México D.F. Viernes 23 de julio de 2004
Desabasto y equipo obsoleto, entre las carencias
que deben sortear los galenos
Escamoteo de material impide a médicos del IMSS
brindar atención de calidad
El personal debe recurrir a préstamos internos
o donaciones para asistir al paciente
ANGELES CRUZ
A
veces con "préstamos internos" o "donaciones" de la consulta privada
se completa el material quirúrgico y de curación en los hospitales
del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Como sea, para los médicos
lo más importante "son nuestros pacientes. A ellos nos debemos y
aplicamos nuestro conocimiento para salvar sus vidas".
En el Hospital de Especialidades del Centro Médico
Nacional Siglo XXI, las carencias son habituales. El desabasto de medicamentos
existe y paulatinamente se incrementa, salvo cuando las presiones de los
trabajadores y los pacientes se desbordan y salen a las calles a denunciarlo.
Lo mismo va a pasar si persiste la intención de
las autoridades por modificar el Régimen de Jubilaciones y Pensiones
(RJP) de los empleados del IMSS, advierte un médico neurocirujano.
"Ya no pueden exprimir más al trabajador. Estamos en el umbral,
en el límite de una situación que puede ser crítica",
dice.
El especialista, quien cursó un posgrado en Estados
Unidos, admite que no está satisfecho con el trabajo que desempeña,
pues aunque sus intervenciones son exitosas, "vivo con angustia" por carecer
del equipo necesario para ofrecer a los enfermos una atención de
calidad.
Explica, por ejemplo, que el instrumental para una operación
en el cerebro es obsoleto y su utilización conlleva el riesgo de
lesionar otras áreas, o de que la cirugía se prolongue el
doble de tiempo, lo cual también aumenta el peligro para la salud
de los derechohabientes.
En otros casos, comenta un anestesiólogo intensivista,
preparado para atender a pacientes en estado crítico, "tenemos que
subsanar las carencias con paciencia y atenernos a nuestro sentido común
para mantener con vida al enfermo". Por lo general, "nos rebasan los déficit",
pues en lugar de contar con un equipo para monitorear de manera estricta
y permanente los signos vitales, "agudizamos nuestros sentidos y prácticamente
nos convertimos en el monitor".
Laborar en el IMSS era hace algunos años la máxima
aspiración de los profesionales de la medicina. "Teníamos
todo para trabajar y dar una atención de calidad", recuerdan estos
especialistas adscritos al Centro Médico Nacional Siglo XXI. Paulatinamente
los recursos se han ido mermando y de manera más aguda en los últimos
ocho años.
Tradicionalmente los médicos se han mantenido al
margen de los conflictos sindicales, pero ahora, dicen, "es imposible",
porque "aquí diario libramos una batalla para poder realizar nuestro
trabajo y parece que de eso nadie se percata".
De lo anterior deja constancia una enfermera, jefe de
piso responsable de coordinar el programa de cirugías y supervisar
que esté disponible el material necesario para realizarlas, lo cual
casi nunca se logra. "Cuando no falta un instrumento, es otro y si no el
hilo quirúrgico, las jeringas o tubos de aspiración".
A fin de mantener el programa y cubrir todos los horarios
disponibles en quirófano "recurrimos a los préstamos con
otros hospitales". En otras ocasiones, los mismos doctores que también
dan consulta privada "se traen algún material que allá haya
sobrado o que se pueda reutilizar luego de esterilizarlo".
Algunas veces, reconoce la enfermera, ni así se
logra cumplir con el trabajo y las intervenciones se tienen que posponer.
A pesar de las múltiples estrategias que el IMSS
ha puesto en marcha para cubrir las necesidades de abasto de medicamentos
y material de curación, el problema continúa. De hecho, dice
un encargado de almacén, cada vez son más graves.
Comenta que las requisiciones se realizan cada mes mediante
un formato en el que el almacén central establece los mínimos
y máximos que se pueden solicitar. El problema -dice- es que paulatinamente
el límite máximo se reduce, y entonces si hace cinco años
podía pedir cinco cajas de jeringas, hoy lo más que se autoriza
son dos cajas, para un hospital cuya demanda se incrementa constantemente.
-¿Cómo lo resuelven?
-Tenemos que racionar o, si se quiere, distribuir equitativamente
entre todas las áreas lo poco que hay, o recurrir a los préstamos
o intercambios con otros hospitales.
En las clínicas de medicina familiar, la situación
no es muy diferente. Aquí, comentan algunos doctores, con el nuevo
programa de cita previa "tenemos la indicación de atender a un promedio
de 24 enfermos a lo largo de 6.5 horas", lo cual significa que para poder
completar la meta en el tiempo referido, cada consulta debe ser de 16 minutos
aproximadamente. ¿Cree que en ese tiempo se puede hacer una revisión
integral del enfermo, explicarle en qué consiste el padecimiento
y resolver sus dudas?, se preguntan los galenos, y ellos mismos responden:
"¡por supuesto que no!"
Por todo esto, los trabajadores entrevistados por La
Jornada se declararon imposibilitados para explicar cómo es
que a pesar de las múltiples carencias y sus raquíticos salarios,
los legisladores y las autoridades pretenden reducir el monto de sus pensiones,
las cuales son la única garantía de que en el futuro tendrán
una pensión digna. "Si hay algún responsable de la descapitalización
del IMSS son los directivos encargados de la administración de los
recursos", concluyeron.
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