el mundo del arte. No hay que dudar que ha habido un antes y un después en la danza española a partir de Gades".

El director del Ballet Nacional de España, José Antonio, le dirigió unas palabras en forma de misiva: ''Maestro, compañero, amigo: Tu grandeza artística es la simplicidad de la honestidad; llenarás páginas inmensas de la Historia del baile." Mientras que el dramaturgo Salvador Tavora sostuvo que "Antonio no bailaba. Conversaba con el arte. Con la disciplina del cuerpo y con el ritmo del alma. Antonio Gades llevaba con él el compromiso del artista y del hombre".