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México D.F. Lunes 26 de julio de 2004
ASTILLERO
Julio Hernández López
Fox ni puede ni quiere castigar
Casos candentes: moneda política de cambio
Luis Echeverría Alvarez: impunidad a trueque de arreglos con el PRI
EL GOBIERNO DE VICENTE Fox no ha podido pero, sobre todo, no ha querido castigar a nadie por culpas políticas del pasado. Lo que sí ha hecho, una y otra vez, es convertir en moneda de cambio los expedientes presuntamente inculpadores que para esos fines de trueque ha logrado conformar (como en el año 2000 transformó en votos las arengas de fanfarronería con que anunciaba el fin de víboras prietas y tepocatas que a estas alturas del sexenio son temprano espejo, juicio adelantado, mutación a la vista). Así ha sucedido en los casos de los peces gordos petroleros que fueron canjeados por los Amigos de Fox, y ahora con el intocado ex presidente Luis Echeverría. Pero también así ha sucedido en otros muchos ámbitos de la administración pública en los que el foxismo ha entregado (muchas veces sin negociación ni estrategia, simplemente por abandono y por incapacidad) el manejo de los asuntos de gobierno a la clase política y burocrática heredada del Ƒviejo? régimen. Recuérdese que los propios panistas denunciaron con énfasis la inexplicable permanencia en sus puestos, durante casi tres años, de gran número de priístas que eran delegados de dependencias federales. Un repaso de los directorios de la elite del gobierno foxista también muestra una presencia amplia de funcionarios a quienes el discurso fácil del foxismo presuntamente redentor habría calificado de corruptos y que sin embargo siguen allí practicando las mismas conductas que supuestamente habrían de ser cambiadas (y castigadas) al advenimiento del "cambio" prometido.
A LA LUZ DE ESA política mercantil del foxismo no debe extrañar el curso que sigue el caso del héroe del 2 de octubre y del 10 de junio. La presidencia convi(n)cente (es decir, aquella en la que la esposa gobierna con Vi(n)cente) está genéticamente indispuesta para castigar a los represores de movimientos populares, por cuanto su ideología y su práctica coinciden con los criterios que consideran legítimo "defender" a la patria de insurrecciones y sublevaciones mediante el uso extremo de la fuerza del Estado (cuando miles de jóvenes entonaban cantos de rebeldía, el gerente Vicente se empeñaba en mejor servir a los intereses económicos de la Coca-Cola). Pero, además, el débil gobierno foxista está en una situación de extrema debilidad, que le hace imposible enfrentar las advertencias militares de que la patria se puede ir de las manos por decisiones políticas no aceptadas por el poder verde olivo (entre ellas, desde luego, las consignaciones del Presidente "nacionalista" que corrió los riesgos que fueron necesarios para mantener el orden o de los oficiales castrenses que cumplieron instrucciones para secuestrar, torturar, desaparecer, asesinar). Y, en el caso concreto, el manejo del expediente echeverrístico ha dado oportunidad a Los Pinos de consolidar su alianza con el priísmo madracista en dos temas claves: la reforma de la Ley del Seguro Social (enganche ya dado por los priístas) y el desafuero de Andrés Manuel López Obrador (pago pendiente, que se irá encareciendo cada día más).
EL MANOSEO DE las esperanzas de justicia histórica tiene, como es natural, consecuencias en la vida política y en el terreno ético. Demostrar que la impunidad es alentada desde las alturas de un gobierno presuntamente distinto a los anteriores, y exhibir a instituciones (jueces de consigna, fiscales que integran expedientes para ser rechazados) como simples engranes del gran mecanismo nacional de corrupción y simulación, desalientan la participación cívica y reabren tentaciones de violencia política.
ASTILLAS: FIDEL CASTRO tendrá oportunidad hoy de festejar la simbólica reinstalación de embajadores mexicano y cubano, mientras Vicente Fox y sus funcionarios implicados, sobre todo Santiago Creel, siguen callando, en apuesta sin sentido a que los mexicanos olvidemos por el simple paso del tiempo la vergüenza histórica a que nos llevaron en aquellos episodios deplorables de la expulsión de Jorge Bolaños, del regreso de Roberta Lajous a casa, del cuento estúpido de los agentes extranjeros que se metían en asuntos nacionales y atentaban contra nuestra soberanía. Hoy lo importante es que las relaciones entre las dos naciones hermanas caminen hacia la normalidad, pero no debe perderse de vista la necesidad, la obligación de saber qué pasó en Los Pinos, en Tlatelolco y en Bucareli en aquellos días de grandes mentiras a la nación... Más muestras del síndrome de la Señora Marta en la política mexicana: David Islas advierte que Claudia Beltrami es candidata del PAN a una diputación local correspondiente al puerto de Veracruz, donde su esposo, José Ramón Gutiérrez de Velasco, es el presidente municipal. Hace poco, en instalaciones de esa presidencia municipal, fueron encontradas cubetas de pintura rotuladas con el logotipo de la campaña de Gerardo Buganza, aspirante blanquiazul a gobernar el Estado, lo que hace suponer a trovadores jarochos que el primer esposo del puerto con más razón ha de ayudar a su cónyuge... En otro municipio veracruzano, Temapache, el diputado federal Juan Bustillos Montalvo, quien ya había sido presidente municipal, pretendía imponer a su hermano Héctor como candidato a este cargo, lo que generó manifestaciones de grupos campesinos que a su vez fueron reprimidas por las autoridades locales y estatales en colusión con el aspirante a cacique local... Otro lector, Edmundo Gerardo, pide desde Tijuana que no se deje fuera de crítica al negocio familiar de los Calderón, que incluye al presupuestalmente muy placeado Felipe, a su esposa, que es diputada, y a su hermana que es senadora. También recuerda el caso de Santiago Creel y su hermana, luego metida en argüendes de dinero a cuenta de proyectos culturales... Fax: 56 05 20 99 [email protected]
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