México D.F. Viernes 23 de julio de 2004
Desde que era candidato presidencial ofreció
aclarar los crímenes del pasado
La consignación abre un nuevo frente de confrontación
entre Fox y priístas
Las expectativas que generaron en 2000 las promesas del
entonces candidato panista Vicente Fox Quesada de esclarecer la matanza
de octubre de 1968, la represión del jueves de Corpus, en
1971, y la guerra sucia, confirmadas después como Presidente,
resultaron anoche en un suceso inédito en la historia política
del país: la consignación del ex presidente Luis Echeverría
como presunto responsable de genocidio por los crímenes cometidos
por los halcones hace 33 años, hecho que a la vez abre a
Fox un frente de confrontación con el priísmo.
Separados
en la historia reciente, en círculos priístas trascendió
anoche que el propio Echeverría y el ex presidente Carlos Salinas
de Gortari pactaron la conformación de un frente priísta
unido que les permita contrarrestar lo que consideran una "nueva ofensiva"
foxista en su contra. En su gestión, Salinas rompió con Echeverría
y lo acusó de encabezar una nomenklatura política
que operaba en su contra.
Esa nomenklatura -se insinuó entonces- habría
tenido que ver con el asesinato del candidato presidencial priísta
Luis Donaldo Colosio, el 23 de marzo de 1994, en Lomas Taurinas, Tijuana.
Las esperanzas que generó Fox Quesada desde su
campaña electoral fueron cuestionadas con gran escepticismo por
organizaciones no gubernamentales y, en especial, por el Comité
Eureka, ante los alcances de la Fiscalía Especial para Movimientos
Sociales y Políticos del Pasado (Femospp), instancia en la que derivó
el gran debate que se generó en el escenario político nacional
desde el inicio de este gobierno.
Las primeras promesas de Fox aludían al esclarecimiento
de los hechos del 68 y la masacre del jueves de Corpus. "Su sacrificio
no fue en vano", dijo en París en 2000, siendo presidente electo.
En Estrasburgo, Fox aceptó que el gobierno y el Ejército
"son los principales acusados" por la "mucha represión" y los "muchos
desaparecidos" que hubo en México a partir del movimiento estudiantil.
En diciembre de 2001, Fox se refirió a las matanzas
del 68 y del jueves de Corpus como actos de dominio público
"nunca aclarados, sobre todo la violencia y la brutalidad que parece haberse
usado en muchos de los casos".
Pero esas afirmaciones fueron desvaneciéndose y,
a finales de 2002, Fox declaró que "buena parte" de los delitos
de la llamada guerra sucia "han prescrito", lo que llevó
al fiscal Ignacio Carrillo Prieto a señalar que eran opiniones del
Ejecutivo federal y que él esperaría la resolución
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Antes, en febrero de ese año, el secretario de
la Defensa Nacional, Ricardo Clemente Vega García, estableció
que las fuerzas armadas "han cumplido con lo que se les ordenó como
razón de Estado".
En el equipo foxista se generó un debate encabezado
por el entonces canciller Jorge Castañeda y el coordinador del gabinete
de Seguridad Nacional, Adolfo Aguilar Zinser, quienes se mostraron en favor
de la creación de una comisión de la verdad.
En el lado contrario se situaron el secretario de Gobernación,
Santiago Creel, y el procurador general de la República, Rafael
Macedo de la Concha, quienes finalmente impusieron su propuesta de crear
una fiscalía especial y no una comisión de la verdad, porque
ésta generaría, argumentaron, expectativas de esclarecimientos,
pero tendría un cuestionado valor jurídico al situarse por
encima de las instancias constituidas.
Sin embargo, el puntal que definió el curso de
los crímenes de la guerra sucia fue el informe de la Comisión
Nacional de los Derechos Humanos de noviembre de 2001, en el que se estableció
que durante ese periodo sí se habían registrado numerosas
desapariciones forzadas.
Sólo las 3 mil páginas que documentaban
532 casos denunciados de personas víctimas de desapariciones forzadas
entre los años 1970 y 1980 hicieron reaccionar al mandatario federal.
"Se hace necesario recordar que durante su campaña
se comprometió a crear una comisión de la verdad, hecho que
no sucedió, y en su lugar creó la Femospp con el argumento
de asegurar la investigación y procesamiento penal de los responsables
por los delitos cometidos en el pasado", precisó en varias ocasiones
el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez.
La fiscalía a cargo de Carrillo Prieto, nació
en enero de 2002 y a ella se integró un consejo ciudadano, responsable
de aportar la llamada verdad histórica tanto de la matanza del 68,
el halconazo y la guerra sucia en que derivaron ambos sucesos.
La primera limitación de la fiscalía radicó
en que sólo investigaría delitos que se hubiesen cometido
hasta 1985, es decir, sin abarcar los sexenios de los ex presidentes Carlos
Salinas y Ernesto Zedillo, y dejando sin posibilidad de investigar matanzas
como las de Aguas Blancas, Acteal y El Bosque.
El nombramiento de Carrilo Prieto causó dudas e
interrogantes entre dirigentes de partidos políticos, ex dirigentes
del movimiento estudiantil de 1968, de las madres de desaparecidos y organismos
de derechos humanos, principalmente porque el fiscal no tenía antecedentes
en materia de derechos humanos.
Entonces, Carrillo Prieto comenzó un proceso de
recopilación informativa y testimonial que llevaron ante el fiscal
al ex jefe del Departamento del Distrito Federal, Alfonso Martínez
Domínguez, por su involucramiento en la represión ejecutada
por los halcones, en una declaración que hizo en Monterrey
poco antes de morir.
Después comparecería Echeverría,
quien en una actitud desafiante ante los medios de comunicación
expresó con socarronería: "cállenlos, cállenlos".
En mayo de 2001, el ex mandatario señaló su fidelidad priísta
y su gran confianza y "simpatía" por el presidente Fox. Fue la primera
vez que un ex mandatario comparecía ante el Ministerio Público
para responder por sucesos trágicos e indignantes ocurridos durante
su gestión.
A la fecha, sólo está preso, en Monterrey,
Miguel Nazar Haro, ex responsable de la Dirección Federal de Seguridad,
acusado de la desaparición de Jesús Piedra Ibarra, hijo de
Rosario Ibarra. Luis de la Barreda Moreno, otro de los acusados, se dio
a la fuga en diciembre de 2003.
En el curso de estas investigaciones fueron fundamentales
dos decisiones de la SCJN . Una de ellas, en enero de 2002, que concedió
un amparo a los líderes del movimiento estudiantil por omisiones
y obligó a investigar la matanza de 1968. Una más, en julio
pasado, estableció que la prescripción forzada comienza a
contar cuando aparece viva o muerta una persona.
Hace apenas unos días, la advertencia del secretario
de la Defensa, crispó más el ambiente político al
indicar que hay riesgos de que el país se desahaga entre las manos
y pidió que el perdón se extienda para todos, aunque después
aclaró que sus señalamientos no fueron por la vinculación
del Ejército en la guerra sucia.
Hoy, con la solicitud de las órdenes de aprehensión
de Echeverría, de su secretario de Gobernación, Mario Moya
Palencia, y al menos de 10 personajes más, se abre un flanco de
confrontación entre el priísmo y el gobierno foxista, acentuado
con el presunto pacto entre Echeverría y Salinas de Gortari. De
por medio están las artilugios jurídicos de la defensa de
los acusados con el argumento de que los delitos ya prescribieron.
JUAN BALBOA, RENATO DAVALOS Y ARTURO
GARCIA HERNANDEZ
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